Contra el TLC - Against CAFTA
Domingo, 12 de diciembre de 2004
Opinión
El Cafta: un puente hacia el ALCA y la política del destino manifiesto
Ana Carolina Caldera | kcaldera
hotmail.com.ni
www-ni.elnuevodiario.com.ni
Para nadie es desconocida la política económica exterior que ha manifestado abiertamente los Estados Unidos con el ALCA como prioridad inminente. Sin embargo, esta ambición norteamericana proyectada, en un inicio, a consolidarse en el próximo año, difícilmente será una realidad que nos depare el Año Nuevo.
Trabas y detractores, en el camino del ALCA, han surgido a cada movimiento de avance que ésta intenta. Los países de América del Sur resultan ser los principales abanderados en una posición contraria firme a dicha Área de Libre Comercio, la cual supone una respuesta estadounidense a la Unión Europea. Y en definitiva, una respuesta americana tal como entienden ese término los norteamericanos: una respuesta de los Estados Unidos a su rival europeo; contando con el supuesto apoyo del resto de países de Latinoamérica que, a final de cuentas, tienen un mínimo porcentaje de participación económica en el mercado internacional.
Centroamérica, actualmente, está a la expectativa de la ratificación del Cafta por parte del Congreso estadounidense. A pesar que el Cafta se ha proclamado en Centroamérica como un "Tratado de salvación" para nuestras microeconomías, lo que el futuro nos depara, con los acuerdos aceptados durante las negociaciones, no es nada alentador para los productores de nuestros países; en todo caso, el beneficiado por excelencia será consumidor. El problema, evidentemente, se agudizará para todos los sectores de la economía cuando la moneda se devalúe aún más y el circulante no satisfaga la demanda.
Muchos otros serán los efectos que el Cafta nos promete una vez entre en vigencia. Pero no debemos confundirnos, los efectos negativos y positivos del Cafta son perfectamente conocidos por los estudiosos de este fenómeno económico. Sin embargo, sus ambiciones y los anhelos parecen ser de dimensiones casi milagrosas para aceptar aventurarse a un proyecto injusto y desleal en su totalidad.
Los Estados Unidos muy bien advertido de todas las ventajas que se está garantizando con la firma del Cafta, seguramente se regocija de poseer un nuevo mercado donde exportar su producción excesiva, o incluso de haber conseguido un mercado externo para sus empresarios emprendedores; una especie de mercado de prueba. Sin embargo, el mayor logro de los Estados Unidos es el avance, sobre todo, en términos geográficos, de su conquista económica en América. El Cafta es una prioridad para el gobierno estadounidense, porque asegura el avance del ALCA.
Otros tratados y acuerdos le seguirán al Nafta y el Cafta, esta vez en América del Sur. Candidatos como Colombia se muestran anuentes a entablar negociaciones en materia económica con los Estados Unidos. Poco a poco la potencia norteamericana conseguirá establecer su autoridad en los mercados latinos, hasta instalar de una vez por todas el tan deseado ALCA.
Ahora bien, no podemos afirmar inocentemente que las intenciones de los Estados Unidos con el ALCA son las de una simple Área de Libre Comercio donde sus países vecinos del centro y sur de América serán los principales beneficiados; es evidente el interés de hegemonía comercial que aspira los Estados Unidos con la puesta en marcha del ALCA. Pero ¿acaso son meramente económicas las ambiciones de este país? La experiencia a lo largo de la historia nos predice la respuesta: No.
Sin duda las pretensiones políticas serán un componente primordial de las acciones que Washington emprenderá; el ALCA será un instrumento eficaz para la consolidación de su "área de influencia" a través del control económico, pero sobre todo político, de la región. Una nueva expresión del Destino Manifiesto, un triste futuro nos aguarda: América para los americanos, mejor dicho, para los norteamericanos, como ellos entienden ese término.
Estudiante de Diplomacia y Relaciones Internacionales.