Praga aguarda. En el III Encuentro de la RCADE celebrado en Barcelona hubo consenso con respecto al apoyo y a la participación del foro alternativo a la cumbre semestral del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional a celebrar en Praga, a finales de septiembre.
Praga es acción. Pero la acción exige una reflexión y un debate previos. Sin ellos, la acción queda huérfana de las respuestas y de los porqués fundamentales de la lucha social: ¿de dónde venimos? ¿qué denunciamos? ¿por qué nos movilizamos? ¿qué pretendemos?
Praga es de tod@s. Los documentos que aquí siguen no constituyen un referente dogmático de las respuestas a los interrogantes antes planteados. En este sentido, esta carpeta o dossier, está abierta a matizaciones, críticas y disensiones: es un simple documento de trabajo.
Praga empezó hace cinco mil años. O puede que más. La defensa de la solidaridad y la lucha activa contra modelos sociales deshumanizantes no es algo que naciera ayer. Repasar un poco la historia es bueno, tanto para no repetir errores, como para no tratar de "reinventar la rueda". No obstante, la historia no debe verse como un espejo en el que mirarnos o una sombra alargada de la que no podemos escapar: cada pueblo, cada movimiento social es único, e irrepetible y propio será su camino, sus éxitos y sus fracasos.
Praga es desobediente. Porque en estos tiempos, la desobediencia no significa realidad sino coherencia. Las nuevas redes sociales reaccionan "ilegalmente" ante tanta injusticia, siguiendo los pasos de importantes movimientos de desobediencia civil como pueda ser el caso de la defensa de los derechos civiles de la población de color, que en los 60 "encabezó" Martin Luther King.
Praga va. La Plataforma Iniciativa contra la Globalización Económica Praga 2000 se ha constituido para elevar la voz de los que denuncian el atropello inhumano y monetarista de los poderes financieros de este planeta. Inspirándose en Seattle, Davos, Washington y Bangkok (pero también Ecuador, Brasil, Bolivia y Chiapas, entre muchos otros), esta iniciativa promueve una semana alternativa, cultural, desobediente y no violenta frente a los magnates (¿mangantes?) del neoliberalismo.