Por Juan Alejandro Tapia El Heraldo, Barranquilla, martes 3 de abril de 2001 Cuando hace quince días Ricardo Orozco Serrano viajó por última vez a Bogotá lo hizo no sólo para cumplir con sus funciones como Vicepresidente general de la Asociación Nacional de Trabajadores y Empleados Hospitalarios (Anthoc), sino para solicitar protección ante las reiteradas amenazas en contra de su vida. Esas amenazas, que comenzaron un año atrás cuando Orozco Serrano asumió el cargo, tuvieron ayer su desenlace con el asesinato del líder sindical de 37 años de edad, mientras esperaba un taxi a cuatro cuadras de su casa en el barrio Los Almendros, Municipio de Soledad. Siendo las ocho y media de la mañana, Orozco Serrano y una compañera del sindicato Distrital de Anthoc fueron interceptados en la esquina de la calle 83 con carrera 18 por dos hombres que se les acercaron caminando y, con pistolas calibre nueve milímetros, abrieron fuego exclusivamente contra el sindicalista, quien recibió cinco impactos en la cabeza y quedó tendido sobre la vía. Los primeros uniformados que llegaron al lugar recibieron la información de que los asesinos subieron a un Chevrolet Sprint de color azul. La Policía cerró varias vías a la redonda, pero no se pudo dio con el paradero del vehículo. Ilesa pero víctima de una fuerte alteración emocional, la acompañante de Orozco Serrano fue remitida al Hospital Barranquilla. La pareja de sindicalistas se dirigía a una asamblea informativa a celebrase en el Hospital Nazareth, en la que se debatiría la situación salarial de los trabajadores de la salud en el Atlántico. El testimonio de la mujer es considerado como pieza clave en el curso de la investigación. “Por lo pronto sólo contamos con la información que nos pueda suministrar la persona que lo acompañaba y esperamos que la comunidad nos brinde un tiempo prudencial para empezar a ofrecer resultados”, sostuvo el Comandante de la Policía del Atlántico, Brigadier General Arnaldo Sandoval Salamanca. “Del señor Orozco Serrano sabemos que pasaba buena parte de su tiempo fuera de la ciudad, especialmente en Bogotá, y nunca se acercó a la Policía para denunciar amenazas”, aseguró el oficial. Anoche la Policía dio a conocer un retrato hablado del sicario que disparó contra el sindicalista. Se trata de un hombre de aproximadamente 25 años, cabello negro y corto, tez blanca, 1.75 metros de estatura, boca mediana con labios delgados y orejas pequeñas. QUIEN ERA Desde la fundación de Anthoc, hace más de 15 años, Ricardo Orozco Serrano se caracterizó por mantener una posición férrea en defensa de los derechos de los trabajadores de la salud y el mejoramiento de la dotación de los hospitales. Los orígenes de Orozco Serrano en el movimiento sindical se remontan 22 años atrás con su ingresó al Hospital Barranquilla, donde en la actualidad ocupaba la jefatura de mantenimiento. También estuvo al frente de Anthoc Distrital, de la que además fue secretario y fiscal. Según compañeros sindicalistas, Orozco Serrano fue uno de los abanderados de la lucha por mejores garantías salariales durante la convención de trabajadores de la salud celebrada en diciembre pasado en Barranquilla, en la que se llegaron a acuerdos para consolidar la estabilidad laboral de los mismos. “Siempre fue un luchador, defendía a los trabajadores por encima de quien fuera y ésa forma de ser le generó muchos contratiempos”, comentó una compañera del Hospital Barranquilla. Ricardo Orozco Serrano estaba casado con Neyla de Jesús Bolívar, presidenta del sindicato del Hospital de Baranoa, y deja una niña de un año. Siguiendo su rutina, la esposa del sindicalista salió de su casa en Los Almendros a eso de las seis y media de la mañana con destino a la población donde labora. A la escena del crimen llegó tres horas después, llevando a su pequeña en los brazos. TEMOR GENERAL Pese a que las autoridades aseguran que Orozco Serrano no había informado sobre las amenazas en su contra, líderes sindicales denunciaron ayer un nuevo método para ejercer presión sobre sus actividades. “Ahora ya no llegan amenazas con nombre propio sino que se amedranta a toda una colectividad como es el caso de Anthoc”, sostuvo José Tovar Castro, fiscal ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT). Las amenazas a las que se refiere Tovar Castro llevaron a dos líderes de Anthoc Distrital, Angel Salas y Robert Alvarino, a abandonar el país en meses pasados. Una compañera de Orozco Serrano denunció ayer frente al cadáver del sindicalista que varios miembros de Anthoc han recibido cartas anónimas con cruces de sangre en su interior. Según Tovar Castro, la situación de Anthoc y de otros sindicatos fue denunciada en el marco del paro estatal del 22 de marzo, sin encontrar respuesta por parte de las autoridades.
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