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Geoeconomía y geopolítica del Plan Puebla PANAMÁ
Por Andrés Barreda (Facultad de Economía, UNAM)
Published in LUX: Organo oficial del Sindicato mexicano de Electricistas
Augusto-Septiembre 2001 Pg. 63-68
http://www.nodo50.org/pchiapas/documentos/ppp1.htm

La crisis social y política del sureste de México, conectada al estallido de la guerra en Chiapas (y posteriormente en Guerrero y Oaxaca) y a la insurgencia de un movimiento de resistencia y reorganización popular, es la parte más corrosiva de los diversos factores que ponen término al monopolio político del PRI. Prolongada crisis, que logra ser contenida y manipulada en una dirección no desfavorable a las elites del poder económico y político, nacional e internacional. Cuando el grupo en el poder considera la situación política en el límite (combinable con una potencial crisis económica mundial), se administra un eficiente relevo en el poder ejecutivo, gracias a la cooperación derechista del PAN y el PRI, así como a la parcial corrupción política y debilidad ideológica del PRD.

La cúpula empresarial y política, aprovecha hábilmente la confusión de la opinión pública generada por el fin del PRI para retomar sin dificultad los planes neoliberales precedentes de uso del territorio nacional y su población, manteniendo en primer plano la satisfacción de las necesidades comerciales e industriales que la globalización impone a las cúpulas empresariales mexicanas y estadounidenses. Por ello se reiteran religiosamente los planes de subordinación de México a las necesidades de desarrollo del territorio estadounidense.

Como la fuerza política de Vicente Fox es fugaz (porque se basa sólo en el hartazgo político contra las manipulaciones y corrupciones del PRI y en expectativas populares ingenuas de mejoría), el nuevo grupo gobernante se encuentra supeditado a condiciones económicas y políticas impuestas al país y a los capitales mexicanos por el gran capital y el gobierno de los Estados Unidos. Fox y su grupo no tienen, pero tampoco les interesa crear, una nueva fuerza económico-política nacional que contrarreste este complejo poder estadounidense. Les interesa, en todo caso, continuar engordando sus bolsillos y su poder político, para lo cual les resulta indispensable obedecer las reglas neoliberales del juego del mercado mundial.

En este contexto, el Plan Puebla Panamá (PPP) -principal iniciativa que, desde varios meses antes de la toma de posesión del cargo presidencial por Fox, ocupa la mayor atención de los medios de comunicación- resulta ejemplar por la manera en que dice buscar solución geoeconómica y geopolítica a los diversos problemas sociales, políticos, militares y económicos del sur de México y Centroamérica, favoreciendo a los principales grupos empresariales mexicanos, así como a los intereses del imperio.

El PPP es un programa de gobierno en el que reencarnan las iniciativas claves del Plana Nacional de Desarrollo Urbano 1995-2000 del expresidente Zedillo y el Megaproyecto del Istmo de Tehuantepec, elaborado en 1996 por la consultoría Ochoa y Asociados. Si bien se busca contrarrestar la desprestigiada imagen que adquiere esta última iniciativa maquillándola un poco como una supuesta solución a los viejos problemas de miseria del sureste de México. El plan de Fox continúa a pie juntillas la anterior necesidad de crear corredores en el Golfo de México, la costa del Pacífico Sur y el Istmo de Tehuantepec. Ejes carreteros no sólo concebidos como base del desarrollo urbano industrial, del desarrollo agropecuario y agroindustrial, sino también como vasos para la extracción de materias primas y corredores urbanos para la retención de trabajadores (incluso extranjeros) que hoy migran desde todo el territorio nacional. No casualmente en su sexenio nombra Zedillo a estos ejes "corredores de integración urbano regional".

Un mapa de América del Norte muestra el trazo de los corredores mexicanos de Zedillo como puentes terrestres interoceánicos (land bridges) que pretenden enlazar al este de los Estados Unidos (donde se concentra el 80% de su actividad económica) con la Cuenca del Pacífico. Siendo el corredor más importante de todos el Istmo de Tehuantepec, pues al igual que otros pasos centroamericanos, resultaba muy eficiente por la estrecha distancia de la franja terrestre que se requiere atravesar.

Estos puentes terrestres prometen operar mediante un sistema intermodal que traslada rápida y eficiente mercancías, mediante contenedores que pueden ser trasladados de cualquier medio de transporte a otro (barco, trailer, ferrocarril, ferrobarcaza o avión), sin pérdida de tiempo y con ahorro del proceso de almacenamiento. Dichos sistemas son la nueva infraestructura técnica paralela a la globalización de los medios electroinformáticos y al nuevo patrón de automatización industrial, un gigantesco sistema robotizado mundial. No resulta casual que las líneas estratégicas de traslado de mercancías estadounidenses y asiáticas, entre los polos más importantes de la economía mundial, sean simultáneamente imaginadas como líneas de ensamble maquilador que permiten superexplotar la mano de obra mexicana, centroamericana y caribeña, pagando salarios extremadamente bajos.

El PPP es una iniciativa del gobierno de México, que si originalmente pudo ser concebida para el provecho industrial o comercial de los empresarios mexicanos en el área centroamericana, en el contexto de la caótica crisis de recesión estadounidense, comienza a funcionar como un plan de control policiaco en el sur de México de los enormes flujos de transmigrantes centroamericanos (y sudamericanos, asiáticos, africanos, etc.) hacia los Estados Unidos. Desdiciendo en muy pocos meses la palabrería inicial con que el gobierno de México se presentaba a los gobiernos centroamericanos como el arrepentido hermano mayor que cuidaría los intereses de los menores, además de pedir disculpas por las grandes vejaciones que los trabajadores centroamericanos han sufrido en territorio mexicano.

Pero el plan de Fox si mantiene del programa de Zedillo y el Megaproyecto de Tehuantepec el interés por los ferrocarriles del sureste como centro de distribución de riquezas; por la carretera interoceánica de altas especificaciones entre Coatzacoalcos y Salina Cruz; por las cadenas productivas del complejo petroquímico de la región (el más importante de América Latina) como punto de apoyo para una nueva industria del ciclo del etano; por las plantaciones forestales, los parques industriales de maquila, la siderurgia, industria agroalimentaria y pesquera, programas de aprovechamiento de minerales, etcétera.

También se retoma otros programas que el Consejo Empresarial Mexicano para Asuntos Internacionales (cemai) y el Consejo Empresarial de Integración Económica del Sureste (ceides) formulan en febrero de 1997 en la revista Expansión; proponiendo el desarrollo del sureste con carreteras, ferrocarriles, hidrovías y "clusters" empresariales, que permitirían reunir capitales transnacionales, nacionales y regionales en torno del Istmo "de cabo a rabo" (que comprende Veracruz, Oaxaca, Tabasco y Chiapas), todo en conexión con otros proyectos económicos para la Península de Yucatán.

Este antecedente del PPP es el primer documento que habla de participación del sector privado en el desarrollo de infraestructuras hídricas (presas y distritos de riego), hidrovías intracosteras para toda la región pantanosa de Tabasco, canales de derivación y acueductos que llevarían hasta la península de Yucatán agua desde presas como Boca del Cerro, en la cuenca del Usumacinta. Infraestructuras presentadas, desde entonces, como solución al desabasto de agua en Yucatán, ocasionado por el crecimiento demográfico y el desarrollo económico, ligado a las maquiladoras e invernaderos de agroexportación. El PPP incluye el proyecto del Banco Mundial (y su red de organizaciones ambientalistas transnacionales) Corredor de Vida Silvestre en Centroamérica o Corredor Biológico Mesoamericano. Una conferencia realizada en Costa Rica durante septiembre de1993 bajo el auspicio del Proyecto Paseo Pantera es el punto de partida de las negociaciones del Banco con gobiernos centroamericanos. Aunque la negociación con el gobierno mexicano es hasta 1995, cuando se incorporan en este corredor las Áreas Naturales Protegidas de Quintana Roo, Campeche, Yucatán, Tabasco y Chiapas.

Se integró así a 33 ecorregiones que representan el 12% de la biodiversidad mundial, enlazando 400 Áreas Protegidas (9.5 millones de hectáreas) que son el 18% del territorio político mencionado. Sin embargo, para fines del sexenio de Zedillo, el área del corredor se extendía a la región de los Chimalapas en el Istmo de Tehuantepec; e incluso más allá, hacia la rica y poco conocida región mixe en el oriente de la Sierra Norte (o Sierra Juárez), a los bosques mesófilos y selva tropical de la Chinantla, o a la Sierra Madre del Sur no sólo en Oaxaca sino también en la Montaña de Guerrero.

El Corredor biológico Mesoamericano -resultado, entre otras cosas, de los sistemas de información geográfica en el estudio de ecosistemas y de la ingeniería genética que convierte a las reservas naturales en bancos genéticos in situ y a la diversidad cultural indígena en bancos de saberes locales- es concebido como un bizarro corredor donde se intercalan Áreas Naturales Protegidas (anp) con plantaciones (supuestamente "ordenadas" en áreas núcleo y cinturones de amortiguamiento). Además de que las plantaciones también son diseñadas para obtener productos industriales, alimentarios o medicinales que incluso la nueva ingeniería genética diseña para el mercado.

Este tipo de corredores biológicos fue diseñado por el Banco Mundial como una coartada para apropiarse el abigarrado mundo de las riquezas biológicas dentro de la nueva economía, sea como materias primas, sea como productos agropecuarios, farmacéuticos y forestales. Por ello en estos corredores biológicos no sólo importa el tránsito de especies que garantiza la vitalidad genética de las anp, sino también los flujos migratorios de biopiratas, finqueros terratenientes y ong ambientalistas nacionales y transnacionales que privatizan esta nueva riqueza estratégica.

Aunque se trata de programas geopolíticos orientados a fortalecer la hegemonía económica y política estadounidense, el grupo económico en el poder político de México busca sacar provecho de este tipo de procesos; buscando, con base en los recursos y habilidades preexistentes de las empresas mexicanas, insertarse en estos programas estratégicos. Es el caso de los capitales dedicados a la biotecnología y la agroforestería que aprovechan el cambio de régimen de propiedad y uso del suelo para el desarrollo de plantaciones forestales.

En el PPP los negocios de turismo convencional (que evolucionan hacia formas más ecologizadas o a formas de turismo de riesgo y aventura, pero se mantienen en el uso convencional de playas, ciudades tradicionales, etc.) se potencian con nuevas formas de ecoturismo, turismo cultural, agriturismo y ranchos cienegéticos, abiertas por los recientes cambios de uso de las riquezas biológicas y culturales del sureste. Aprovechan con cuidado estas actividades no sólo las cadenas transnacionales del turismo y las ONGs ecologistas trasnancioanles como World Wildelife Foundation, Conservation International, The Nature Concervancy, sino también muchos de los grupos empresariales del bloque en el poder; que apuestan más a este tipo de negocios cuanto más sinergia les permite formar con otros procesos incluidos dentro de la reorganización estratégica del sureste, como la privatización de puertos aéreos y marinos, la apertura de nuevas de carreteras, las actividades de bioprospecicón, la privatización de anp y el patrimonio cultural, la expropiación de tierras campesinas o la apertura cínica de grandes fincas neoporfiristas. Se recicla así el anterior mega proyecto turístico Mundo Maya, propuesto para el espacio de la llamada Selva Maya.

El PPP es ejemplar por como organiza esta región donde los corredores urbano industriales y los corredores biológicos coinciden contradictoriamente como en ninguna otra región del mundo. La formación de corredores urbano industriales corresponde a la integración de procesos de concentración y centralización de capital en los transportes, los sistemas intermodales y los medios de comunicación. Mientras la formación de corredores biológicos expresa el desarrollo de empresas que dominan el circuito de proceso de reproducción de la población. Al monopolizar la producción de granos, la industria alimentaria, el establecimiento de patrones mundiales uniformes del consumo de alimentos y enfermedades, la gestión médica de la salud y la producción forestal. Contradictorio caso paradigmático del proyecto del Istmo de Tehuantepec que el PPP extiende como un plan de desarrollo para la región ístmica de México y Centroamérica.

Por estos dos contenidos estratégicos contradictorios (los corredores interoceánicos y el corredor biológico) la visión de Fox del Plan Puebla Panamá no puede ser considerada como un mero plan de desarrollo regional, pues, lo sepa o no Fox, los antecedentes programáticos que se ve obligado incluir dentro de su programa de desarrollo, en realidad son planes geoeconómicos y geopolíticos, que de continuar aplicándose permitirán a los Estados Unidos consolidar su hegemonía sobre la Cuenca del Pacífico y sobre las economías asiáticas.

Si bien, los intereses particulares y las oportunidades de coyuntura propias de la economía estadounidense marcan un sesgo propio al desarrollo de estos intereses de largo plazo. Es el caso de la pasajera crisis de los nuevos puentes interoceánicos como el Istmo de Tehuantepec, ocasionada por la prolongada crisis financiera e industrial de México (1995-1996), las islas asiáticas del Pacífico (1998.1999) y los Estados Unidos (2000-2001), que aminora la importancia geoeconómica de esta región de paso.

Es el caso contrario del desarrollo de los corredores de integración urbano regional en la parte mexicana del Golfo de México (entre Matamoros, Tamaulipas y Cancún, Quintana Roo). Pues este es territorio de influencia del grupo de los grandes petroleros emplazados en Texas y la costa estadounidense del Golfo de México, a la vez que el espacio político de los grupos exesclavistas de la ultraderecha estadounidense y la familia Bush. El desarrollo de centros productivos, redes comerciales e infraestructuras costeras (explotación de yacimientos, plantaciones tropicales, sistemas de invernaderos, centros maquiladores, hidrovías, carreteras, ferrocarriles, puertos, sistemas de navegación, etc.) conecta las redes de ciudades del Golfo que favorecen en lo inmediato a los grupos empresariales actualmente en el poder político de los Estados Unidos, por lo que es de esperarse que dentro del PPP ocurra un rápido impulso a este corredor costero del Golfo de México, mas que el del istmo de Tehuantepec o de la costa del Pacífico.

En este sentido, también resulta posible se favorezcan en el corto plazo dentro del PPP los principales intereses energéticos y mineros de los "amigos de Bush", según se lo anunció el Plan Energético para las Américas firmado en Québec. Agilizando la pronta privatización de los yacimientos petroleros y gaseros del sureste de México, así como de otras infraestructuras petroleras (ductos, plataformas of shore, petroquímicas, etc.), nuevas hidroeléctricas (que también implican privatizar cuencas y selvas captadoras de agua) y plantas carboeléctircas y gasoeléctricas, las posibles plantas eoloelectricas de la región de la Ventosa en Tehuantepec, e incluso los yacimientos minerales energéticos (de uranio) y no energéticos.


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