archivos de los protestos globales
Asesinado presidente seccional del SINTRADIN en Valledupar
ASESINADO DIRIGENTE DEL SINDICATO DE TRABAJADORES DE INCORA
CONDENAMOS ESTE EXECRABLE CRIMEN Y EXIGIMOS SU TOTAL ESCLARECIMIENTO PARA
EVITAR QUE QUEDE IMPUNE
En la tarde de ayer, cuando se dirigía de su casa al trabajo en la ciudad
de Valledupar, fue asesinado el presidente de la seccional Cesar del
Sindicato de Trabajadores de Incora —SINTRADIN- compañero RODRIGO GAMBOA
COY, quien por más de veinte (20) años dedicó sus mejores esfuerzos al
trabajo con las comunidades campesinas e indígenas sujetas de reforma
agraria, como también a la lucha consciente, responsable y decidida en la
organización sindical, no sólo con SINTRADIN sino también con la CUT en el
departamento del Cesar.
Su muerte, deplorable y condenable desde todo punto de vista, se inscribe
en el marco de la espiral de guerra sucia que sufren los sectores
populares, en momentos en que se prepara la posesión de un gobierno que ha
anunciado el escalamiento de la guerra, dentro del cual las libertades
ciudadanas y los derechos de expresión, asociación y movilización, serán
reducidos y, los dirigentes sociales y populares, reprimidos.
La eliminación física de nuestro compañero está directamente relacionada
con su accionar como dirigente social comprometido con las causas
populares de las comunidades indígenas y campesinas, que en Colombia
históricamente han sido presa de la voracidad de los latifundistas y
empresarios rurales, enemigos de la reforma agraria, la paz con justicia
social y los derechos de asociación de las comunidades rurales y los
trabajadores; y no dudamos que quienes ordenaron su muerte son aquellos
que no quieren obstáculos ni voces disonantes en su camino hacia la
imposición de la fuerza como medio para imponer los intereses del capital,
la transnacionalización y la globalización imperialista.
Al condenar públicamente este lamentable hecho, hacemos la exigencia firme
al gobierno nacional y a los organismos encargados de hacer justicia en el
país, de que se adelante pronta y eficientemente la investigación de este
caso, para evitar que se sume a muchos otros impunes, y se condene a los
autores intelectuales y materiales de este vil asesinato, que enluta no
sólo a los trabajadores de Incora sino también a las comunidades rurales
del país.
Del mismo modo llamamos a todas las organizaciones sociales y populares a
expresar su solidaridad en este hecho y a exigir del Estado colombiano la
cesación de la guerra sucia y la observancia de las libertades necesarias
para el ejercicio democrático de los derechos ciudadanos, hoy seriamente
limitados, con el pretexto de la lucha contra el terrorismo.
Finalmente invitamos a las comunidades, organizaciones rurales y a los
trabajadores del Incora, a no bajar la guardia en momentos en que la
defensa de los derechos humanos, de la economía campesina, del patrimonio
genético de la nación, de la reforma agraria, de la seguridad y autonomía
alimentaria y de la institucionalidad pública constituye un imperativo
moral, frente a la arremetida que los grupos de poder y el nuevo gobierno
anuncian en estas y otras materias, que afectan de manera directa a los
sectores más vulnerables de la población colombiana.
JUNTA DIRECTIVA NACIONAL SINTRADIN
Agosto 01 de 2002
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