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Ocupacion paramilitar en Choco

INFORME EJECUTIVO No 10

Consejo Comunitario Jiguamiandó y familias Curbaradó
SITUACIÓN COMUNIDAD PUERTO LLERAS
"No queremos desplazarnos".

1. El domingo 5 de enero hacia las 12:00 horas CARLOS SALINAS BECERRA, padre de familia de 39 años, DORA LUZ SANCHEZ madre de familia de 29 años, esposa de CARLOS; CRISTIAN SANCHEZ hijo de 10 años; AIDE SALINAS SANCHEZ, hija de 5 años y JHON JAIRO CUESTA BECERRA de 31 años, se encontraban labrando una embarcación de madera tipo casco en un sitio estratégico para los armados que preparaban el ingreso al poblado de refugio de los habitantes de la comunidad de Puerto Lleras en la cuenca del Jiguamiandó.

Los armados vestidos de camuflado, algunos con boinas del ejército regular, con insignias de la Brigada XVII y el Batallón Voltígeros; y otros con brazaletes con letras blancas de las AUC, detuvieron a los civiles que allí se encontraban. A uno de ellos apuntaron en la cabeza, lo insultaron e intimidaron. Minutos después a los dos adultos integrantes del Consejo Comunitario los amarraron con las manos hacia atrás y se les apropiaron de las herramientas con las que adelantaban su trabajo.

Uno de los armados les manifestó: "ustedes se quedan aquí hasta nueva orden". Minutos después les expresaron: "nos los llevamos por que los necesitamos. Necesitamos gente para trabajar en el proyecto de palma. Allá arriba en el borde necesitamos a la gente para trabajar en el proyecto". Permanentemente insistieron en que necesitaban gente para el proyecto de palma aceitera. Dos horas después, mientras los campesinos continuaban retenidos, escucharon las descargas de armas de fuego en el caserío donde la comunidad de Puerto Lleras se encuentra refugiada.

Hacia las 19:00 horas los tres adultos y dos menores fueron dejados en libertad. Antes de dejarlos marchar, insistieron en que trabajaran con ellos en el proyecto de palma, a lo que los campesinos se negaron. Los armados agregaron: "desde hoy estamos mas de 1.800 hombres en este territorio no nos vamos a ir". "necesitamos población, vamos a estar visitándolos". "ustedes han tomado la decisión de regresarse, ustedes ya saben que tienen riesgo". "en este momento no vayan a Puerto Lleras por que va a haber combates y pueden resultar muertos". Minutos después, ya desamarrados, los campesinos decidieron internarse en la selva hasta las 14:00 horas del lunes 6 de enero cuando regresaron a la zona de refugio de la comunidad de Puerto Lleras.

2. Hacia las 14:30 horas del mismo día, mientras los cinco afrodescendientes estaban detenidos, entre diez y once hombres vestidos decamuflado con armas largas y cortas ingresaron al caserío en el que se refugia la comunidad de Puerto Lleras disparando con fusiles a la población. Los armados, algunos de ellos con insignias del Ejercito Nacional y otros con brazaletes de las AUC lanzaron dos granadas de fusil contra un grupo de doce niñas y niños y una mujer que se encontraban en el bosque. Otro grupo de jóvenes a quienes les dispararon cuando buscaban refugio, se salvó de ser impactado gracias a que un motor de la comunidad bloqueó los disparos.

Cinco familias que no lograron salir fueron objeto de insultos e intimidaciones verbales: "ustedes son guerrilleros, les dan comida a la guerilla" "h.p, ustedes apoyan a la guerilla, estamos aquí y no nos vamos". "A todo el mayor de 14 años que corra le vamos a dar plomo, lo vamos a matar". "Ustedes no salen a Pavarandó y deben hacerlo (.) ¿Por qué no salen ustedes a Pavarandó a mercar, quien quiera ir puede hacerlo, la carretera está buena (.) Quién quiera estar en la zona puede estar, debe acostumbrarse a nuestra presencia (.) Vamos a estar constantemente en la zona, aquí no estamos viendo que hay trabajo, el que no se vaya de aquí que se quede pero que se vea el trabajo"

Posteriormente, los armados sacaron una lista en la que leyeron los nombres de CARLOS SALINAS BECERRA, DORA LUZ SANCHEZ; CRISTIAN SANCHEZ, AIDE SALINAS SANCHEZ, y JHON JAIRO CUESTA BECERRA y les expresaron:"No cuenten más con ellos. A ellos nos los llevamos con nosotros. Hemos estado hablando cuatro horas con ellos y si los soltamos van a hablar y los van a matar. Sintonicen la emisora Bajirá Estereo. Pongan mucho cuidado, allí los van a escuchar. A ellos no los vamos a soltar."

Posteriormente, preguntaron por la madre de CARLOS a quien se querían llevar, a lo que la comunidad se opuso por la avanzada edad de la señora.Los armados expresaron que necesitaban a dos personas más MANUEL PAZ y JULIO MURILLO, nombres que los miembros de la comunidad desconocen.

Luego de varios minutos de intimidación, requisaron cada uno de los ranchos de los miembros de la comunidad, robaron gallinas y ollas del hogar de Bienestar Familiar e intentaron llevarse la poca existencia de medicina con la que contaba el poblado, donadas por una organización humanitaria internacional; a lo que la comunidad se opuso.

Antes de marcharse, repitieron que no se irían, que permanecerían en el territorio que se fueran acostumbrado a verlos por que estarían cada día, cada dos días, tres días o cada ocho días. Finalmente les dijeron: "traten de atrapar a la gente. Suerte. Nosotros nos vamos pero volvemos".

Hacia las 18:00 horas de ese mismo día, los armados regresaron nuevamente al caserío, no obstante la casi totalidad de la población se encontraba buscando refugio en la selva.

3. El martes 7 de enero hacia las 10:00 horas, la mayoría de los habitantes refugiados de la comunidad de Puerto Lleras regresaron a su caserío. Hacia las 14:30 horas los armados ingresaron nuevamente esta vez, no desde un solo lugar, sino desde los alrededores intentando sitiar a la comunidad, evitando que salieran hacia la selva.Los armados buscaron en varias casas y preguntaron por los adultos que fueron detenidos dos días antes. Nuevamente reunieron a los habitantes del poblado que no lograron salir, reiterando la propuesta y las amenazas de la incursión anterior en relación a su permanencia en la zona, a la advertencia de que el mayor de 14 años que vean correr sería asesinado, a los 1800 hombres que controlarían el territorio que consideraban de ellos, a su intención de continuar con los cultivos de palma aceitera y la necesidad de gente para que les trabaje. Los armados que en esta ocasión sólo tenían insignias de las "AUC" estuvieron en el refugio de las comunidades hasta el final de la tarde.

La operación militar de tipo irregular unidades regulares y "civiles armados"- expresa nuevamente el desarrollo de acciones contrainsurgentes contra la población civil de modo encubierto con el pretexto de perseguir a las FARC-EP; la población es blanco militar y objetivo de control social a través de este tipo de operación armada. Al mismo tiempo están pretendiendo definir los límites territoriales para la ampliación de la frontera agrícola, ligada al proyecto agroindustrial de la palma aceitera.

La comunidad continúa afirmando su derecho a la vida y al territorio y continúa constando la urgencia de una respuesta estatal y gubernamental conforme a la ley 70, al Derecho Internacional de los Derechos Humanos y al Derecho Humanitario.

En la zona continúa la presencia de una comisión humanitaria de entidades de la iglesia católica, de derechos humanos nacionales e internacionales y de organismos intergubernamentales de las Naciones Unidas.

Urge una presencia humanitaria nacional e internacional permanente, como lo ha solicitado la comunidad para evitar su desplazamiento y un posible destierro definitivo. Para la comunidad afrodescendiente, la presencia en estos momentos es un apoyo moral que posibilita la defensa integral de sus derechos.

Bogotá, 10 de enero de 2003

COMISION INTERECLESIAL DE JUSTICIA Y PAZ

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