El atentado terrorista contra los Estados Unidos de Norteamérica provoca el repudio de toda la comunidad internacional. Las víctimas fueron una vez más población civil indefensa, la mayoría trabajadores oriundos de más de 60 países.
El Servicio Paz y Justicia expresa su solidaridad con las familias de las víctimas del bárbaro y con el pueblo norteamericano todo.
Hoy, como en tantas oportunidades, expresamos nuestro rechazo a todo tipo de terrorismo, provenga de quien provenga: ya sea del Estado, como de aquellos que bajo diversas justificaciones ideológicas, religiosas o políticas, buscan imponer por la violencia su voluntad.
Las represalias del gobierno norteamericano con el operativo "Justicia infinita", contra Afganistán -a quien acusa de dar protección a los terroristas, cuando aún no tienen seguridad de quien o quienes han cometido el atentado- y la amenaza de castigo contra aquellos países que den protección a los terroristas, ocasionarán más muerte y destrucción. El gobierno de los EE.UU. quiere demostrar su decisión y poder de identificar a un enemigo y lo hace acusando al Saudita Bin Laden como el principal autor del atentado.
Frente a ésta situación, una vez más debemos afirmar que:
"una violencia no se resuelve con otra violencia, lo que tendremos son dos violencias y no la resolución del conflicto. Una cosa es buscar la Verdad y la Justicia y otra la venganza, lo que agravará aún más la situación.
El gobierno de los EE.UU. ha señalado que el atentado es una "declaración de guerra" y por lo tanto ha puesto sus fuerzas armadas en acción, buscando envolver al resto del mundo occidental y sus aliados, en nuevos escenarios bélicos, con las graves consecuencias que representa para la vida de los pueblos.
El atentado fue dirigido a tres ejes fundamentales del poder imperial de los EE.UU., el político, el militar y el económico, conmocionando al mundo con la posibilidad de un nuevo conflicto internacional de consecuencias imprevisibles.
Toda guerra se sabe cómo comienza, pero nunca cómo termina. No se miden sus efectos, sus costos en vidas humanas, las pérdidas de los recursos naturales, económicos y menos aún las secuelas en el tiempo sobre la vida de los pueblos.
Se ha desatado la psicosis del miedo en muchos países, principalmente aquellos involucrados en los conflictos de Medio Oriente, que podrían ser blancos de atentados y represalias; los pueblos viven aterrorizados frente a las consecuencias de la venganza y la escalada que se desataría si el conflicto se generaliza. En Argentina tenemos los trágicos atentados terroristas perpetrados contra la Embajada de Israel y la AMIA, hechos aun no aclarados. No podemos permitir que estos hechos llevan a incrementar la militarización de la sociedad civil y debilitar las garantías de los derechos civiles.
Las comunidades musulmanas son víctimas de la violencia y la venganza en los EE.UU. y en otros países, siendo perseguidos y discriminados, soportando ataques a personas, mezquitas y centros Islámicos, generando mayor incertidumbre e intolerancia.
No debe tomarse al Islam como enemigo, acusándolo de terrorista y generalizando la represión y la venganza.
No dejarse arrastrar por la propaganda de los medios masivos de información que instalan en el imaginario colectivo que se está frente a una guerra entre "buenos y malos", hace necesaria una reflexión serena sobre los motivos y consecuencias de estos hechos:
1-Las Naciones Unidas se han desdibujado totalmente en asumir su responsabilidad en la situación actual; no tiene capacidad de reacción frente a los hechos y se somete a las directivas de los EE.UU. quien decide las acciones punitivas y ataques en forma unilateral, sin determinar con claridad la responsabilidad de los autores de la masacre en su territorio. Una situación semejante se vivió durante la Guerra del Golfo Pérsico.
Es urgente que las Naciones Unidas convoque a la Asamblea General para tratar la grave situación que hoy enfrenta el mundo, y evitar consecuencias imprevisibles si se desata una guerra. Debe impedir que una potencia como EE.UU. implique a todos los países en el conflicto. La Paz está en serio riesgo en la situación actual, si no se actúa con firmeza y serenidad.
2- EE. UU . en todos los conflictos, guerras e intervenciones armadas en el mundo, siempre actuó en escenarios fuera de su territorio. El atentado desatado el 11 de septiembre cambia totalmente la situación, dentro y fuera de los EE.UU. frente a fuerzas no convencionales.
3- Es necesario buscar la Verdad y la Justicia, pero nunca la venganza. Cosecharás tu propia siembra, no hay otro camino.
EE.UU. en sus intervenciones contra otros países a lo largo de la historia, ha generado tensiones y transformado en enemigos a sus amigos y antiguos aliados, casos concretos, Irak, el mismo Bin Laden hoy declarado enemigo No.1 de la gran potencia, el general Noriega en Panamá, hoy preso en EE.UU. después de la invasión a ese país, provocando muertes en la población civil, aún no aclaradas.
Ha sido el país de las constantes invasiones en nombre de la democracia: a Granada, Santo Domingo, Haití, la agresión durante diez años contra la Revolución Sandinista, en
Nicaragua, el minado de los puertos por la CIA y los bombardeos, provocando muertes y atentados contra la población.
El bloqueo durante mas de 40 años contra Cuba.
La Guerra del Golfo Pérsico contra Irak, utilizando bombas de uranio empobrecido con las aberrantes consecuencias hasta el día de hoy, provocando miles de muertes a niños; los bombardeos sistemáticos realizados por EE.UU. y la Gran Bretaña y el bloqueo que sufre ese país hasta el día de hoy, han provocado sufrimientos inenarrables para la vida de ese pueblo.
La Guerra de Vietnam y sus secuelas aún presentes en la vida del pueblo norteamericano.
Las dictaduras militares en América Latina, preparadas y apoyadas por los EE.UU. en la Escuela de las Américas y las Academias militares, formando a más de 80 mil militares latinoamericanos, responsables de torturas, desaparición de personas, asesinatos, cárceles, que durante décadas, asolaron la vida de los pueblos.
La re-militarización de América Latina y el Plan Colombia en marcha y las bases militares norteamericanas en el continente. El entrenamiento de tropas latinoamericanas por los EE.UU. para el control social.
El golpe de Estado en Chile y la responsabilidad en el asesinato del presidente Salvador Allende.
La invasión a Guatemala contra Jacobo Arbenz, entre muchas otras a lo largo de la historia.
Una larga lista de intervenciones, atentados y latrocinios cometidos por EE.UU. contra los pueblos en diversas partes del mundo, ponen en evidencia que el atentado cometido recientemente, es consecuencia de la política impuesta a otros países. La situación en Medio Oriente entre Israelitas y Palestinos, donde EE.UU. impide el ingreso de la ONU, e impone sus intereses y políticas en esa región conflictiva, sin interesarles la vida de los pueblos: los misiles disparados contra los campamentos de refugiados palestinos.
Es necesario hacer memoria para iluminar el presente y tener claro los orígenes de la violencia y la grave situación que hoy viven millones de seres humanos. La opresión, no es sólo militar sino también económica, como la injusta y tremenda deuda externa que impone la "bomba silenciosa del hambre" a niños, mujeres y hombres del mundo.
4- La OEA se reunirá para analizar la situación actual y poner en funcionamiento el TIAR (Tratado Interamericano de Ayuda Recíproca), donde los Estados miembros asumen su responsabilidad de apoyar a otro Estado que es agredido. Tratado que en ningún momento se puso en funcionamiento cuando los EE.UU. fue el agresor contra países latinoamericanos, pero que ahora quieren activarlo para apoyarlo en esta "cruzada".
El Servicio Paz y Justicia rechaza todo tipo de terrorismo contra los pueblos y hace un llamado sumando su voz y compromiso a otras voces, en la búsqueda de la resolución de los conflictos a través del diálogo y el respeto que todos los pueblos merecen.
Afirmando el derecho de los pueblos a la Paz, la libertad y la autodeterminación.
Es necesario cambiar la actual situación internacional plagada de injusticias y desigualdades. La violencia es una sola, con distintos rostros: terrorismo, guerra, hambre.
Hacemos un llamado a todas las organizaciones, tanto civiles, como religiosas a fin de sumar voluntades y movilizarnos en bien de los pueblos por la Vida y la Paz.
Creemos necesario:
Promover acciones conjuntas de vigilias, concentraciones y movilizar las fuerzas sociales y morales que permitan ayudar a superar la situación actual.
Reclamar al Secretario General de las Naciones Unidas Koffi Annan, una convocatoria urgente de la Asamblea General, para tratar la grave situación actual e impedir que el mundo sea arrastrado a otra guerra.
Reclamar a los gobiernos que no involucren a los pueblos en un conflicto armado.
Utilizar los canales internacionales adecuados y no dejarse presionar y someter para involucrar a los pueblos en la guerra.
Impedir que nuestro territorio sea utilizado como bases militares extranjeras, de cualquier país e ideología.
Desarrollar la solidaridad y apoyo a los pueblos afectados, no ser indiferentes a la situación actual, actuar con serenidad y firmeza en bien de todos los pueblos.
Adolfo Pérez Esquivel
PREMIO NOBEL DE LA PAZ
Buenos Aires, 20 de septiembre de 2001
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