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Date: Fri, 15 Jun 2001
Colombia: Ley 81, ley para la guerra

Colombia: Hay que intensificar la guerra para presionar la paz
Micaela Miranda
Altercom 

Ley 81 de seguridad nacional: Una paz a las malas

Los recintos magnos de Colombia que enmudecieran en 1990 ante el
nacimiento de una de las Constituciones "más progresistas" del
continente a favor de los derechos del ciudadano colombiano,
ensordecen hoy ante los militaristas y sus ruidos de sable, que
intentan imponer desde estas mismas instituciones la tiranía de
las armas.

En nombre de la "Defensa y Seguridad Nacional" se discute en el
Congreso de la República el Proyecto de ley 81 conocido
popularmente con el nombre de "legislación de guerra", documento
que instauraría legalmente normas represivas, arbitrarias e
impunes en favor de la Fuerzas Militares.

Los carros-bomba que recientemente sembraron el terror en Cali,
Medellín y Bogotá estaban destinados a crear el caos y así
obligar a que dentro de este proyecto de ley se discuta y
apruebe, también, un estatuto antiterrorista.

POR LAS MALAS

Según afirma la cúpula militar, la que acude puntualmente a cada
sesión de la Cámara donde se discute el Proyecto, "la álgida
situación de inseguridad que vive Colombia hay que combatirla
cada vez con mejores armas y lo que se pretende es que las FFAA
estén dotadas de herramientas legales que le permitan ejercer
mejor su trabajo".

Por su parte, varios parlamentarios, dirigentes de izquierda,
ONG's y la ONU manifiestan temor y se oponen a que los militares
colombianos, acusados internacionalmente por violaciones a los
Derechos Humanos, reciban ilimitados recursos legales que
beneficien este tipo de proceder.

El Proyecto presentado a la Cámara por un senador liberal
promueve dentro de su articulado eliminar los recientes cambios
impuestos al Código Militar Disciplinario donde se limitaba la
obediencia debida, el fuero militar y se penalizaba, además, la
desaparición forzada de personas, el genocidio y el
desplazamiento forzado. 

Otro recurso que solicita la "legislación de guerra" es el
derecho de las Fuerzas Militares a catalogar la situación y
funcionar, según lo estimen, pasando de una "situación de paz a
la de conflicto bélico interno y posteriormente a estados de
excepción" precisando así, la creación de teatros de operaciones
militares donde los comandantes militares designados adquieren
plenos y omnímodos poderes, incluso judiciales.

El articulado además resucita las cooperativas de seguridad
Convivir, agencias del sicariato y de legalización del
paramilitarismo y vulnera leyes como el Habeas Corpus y la
presunción de inocencia, cambiando a este último por la
presunción de culpabilidad. La justicia ordinaria queda limitada
en sus investigaciones a los militares e incluso, en caso de
muertes, éstos podrán convertirse en juez y parte de los hechos.


"EL REVOLCON"

Estas nuevas disposiciones militaristas que se discuten en el
Senado de la República responden al supuesto "revolcón" que
adelantan las instituciones militares frente al conflicto
interno colombiano. Ahora los Generales manifiestan que "no se
puede seguir hablando de problemas de orden público cuando en
realidad lo que hay en Colombia es una guerra". 

A juicio de los militares esa guerra se debe cortar y aseguran
que "es necesario desbalancearla rápidamente en favor del
Estado, para que así las guerillas tengan el incentivo de
querer negociar hoy porque se convencen de que más tarde estarán
en peores condiciones". En otras palabras, hay que intensificar
la guerra para presionar la Paz. Por eso el nuevo lema dentro de
las instituciones militares sostiene que "estamos en guerra y
estamos ganando".

Esa visión netamente militarista del conflicto colombiano que
implica la renovación del equipo militar, la tecnificación con
armas avanzadas y la inversión de un presupuesto de más de ocho
billones de pesos al año, es respaldada también por el gobierno
norteamericano que suministra ayuda militar y recursos
estratégicos. 

Dentro de las mismas Fuerzas Militares se afirma la idea de que
"el revolcón" ha sido producto de la llegada de Estados Unidos.
No porque desde el Pentágono o desde el Comando Sur se trajeran
recetas hechas. Sino porque con la ayuda militar estadounidense
al Plan Colombia hubo necesidad de conversar los planes e
intercambiar ideas".

Y dentro de esas ideas está la de promover la "legislación de
guerra" para que se le de un marco legal "adecuado" al accionar
de la fuerza pública, pues, según argumentan, el campo
operativo, militar y técnico ya esta resuelto. 

No obstante, en opinión de demócratas, ONG y juristas
respetuosos del Estado de Derecho, la iniciativa es un pasaporte
a la impunidad, una nueva talanquera para el proceso de paz, la
reinstauración del Estatuto de Seguridad de la época Turbay
(1978-1982) y un peligroso paso hacia la instauración de una
dictadura militar.


=====
Saludos,Melina.


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