El Colombiano
Medellín, Martes 8 de Octubre de 2002
Con el inicio de la operación Ónix 4, en Villa Garzón, Putumayo, el Gobierno Nacional cumplió su promesa de fumigar sin contemplaciones esta región del sur del país.
La operación cuenta con 300 unidades de la división Antinarcóticos de la Policía, ocho helicópteros artillados y 14 aviones de fumigación, pues el objetivo es lograr la erradicación de 14.000 hectáreas sembradas con coca.
"Este gobierno está claramente muy resuelto a aumentar el programa de fumigación y a asegurar que tenga éxito", dijo un funcionario estadounidense, quien agregó que "el gobierno anterior fue menos determinativo que éste".
De funcionar la nueva estrategia, los funcionarios de E.U. confían en que la cantidad de tierra sembrada con coca en Colombia caiga a una tercera parte o menos de los niveles actuales, entre 2004 y 2005.
Según datos recientes del Ministerio de Defensa, hasta el 1 de octubre de este año se habían fumigado 97.000 hectáreas de cultivos de coca y amapola, superando las fumigaciones de todo el año 2001.
Para el director de la Policía Nacional, general Teodoro Campo Gómez, la erradicación va de la mano con la recuperación de la gobernabilidad y la tranquilidad de estas regiones pues, según dijo, se trata de zonas controladas por grupos armados ilegales como las Farc.
"La Policía no va a permitir que los cultivos de coca y amapola sigan creciendo en el Putumayo y por eso, los vamos a erradicar de plano, vamos a terminar con ese negocio. Ése es el compromiso del nuevo Gobierno", enfatizó el alto oficial.
Por su parte, la directora del Plan Colombia, Sandra Suárez, advirtió que "hay una fuerte presión de los grupos armados ilegales para que los campesinos siembren amapola en medio de los cultivos de plátano, yuca y café".
En cuanto a las denuncias que algunos campesinos y congresistas han hecho sobre el programa calificando a las aspersiones con glifosato como "indiscriminadas", el director de la Policía y la directora del Plan Colombia insisten en que no es así, porque se están llevando a cabo todos los controles técnicos necesarios.
"Cuando hay cultivos lícitos entreverados, una de las modalidades que utilizan los auspiciadores de esta conductas ilegales, también hay que eliminarlos", dijo el general Teodoro Campo, refiriéndose a que continuarán las fumigaciones intensivas aún cuando la coca esté mezclada entre productos de pancoger.
Según las denuncias más recientes del personero de La Hormiga, Putumayo, Leandro Romo, a raíz de las aspersiones con glifosato unos 7.000 campesinos e indígenas padecen problemas cutáneos, gástricos y respiratorios y otros 3.500 salieron como desplazados.
El funcionario solicitó la presencia de organismos de salud para atender lo que considera "una emergencia sanitaria".
Más árboles en vez de hojas de coca
Paralelamente a la intensificación de las fumigaciones, el gobierno de Álvaro Uribe Vélez se propone llevar a cabo un ambicioso plan de reforestación para ofrecer una alternativa económica a los campesinos que decidan abandonar los cultivos de coca y amapola. Según la propuesta, que en este momento estudian varios gobiernos europeos para determinar su apoyo económico, serían beneficiadas unas 50.000 familias con $5 millones anuales, cada una, para reforestar áreas con bosques nativos y maderables. En la estructuración del programa trabajan los ministerios de Agricultura y Medio Ambiente y el Plan Colombia. El objetivo es que la estrategia sea sostenible en el mediano y largo plazo y se sustituya eficazmente el uso de estos suelos.