EL PUEBLO INDÍGENA EMBERA KATÍO
EN LUCHA CONTRA EL MEGAPROYECTO HIDROELÉCTRICO URRÁ.
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EL PUEBLO EMBERA KATÍO DEL ALTO SINÚ
Somos una étnia milenaria compuesta actualmente por 2800 personas. Vivimos al norte de Colombia, en el Departamento de Córdoba, municipio de Tierralta, en la región comprendida entre tres importantes ríos: Sinú (Kerado), Esmeralda (Kuranzado) y Verde (Iwagado). Las tierras que habitamos son propiedad colectiva reconocida constitucionalmente como Resguardo Indígena; ello significa que tenemos derecho a una amplia autonomía en todos los sentidos y que nuestro territorio es inalienable, inembargable e imprescriptible. Sin embargo una cosa es la ley colombiana y otra muy distinta su cumplimiento.
EL MEGAPROYECTO HIDROELÉCTRICO URRA 1.
En 1993 empezó la construcción del proyecto hidroeléctrico Urrá 1, sin el consentimiento del pueblo Embera. El 60% de su financiamiento provino de préstamos de Suecia, Canadá y Rusia. Fue construido por la firma escandinava Skanska, apoyada por la agencia gubernamental sueca EKA.
La población Embera ignoraba qué era un megaproyecto y nunca había visto una presa hidroeléctrica, por lo que no imaginamos lo que sucedería. Más adelante, cuando nos enteramos de que desaparecería el río, los ancianos dijeron que era imposible que alguien lo tapara porque éste había sido creado por Karagaby, nuestro dios. Por ello no iniciamos la lucha de resistencia sino hasta que la hidroeléctrica ya estaba construida.
Su construcción generó muchos impactos irreversibles que afectaron a más de 70,000 familias campesinas, pescadoras e indígenas Embera y Zenú:
Impactos Ambientales. La inundación de 7,417 hectáreas destruyó 21 millones de metros cúbicos de biomasa, cuya putrefacción contaminó gravemente el agua. Desaparecieron plantas medicinales endémicas. Se desalojó a la fauna silvestre. Al impedir la subida de peces río arriba para el desove, se provocó la extinción de 12 especies. Se salinizaron las tierras río abajo, ya que su falta de corriente permitió que penetrara tierra adentro el agua del mar. En general se trastocó nocivamente todo el ecosistema de esa cuenca hidrológica.
Impactos Sociales. Se violaron los derechos del pueblo Embera al no informarle, consultarle ni contar con su consentimiento. Se desplazó a muchas familias indígenas y campesinas. Se provocó la división del pueblo Embera y el rompimiento de su tejido social, como estrategia para debilitar nuestra resistencia. Para vencer la lucha que iniciamos, desataron la violencia paramilitar en nuestra contra a través de amenazas, asesinatos y secuestro de líderes y autoridades Embera. Se hicieron acusaciones de que no permitíamos la puesta en marcha de la hidroeléctrica, por parte de Senadores de la costa y del máximo dirigente paramilitar, Carlos Castaño.
Impactos Culturales. Al inundar 417 hectáreas de nuestro Resguardo, sepultaron lugares sagrados (Jaidé). Al desaparecer el río Sinú quedamos sin el medio de transporte tradicional, ya que antes viajábamos por el río en balsas. Al dividir al pueblo Embera se atentó contra la preservación de nuestra cultura, ya que muchas familias se desplazaron hacia la ciudad, donde hoy viven en la miseria y por lo tanto se debaten entre la mendicidad, la delincuencia, la prostitución y el alcoholismo.
Impactos Económicos. Al desaparecer nuestro medio de transporte tradicional, ahora tenemos que pagar fletes y pasajes en vehículos motorizados para salir a la ciudad a comprar lo que necesitamos o para llevar nuestros productos al mercado (maíz, plátano, cerdos). Al extinguirse las 12 especies de peces que eran la base de nuestra alimentación, hoy tenemos que comprar pescado a precios muy altos. El Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, la Corte Suprema de Justicia en Bogotá, el gobierno Colombiano y la misma empresa Urrá, se han negado a reparar los daños que sufrimos y a indemnizarnos en lo que respecta a alimentación y transporte.
Impactos en la Salud. La deficiente alimentación debida a la extinción de peces que constituían nuestra dieta principal, la desaparición de muchas plantas medicinales y la contaminación del agua, trajeron graves enfermedades desconocidas que provocaron la muerte de muchos niños. Además, con el embalse llegaron plagas de mosquitos y zancudos que afectan seriamente nuestra salud.
EL MEGAPROYECTO HIDROELÉCTRICO URRÁ 2.
Después de nuestra larga lucha de resistencia (denuncias internacionales, manifestaciones, tomas de la alcaldía municipal, y un campamento por más de cinco meses en el jardín del Ministerio de Medio Ambiente en Bogotá), se logró que el 19 de abril del 2000 el gobierno colombiano firmara un acuerdo comprometiéndose a detener la construcción de la segunda etapa del megaproyecto y garantizar nuestros derechos humanos que se encontraban amenazados por los paramilitares. Nada ha cumplido: los paramilitares continuaron asesinando y secuestrando, mientras todo indica que sí construirán el proyecto Urrá 2.
De llegarse a construir, inundaría todo el territorio Embera Katío provocando nuestro completo exterminio. Ahora, luego de la experiencia acumulada en los últimos años, contamos con más elementos para defender nuestra autonomía; y la única manera en que el pueblo Embera perdería sus derechos sobre el Resguardo, es desapareciendo del lugar. Por eso la estrategia actual del gobierno se enfoca en desplazarnos a través de los paramilitares, que hoy nos tienen bajo amenaza de incursión y masacres.
Seguimos y seguiremos en resistencia. No queremos desaparecer como pueblo milenario. Tenemos derecho a existir y a ejercer nuestra libre autodeterminación. Necesitamos apoyo político global para defendernos de la embestida paramilitar.
Si quieres conocer más sobre nuestra lucha y cómo ayudarnos, escríbenos a:
karagaby
hotmail.com , karagaby226hotmail.com y camaemkacol3.telecom.com.co
Neburuby Chamarra Panesso
Cabildo Mayor Embera-Katío del Alto Sinú
Junio del 2002.
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