Los cabildos indígenas y la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca como autoridades tradicionales, denunciamos ante la opinión pública nacional e internacional:
Que nuestros territorios indígenas desde el día 14 de febrero del presente año, están siendo bombardeados indiscriminadamente por artillería aérea y terrestre del Ejercito Nacional, en medio de los enfrentamientos que sostiene con la guerilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC-EP. Concretamente, en las veredas de Zumbico, Barondillo, La Mina, el Tablón y Chimicueto del municipio de Jámbalo; La Cruz, La Primicia, El Flayó, Santo Domingo y López del municipio de Toribio y; la Cominera, el Placer, el Vergel y la Cuchilla en el municipio de Corinto y parte de Caloto.
Estos bombardeos cumplen ya quince días de estarse realizando, siendo la población civil la más afectada, pues han averiado nuestras viviendas, destruido los cultivos de pancoger y causado la muerte de ganados a causa de las fuertes explosiones y el comportamiento de ambos actores, los que vienen escalando su accionar bélico e intimidándonos para que tomemos partido en uno u otro bando.
Para el pueblo NASA, esta es una guerra que sin ser nuestra se hace sobre nosotros y contra nosotros, su fin último al parecer es la desaparición forzada de nuestros pueblos y culturas, que a pesar del olvido a que nos han sometido los sucesivos gobiernos, seguimos aferrados a nuestra Madre Tierra, como principio de vida y por lo mismo reiteramos que:
- Ratificamos nuestra posición de autonomía política, económica y cultural que ancestralmente heredamos y practicamos a diario en defensa de los derechos humanos y de la pervivencia como pueblos.
- La Resistencia Indígena, camino hacia la autodeterminación, la ejercemos contra todo actor armado que vulnere nuestros derechos como pueblos y pretenda vincularnos al conflicto. Reconocemos no obstante que somos parte del conflicto social pero no somos parte de ningún actor armado del mismo. Nuestra posición es y seguirá siendo por la defensa del proceso del movimiento indígena colombiano.
- El conflicto armado no es el principal problema que vive el pueblo colombiano, tal como lo afirma el presidente de la República desde las arcas del poder para justificar la intervención de tropas estadounidenses en el conflicto interno que vive el país. Por el contrario, el gran problema es la exclusión social, el empobrecimiento acelerado y la falta de educación, salud, vivienda y en fin, de la ausencia de garantías efectivas para la realización de los derechos del pueblo colombiano, circunstancia que fortalece el accionar de la subversión en todo el territorio nacional.
- Rechazamos de manera enfática, la visión limitada respecto a que el conflicto interno armado que padecemos se pueda resolver mediante la implementación y escalamiento de la guerra. Por el contrario, desde el rompimiento de las conversaciones de paz, manifestamos al gobierno nacional nuestra preocupación por las nefastas consecuencias que tal decisión unilateral traería sobre la población civil. A partir de ese momento, hemos vivido en carne propia el acrecentamiento de la violencia y la vinculación forzada de nuestro jóvenes en las filas de los diferentes ejércitos o al servicio de la empresa de la muerte como única solución de empleo. Muchos de nuestros líderes, han sido asesinados por su oposición a estas prácticas, mientras que otros son amenazados y señalados de ser colaboradores e informantes.
- No aceptamos que nuestros territorios indígenas sean catalogados como zonas de rehabilitación o zonas especiales para que operen los batallones de alta montaña, pues esto atenta contra nuestra autonomía, arremete contra nuestra cultura y socava los valores derivados de la ley de origen mientras impide la efectiva realización de nuestros planes de viuda. Por el contrario, confiamos y ratificamos a nuestra Guardia Indígena el cuidado, defensa y protección de nuestros más altos valores que nos permiten pervivir como pueblos, dueños de su propio destino.
- Rechazamos el ecocidio que se viene cometiendo contra el rostro de nuestra geografía, sabedores de los graves e irreparables daños que el glifosato causa a la madre tierra y que se anuncia por estos días, será aún más destructivo. No puede ser que el Estado Comunitario que se propone, lo sea solamente porque destina a las comunidades las peores consecuencias de la guerra y de las imposiciones del imperio. Defendemos eso sí, el Estado Social de Derecho y la fórmula política contenida en la Constitución de 1991.
Por lo anterior, solicitamos a las organizaciones defensoras de los derechos humanos, a los organismos internacionales y a la comunidad internacional, exigir al gobierno colombiano el estricto cumplimiento de los tratados y convenios internacionales sobre derechos humanos de los pueblos indígenas y el respeto y garantía de todos los derechos para todos los colombianos.