Los objetivos de la Marcha eran tomar una postura de solidaridad de las mujeres de Colomiba, a la vez que un relacionamiento con otras organizaciones de mujeres del mundo, con el fin de fortalecer la resistencia de las mujeres y de las comunidades frente a los actores armados. Asismismo, se trataba de recuperar los espacios públicos y adoptar una posición pública y civilista frente a la guerra. Dentro de la situación de Barranca, hay que entender que este punto no era precisamente fácil.
ORGANIZABAN: Organización Femenina Popular (OFP) y Ruta Pacífica de Mujeres.
Duró tres días. En el primero, los autobuses partieron en caravana desde distintas ciudades de Colombia y llegaron a un punto de la ciudad. Allí se organizó una concentración y una marcha hasta el parque donde se iba a celebrar el acto de "Exorcismo contra el miedo"; hubo canciones indígenas, bailes, saludos a las distintas regiones y comunidades, y a las delegaciones internacionales.
El segundo día se preparó un panel con distintas intervenciones de mujeres del mundo; se trataba de socializar las diferentes experiencias de las mujeres contra la guerra. Intervinieron representantes de Guatemala, Brasil, España, y de las organizadoras de la OFP y la Ruta Pacífica; al acto asistieron casi dos mil personas; contamos con la presencia de la Sra. embajadora de Austria, y una Senadora colombiana. Asistieron muchos medios de comunicación, televisiones, radios, periódicos. Cuando ya estábamos todas las delegaciones dentro, no dijeron que se había convocado una contramanisfestación frente al pabellón donde nos reuníamos. Unas ciento cincuenta personas portaban pancartas en las que se leía "Las mujeres apoyan a la guerilla" (también aludían a las internacionales), y "No más jóvenes colombianos becados para aprender la subversión" (suponemos que se referían a las becas para estudiar en el extranjero). Supimos que la gente de los barrios las sacaron de sus casas para que fueran a esta manifestación forzosa. Por la noche tuvimos vigilia frente a las Casas de la Mujer que la OFP tiene en distintos barrios. Actualmente hay 3 casas (aparte de la oficina central). En todas se hizo un recorrido o peregrinación por las calles, con velas prendidas y con canciones. La acogida final se realizaba en una de las parroquias del barrio, con la celebración con los muertos y desaparecidos de la guerra. Fue un acto muy emotivo, a la vez que peligroso, pues en los barrios no se había producido nunca una marcha de este tipo.
Sentíamos que continuamente merodeaban jóvenes a nuestro alrededor, y las organizadoras y demás grupos de apoyo estaban muy pendientes. Cuando un grupo de hombres intentó acercarse a la marcha, cerca de donde se hallaba la senadora, ésta cogió miedo por lo que pudiera pasar y regresó a su hotel.
Asistimos dos mil personas, entre mujeres y hombres; la Sra. embajadora de Austria nos acompañó hasta el final. En la casa donde nosotras estuvimos, se hizo un "sancocho" (la comida más popular), en grandes ollas y en mitad de la calle. Fue un momento muy enriquecedor para entablar contacto con mujeres de otras organizaciones. Todo el mundo cenó, bailamos y tomamos trago; en definitiva, la noche se convirtió en una gran fiesta; dejamos todo recogido para que no luego no hubiese problemas con el vecindario. Al día siguiente nos enteramos de que en este barrio les cortaron la luz y el agua durante todo el día, como señal de amenaza y de "castigo". También supimos que a las mujeres que vivían en los barrios no les dejaron ir a la marcha, las hicieron bajarse de los autobuses. Algunas se fueron caminando durante horas. A la entrada de los barrios suele haber durante el día un control de policía.
El tercer día se hizo el Plantón comunal y público. Se hizo en un sitio muy representativo de BarrancaBermeja, cada mujer vestía de negro o llevaba su bata negra; el calor era tremendo y hubo algunos desmayos. Se trataba de hacernos sentir, de manifestar nuestra presencia, y de crear un poco de caos con el tráfico (es un cruce de caminos). Se hizo mucho hincapié en la representación internacional, con gran despliegue de banderas. Antes del plantón, los autobuses hicieron un circuito por toda la ciudad, en caravana.
En ellos bailamos, cantamos, y los jóvenes tocaban la tambora; hacíamos ruido, coreábamos frases y nos hacíamos sentir. Por la noche hubo concierto hasta altas horas de la madrugada. Conciertos suele haber a menudo, pero no con un sentido político; la importancia de este se centraba en sacar a la calle a la gente a recrearse, pero desde una determinada posición: la de enfrentarse a la guerra. Fueron horas de alta tensión para las organizadoras, al ser al aire libre y poder ir cualquiera que lo quisiera. Se organizó en un parque al que las mujeres dieron el nombre de Parque de la Vida; antiguamente allí se ubicaba un cementerio. Acabó sin mayores incidentes, aunque algunas mujeres que partían esa noche estaban bastante preocupadas, bien por ir por carreteras peligrosas, bien porque tenían que viajar por el Magdalena; hubo amenazas a los transportistas de las chalupas, y tuvieron que improvisar otra forma de llegar; esa tarde las noticias habían dicho que se habían encontrado explosivos en una chalupa, luego resultó no ser verdad.
La presencia de la Iglesia y los movimientos populares, sindicatos, etc, ha sido constante durante la movilización. Las regiones colombianas que participaron en la Marcha fueron más de diez (Chocó, Bolívar, Antioquia, Cauca, Valle del Cauca, Putumayo, Caquetá, Lizaralda (?), Cundinamarca, Santander, etc.)
Tuvimos dos reuniones entre la OFP, la Ruta Pacífica y las Internacionales. Elaboramos, aunque un poco deprisa, el primer comunicado internacional; faltan algunos grupos por firmalo. Vinimos gente de 19 países; la delegación más numerosa era la de Canadá (30 o más personas). Se esbozó una estrategia de solidaridad internacional; la idea es que no sea una solidaridad en casos de emergencia, sino el diseño de un campaña continuada; el lema central sería incidir en las estrategias contra el miedo; se estuvo hablando de que la campaña debía ser nacional, de toda y por toda Colombia, pero que quizá sí se pudiese focalizar el asunto desde algo más concreto, como sería BarrancaBermeja; tomar a esta ciudad y a esta Marcha de Mujeres como símbolo. Con esto se apoyaría otra campaña nacional contra el miedo (en la OFP han iniciado su estrategia de "hagámosle el amor al miedo").
El miedo es el mejor método para desbaratar la sociedad civil, el mejor instrumento que tiene el paramilitarismo; los paramilitares han diseñado su campaña ideológica, están tratando de crearse una base social, lo malo es que lo están tratando a costa de sembrar el terror. En estos días hemos tenido más noticias del descubrimiento de fosas comunes y del descuartizamiento con motosierras. Según nos cuentan, en Barranca iban 50 personas desaparecidas en 10 años; ahora han desaparecido unas 53 (que se sepa), en lo que va de año. La televisión sólo saca noticias de asaltos y amenazas de las FARC y del ELN, los bloqueos que hacen, los secuestros, las escaramuzas, los muertos que provocan. Pero no hacen alusión a las fosas y los descuartizamientos; los periódicos en cambio si hablan, y muestran fotografías; los dos últimos muchachos se encontraron en el barrio del Nororiente. La noticia decía que probablemente la gente tuvo que ver cómo se los llevaban de las casas, pero nadie lo ha denunciado.
Las mujeres de la OFP quieren empezar a ver cómo siguen ahora con una campaña que les dé visibilidad y que continue con la "buena impresión" que ha quedado después de la Marcha. La delegación del estado español estuvimos charlando con ellas más detenidamente, y entre todas apuntamos algunas ideas. Vimos como dos vertientes: por un lado, se trataría de diseñar una campaña de mujeres contra la guerra, con un objetivo a corto plazo (movilización, etc.) y otro a más largo plazo para profundizar sobre la violencia, sobre las causas y consecuencias de la guerra, sobre la resistencia de la mujer frente a la violencia; solicitan de alguna mujer que pudiera venirse a Barranca durante dos o tres meses, para colaborar en este diseño; desearían trabajar más el antimilitarismo y la noviolencia, y piden colaboración de las españolas que han seguido las campañas antimilitaristas.
Agradecen también cualquier noticia sobre resistencia contra la guerra; están muy interesadas en conocer las resistencias de las mujeres de la ex Yugoslavia, y cómo fue su proceso, y también de las mujeres de Israel y Palestina. Otra vertiente, sería una apoyo internacional para que se perdiera el miedo a las denuncias. Pensábamos en una oficina de Veeduría Femenina Internacional, donde las denuncias se pudieran realizar de forma anónima y/o colectiva; ellas aportarían la infraestructura, pero las mujeres tendrían que ser extranjeras (de momento es lo único que respetan); se necesita sacar a la luz las denuncias, y se apuntó la idea de crear "muros de denuncias" donde estuvieran bien visibles para toda la población (en los barrios la gente no lee el periódico). Sobre estos dos puntos creo que podemos sacar algo interesante, y nuestra colaboración internacional es imprescindible.
Dificultades. Ellas nos dicen que son las dificultades normales dentro de una guerra. A los paramilitares no les gusta que se hable en contra de la guerra, aunque en su propaganda dicen que ellos están por la paz. Se han producido amenazas hacia las casas y hacia algunas mujeres en concreto; durante una semana al menos, las organizadoras estarán "de viaje" forzoso. Brigadas Internacionales de Paz y mujeres de Suiza y España estamos haciendo acompañamiento o acto de presencia en las Casas de la Mujer de los barrios, especialmente durante la hora del almuerzo, pues a los comedores puede ir cualquiera. De momento todo está tranquilo. Tuvimos sabotaje en el estadio donde se alojaban parte de las mujeres de la Marcha, cuando volvieron la segunda noche les habían cortado la luz y el agua; también amenazas a conductores. Algo que denuncian las mujeres es la ausencia de la autoridad civil, especialmente la Alcadía, la ineptitud para afrontar este evento, su política es la "no actuar".
Habría mucho más que hablar, pero lo dejo en esta exposición de lo que han sido los 3 días centrales. Cuando les preguntamos a la OFP qué necesitan ahora, nos dicen "CONTINUAR, CONTINUAR, CONTINUAR, que se note que estamos hablando contra la guerra en medio de la guerra". Nos manifiestan su angustia de cómo hacerle frente al futuro inmediato, de que su trabajo y el apoyo internacional no se quede en acciones puntuales, su esperanza de que pueda crecer un movimiento de continuidad que vaya cogiendo fuerza.
Informe de Mujeres de Negro de Madrid.