Acompañamiento en Colombia
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Mientras los pueblos son hundidos en la miseria por las políticas neoliberales, su resistencia crece provocando alarma para el capital global. En un documento "consultivo" de EEUU (Santa Fe 4), esta situación se plantea como una amenaza a su seguridad nacional, y con ello a la seguridad mundial; ejemplificando expresamente como un peligro el crecimiento de las movilizaciones indígenas ecuatorianas y bolivianas.
En consonancia con ello han integrado en sus planes de saqueo económico, un completo plan de guerra --principalmente de guerra sucia--; en unos casos más abiertamente que en otros. Como ejemplo tenemos el Plan Colombia, que diseñado en los EEUU y lejos de ser una auténtica lucha antinarcótica, contempla más de un 80 % del presupuesto a la compra de armas y asistencia militar con claros fines de contención social y contrainsurgencia. Con empresas privadas de mercenarios, contratadas por los EEUU para hacer su guerra particular. Disimuladamente fuera del Plan Colombia, EEUU ha conseguido recientemente el permiso de Costa Rica para que 38 barcos artillados y 9 buques de la armada Estadounidense puedan ingresar a las aguas territoriales de Costa Rica, tanto en el Pacifico como en el Atlántico, para "luchar contra el narcotráfico". Objetivo real: contrainsurgencia en Colombia.
Las excusas para su intervención y la completa militarización de Latinoamérica son varias. A mediados de este siglo el peligro lo constituían "los terribles comunistas". Después de la caída del muro, el problema es el narcotráfico. Desde el 11 de septiembre, el terrorismo internacional. En el caso de la presencia de tropas de EEUU en centroamerica, y del entrenamiento de las nacionales por personal estadounidense, se trataría de proteger a la población civil contra desastres naturales. El nombre del proyecto: Nuevos Horizontes.
Pretextos no les han faltado, pero la realidad es que esta guerra declarada de EEUU contra los pueblos latinoamericanos está diseñada para conseguir el desplazamiento de sus poblaciones, dejándoles el camino libre a las multinacionales para la expoliación de los recursos naturales. Esta guerra, no reconocida oficialmente como tal, esta hecha para defender los intereses transnacionales de las grandes compañías multinacionales europeas y norteamericanas principalmente.
En este contexto de ataque en dos frentes, — por uno el económico con el estrangulamiento de las economías locales y por otro la más brutal represión-- le corresponde a los movimientos sociales latinoamericanos la construcción de sus economías locales, la implementación de proyectos productivos autogestivos que puedan contrarrestar el acoso del mercado neoliberal impuesto. Son ellas, las organizaciones y comunidades indígenas, campesinas y negras, las que desde sus diferentes realidades están construyendo sus propios proyectos de vida, económicos sociales y políticos, frente a los megaproyectos del capital.
Pero la represión militar y paramilitar de los estados nacionales, apoyados y empujados por los europeos y norteamericanos, y con gran aporte económico de las corporaciones y las élites terratenientes y empresariales, es un enemigo contra el que no pueden luchar solas. Es en ese campo donde la solidaridad internacional es más necesaria y urgente en estos momentos.
Y de que tipo de solidaridad estamos hablando? Qué se puede hacer contra esas bestias uniformadas entrenadas para torturar y matar de las formas más horribles imaginables? Que se puede hacer contra una matanza de 300 gentes, niños, mujeres, hombres... en una comunidad? Que se puede hacer contra el asesinato selectivo de dirigentes sindicales, de líderes sociales?
En el caso colombiano esta claro. En estos momentos, más que nunca, es necesaria una presencia permanente y directa en comunidades de alto riesgo. Y es por ello, que junto con organizaciones sociales colombianas, indígenas, campesinas y negras, se está planteando una propuesta de acompañamiento en Colombia.
Este tipo de acompañamiento tiene muchos antecendes, como las brigadas internacionales en comunidades zapatistas de Chiapas. En el caso específico de Colombia, ya hay varios proyectos de acompañamiento funcionando en diferentes regiones, como pueden ser las Brigadas de Paz en Barrancabermeja, o el trabajo que diferentes colectivos italianos están llevando a cabo en territorio del pueblo indígena U'wa.
Pero no es suficiente. Las llamadas de alerta temprana llegan cada día de todas partes de Colombia. Cada día hay una masacre en Colombia, un asesinato selectivo de un/a dirigente social, una desaparición. Frente a la impotencia de ver como la impunidad es absoluta, como la barbarie es protegida por la justicia, por los intereses neoliberales--"No hay violación de derechos humanos en Colombia" nos dicen las Naciones Unidas---las organizaciones europeas debemos reaccionar. Y lo único que puede parar una masacre anunciada es un escudo humano. Un escudo humano con pasaporte europeo o norteamericano.
Nuestra propuesta consiste entonces en conseguir una red de organizaciones y colectivos europeos que estén dispuestos a trabajar en un proceso conjunto y coordinado de acompañamiento permanente y directo a las comunidades de alto riesgo en Colombia, dependiendo de las diferentes realidades y prioridades de las mismas comunidades y organizaciones colombianas. Se trataría de conseguir un número importante de cooperantes que permaneciesen en diferentes regiones y comunidades por un mínimo de 6 meses, apoyadas desde Europa por diferentes organizaciones, avisados sus gobiernos públicamente de su presencia en Colombia, y presionando políticamente en todos los espacios posibles para garantizar su seguridad.
Claramente Colombia no es Chiapas. No se puede llegar con una mochila al hombro y muy buenas intenciones. Para llegar a Colombia como escudo humano una persona tiene que estar preparada, y sobretodo tiene que haber detrás un respaldo político suficiente para no convertirse en otra víctima del terrorismo estatal y corporativo.
Por ello, pedimos la colaboración y el conocimiento de todas las organizaciones que tengan cualquier experiencia en trabajo de acompañamiento en cualquier parte del mundo, Chiapas, Palestina, Colombia ...Y les hacemos un llamado a ellas y a todas las personas y colectivos que estén interesadas en este proyecto, a participar en la segunda conferencia regional europea de la Acción Global de los Pueblos (31 agosto-4 Septiembre, Leiden. Países Bajos), donde se hará una presentación de la propuesta elaborada por las organizaciones colombianas y se discutirá la construcción de este proceso.
Ahora, más que nunca, no podemos quedarnos impasibles ante el genocidio de los pueblos colombianos.
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