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Plan Colombia : Intervención militar de manos del ALCA
(Por Ginny Santos)

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En abril del 2000, l@s defensor@s del ALCA consiguieron la aprobación de un paquete de ayuda llamado Plan Colombia. Incialmente propuesto por el gobierno Colombiano, el plan fue después ratificado por la administración Clinton, después de un prolongado cabildeo por las partes interesadas. El plan consiste en un paquete de más de 2 billones de dólares para el estado colombiano y la guerra, con el principal objetivo de recuperar el contral del estado sobre el país, mientras se crea un terreno seguro para inversionistas. 1.3 billones de dólares vendrían de los Estados Unidos, con una cantidad equiparable de la Comunidad Europea, mostrando que a pesar de que el ALCA es un asunto del continente Americano, los intereses económicos de Europa, al igual que los de Japón, tienen el mismo objetivo en mente. Aunque los medios de comunicación del oeste describan el Plan Colombia como una ayuda a un país desgarrado por lo que presentan como una guerra contra las drogas, es un plan diseñado para facilitar el ALCA.

Para poder entender completamente como el Plan Colombia cae dentro del mandato del ALCA, es importante tener algún conocimiento previo de la historia socio-económica de Colombia. En Colombia, la violencia política ha sido una experiencia familiar para muchas generaciones. Desde principios del siglo XX, ha habido un sistema electoral bipartidista, que ha suprimido cualquier posibilidad de oposición. Dentro de ese sistema ha habido continuas bolsas de resistencia. Las primeras comunidades negras, quienes se las arreglaron para organizar exitosamente la resistencia de las plantaciones de esclav@s, introduciéndose en la jungla del norte de Colombia, donde se formaron las actuales comunidades libres llamadas "Palenques". Fueron las primeras en conseguir ser reconocidas autónomas por la monarquía española. Mientras tanto, varias comunidades indígenas han estado luchando por todos los medios posibles contra la invasión de sus tierras por las Transnacionales que quieren perforar en los territorios sagrados o las plantas eléctricas que quieren construir represas, dando como resultado cientos de muertes por enfermedades y el desplazamiento de toda la comunidad.

Dentro de este contexto, Colombia sigue siendo un país rico en recursos naturales y es considerado una excelente ruta comercial, debido a su situación geográfica, con parte costera tanto al océano Atlántico como al Pacífico. Sus principales recursos naturales son petróleo, carbón, oro, esmeraldas, platino y uranio. Sus principales exportaciones son café, flores exóticas, azúcar, bananas y algodón. Colombia está también expandiendo su industria maquiladora. De todas formas, los numerosos movimientos de resistencia y la larga historia de la organización sindical, no son bienvenidos por l@s inversionistas extranjer@s, quienes escogen contratar militares privados/paramilitares para asegurarse su establecimiento. British Petroleum, por ejemplo, ha intervenido directamente en la actual guerra, contratando mercenarios que trabajan con los militares en estratégias contrainsurgentes para proteger a la industria petrolera de los ataques con bombas de la guerilla, como también de la organización sindical. Las Organizaciones sindicalistas son también una fuerte amenaza contra la maximización de las ganancias, lo que ha conllevado el asesinato de no menos de 79 sindicalistas en Colombia en un año (2000), además de los asesinatos de 4000 activistas de la oposición y 3000 sindicalistas en 14 años de violencia. Aún así, el estado Colombiano continua siendo ensalzado como la más antigua democracia en Latino América.

Este es el estado que ha recibido el Plan Colombia como un paquete de ayuda. Fue inicialmente descrito como un plan para la lucha contra el narcotráfico, después de un intenso cabildeo por parte de muchas corporaciones, cuyos intereses no tienen nada que ver con la política sobre drogas. Esas corporaciones incluyen Occidental Petroleum Corp., BP Amoco, United Technoloty Corp., (productor de helicópteros militares), y Bell Helicopter Textron Inc. Por ello, no sorprende que el 85 % del paquete de EEUU a Colombia deba ser gastado en armas militares. Mientras tanto, uno de los principios del ALCA declara un claro compromiso a la "no-intervención y la resolución pacifica de conflictos". Así que, ¿un financiamiento para la escalada de la guerra, el entrenamiento de un ejercito conocido por sus atrocidades contra los derechos humanos, la fumigación a las únicas cosechas que pueden sustentar las vidas de la gente, y la compra de material de guerra avanzado es calificado como no-intervención y resolución pacífica? Quizás, la pregunta a plantear es cuáles son las intenciones reales detrás del Plan Colombia. Esto es donde el verdadero ALCA, más que su bien-sonada declaración de principios, entra en juego.

El proceso por el cual el ALCA es negociado, es a traves de nueve grupos de trabajo, de los cuales - como una interesante nota aparte - el que se refiere al "acceso al mercado" deberá ser presidido por Colombia. Cada año, cada uno de los 34 países, representado por sus ministros de comercio, llevan a la practica diversos compromisos dentro de cada grupos de trabajo. Algunos de los pasos dentro de este plan de acción que Colombia ciertamente está encabezando son: (a) "Combatir los problemas de las drogas ilegales y los crimenes relacionados" y (b) "Combatir el terrorismo". Asi pues, el Plan Colombia aparece perfectamente en escena en el momento justo siendo una de sus principales responsabilidades "la reducción del cultivo, proceso y distribución de narcóticos" y el fortalecimiento de la policia y las fuerzas armadas". De todas maneras, el objetivo, no es realmente poner fin a la producción de coca, sino poner fin a la históricamente enraizada oposición y resistencia al ilegitimo sistema bipartidista y la agenda neoliberal. Como resultado, las victimas no son los grandes carteles de la droga, quienes se beneficiarán por la compra de las tierras fumigadas que los campesinos se encontrarán forzados a vender, tampoco los bancos estadounidenses y las corporaciones químicas que son bien conocidas por estar relacionados con los negocios del narcotráfico. Las victimas son en realidad l@s campesin@s, l@s pobres urban@s, la guerilla, los pueblos indígenas luchando por proteger su tierra y sus vidas, las comunidades negras buscando el autogobierno y la protección de la libertad por la que han luchado por tanto tiempo, y basicamente cualquiera que se oponga a la suprema economía del libre mercado que el ALCA está intentando imponer.

Hay muchos más beneficios en la guerra en Colombia. Para empezar, Colombia ahora tiene el tercera puesto mundial en lo referente a poblacion desplazada. L@s refugiad@s intern@s son principalmente campesin@s, pueblos indígenas y agrocolombian@s, quienes son forzad@s a abandonar sus pequeños lotes de tierra, escapando de la violencia. Entre 1995 y 1999, el número de personas desplazadas supero el millón. La mitad de la gente desplazada forzosamente son colombian@s negr@s. La cuestión es, como Hector Mondragón, un analista colombiano viviendo en la clandestinidad declara, "no es el simple hecho que la gente ha sido desplazada por la guerra, sino también algo más importante, que la guerra esta siendo especificamente hecha para desplazar gente". La razón de fondo es que el desplazamiento permite a grandes terratenientes, conocidos como "latifundistas", comprar mas tierra para la producción a gran escala de la coca y cosechas para la exportación, dando como resultado un mayor enriquecimiento de la élite a expensas del pequeño campesinado. Nosotr@s hemos sido testig@s de la nueva política exterior Una política de guerra, donde el comunismo ya ha dejado de ser la excusa para la intervención ilegitima de occidente, ahora la excusa para un intervención que está siendo legitimada por las fuerzas del libre mercado y por el libre mercado es el narcotrafico Ya en la anterior guerra, conocida como "La Violencia", entre 1948 y 1958, alrededor de 2 millones de campesin@s fueron desplazad@s y 200,000 asesinad@s. Durante ese periodo, las grandes plantaciones de caña de azúcar se extendieron junto con la producción de algodón, el cual creció un 500%. Esto deja la producción de coca como la única cosecha rentable que l@s campesin@s producen. De todas maneras, cuando son desplazad@s de sus tierras y entran en la selva, el costo de producción se incrementa, lo que significa que el/la campesin@ es forzada a trabajar más duro y plantar más hojas de coca para poder sobrevivir. En 1999, a pesar de que 16 mil hectáreas de plantaciones ilegales fueron destruidas, otras 38 mil nuevas fueron plantadas. Así pues, es bien sabido que las fumigaciones no erradican la producción de coca y que el incremento de la violencia no es la solución al narcotráfico, pero ambas son de hecho una solucion a la no querida sobrevivencia y autonomía de l@s pobres y a la difusión de la oposición al neoliberalismo.

Es obvio que l@s defensor@s del ALCA están también tomando en cuenta sus experiencias desde la implementación del NAFTA. En 1993, en una reforma constitucional, Mexico eliminó los derechos inalienables de las tierras comunales, resultando en el alzamiento armado de l@s Zapatistas. Ahora el NAFTA debe ser expandido. Colombia es el siguiente estado en el que se espera la implementación de una reforma constitucional similar. De hecho, el ex-presidente Pastrana hizo una declaración pública en febrero del 2000, en referencia a la reforma constitucional en favor del libre comercio. Tal reforma consiste en hacer accesible toda la tierra para inversiones extranjeras. Un paso que es esencial para la creacion de un área de libre comercio.La inalienabilidad de los territorios indígenas al igual que los territorios que pertenecen a las comunidades negras de Colombia fue un derecho que consiguieron asegurar en la constitución de 1991. Aunque en la práctica este derecho sólo ha conseguido dar a los pueblos indígenas y afrocolombianos una relativa protección, es vital que se mantenga dicho reconocimiento. Las autoridades saben que tal reforma constitucional probablemente conllevara una situación similar a la que se enfrentan las autorizades mexicanas y sus inversores. Así pues, el Plan Colombia servirá para por la fuerza habilitar mas tierra a través del desplazamiento de "campesin@s", mientrás al mismo tiempo se fortalece el ejercito en miras al incremento de la oposición.

La concentración de la propiedad de tierras para la producción a gran escala no es la única razón por la que la tierra es tan valiosa, no es la única razón por la que el desplazamiento de la gente es tan deseable en los ojos del capitalismos. El ALCA, junto con las instituciones financieras internacionales como el Banco Muncial y el FMI, tienen otros proyectos en mente para Colombia. Planean usar grandes extensiones de tierra colombiana para construir nuevas infraestructuras para el comercio. Esto incluye la construcción de un canal seco conectando el Atlántico-Pacífico con conexiones al sistema ferrobiario, como también la construcción de nuevas extensiones de autopistas entre puertos, ríos y el Amazonas. Además, al igual que otros miembros del área de libre comercio, se espera de Colombia que abra sus servicios públicos, tales como educación, sanidad, agua, etc a inversionistas privados. Y dada la existosa historia de la resistencia boliviana contra la privatización del agua, será práctico para el estado colombiano el haber incrementado su capacidad militar y su reinado de terror.

Mientras tanto, las comunidades negras han hecho un activo movimiento hacia la internacionalización de su lucha, ya que se ha hecho obvio que sin el apoyo de la solidaridad internacional sería imposible resistir al incremento de la represión militarizada. Su actual situacion de peligro se incrementa alarmantemente, dado que sus territorios autónomos están en el camino de los grandes proyectos de infraestructura. L@s negr@s en Colombia han luchado desde su llegada al continente desconocido por proteger su propia cultura, han creado sus propios métodos autónomos de supervivencia y desarrollo y creado su propia identidad como colombian@s negr@s con derecho a ser diferentes. Hoy, l@s negr@s contituyen cerca del 30 % de la población colombiana. Algun@s viven en "palenques" (comunidades autonomas negras) mientras que otr@s estan dispersos por el país. La producción de coca en sus tierras, existe porque no tienen otra alternativa como medio de subsitencia.

Parte del Plan Colombia es un esquema para sustituir la coca por cinco cosechas de exportación (por ejemplo bananas y pimientos). Esto significa que cualquier tierra que no esté en el camino de los megaproyectos sera convertida en plantaciones administradas centralmente despojando a la gente de su autonomía para convertirlos en trabajador@s asalariad@s. Las comunidades negras reconocen esto como una violación a su libertad. Sus movimientos se basan en una enseñanza ancestral que dice: "Soy porque somos", que significa que cada individuo sólo puede ser libre si la gente que le rodea también es libre. En este tiempo de globalización capitalista, solo ven su lucha como un éxito si otras luchas por la libertad también lo logran.

Por la misma razón que el ALCA es sobre todas las Américas, los efectos del Plan Colombia no se mantienen dentro de las fronteras colombianas. Los movimientos sociales están alzandose en todos los países vecinos a Colombia. Y Venezuela, con incluso mayores campos petrolíferos que Colombia, está siendo un lugar de preocupaciones para el capitalismo occidental, ya que se sabe que el presidente Chaves esta negociando con Cuba, Iraq y otros productores de petróleo no occidentales. Así pues está dentro de los intereses de los productores petroleros occidentales que EEUU tenga una fuerte presencia militar en Sudamérica. Por tanto, una de las tareas del Plan Colombia será construir bases en los países circundantes. En Panamá, por ejemplo, cerca de la frontera colombiana, el pueblo indígena Kuna vivia pacificamente. En la actualidad, estan peleando contra las intenciones estadounidenses de crear una base naval en su tierra, mientras están siendo intimidados por el incremento de la presencia de soldados estadounidenses. El ejercito estadounidense proclama que ell@s tienen que estar ahí para proteger a l@s Kuna ya que esperan que las guerillas colombianas se muevan más cerca hacia la frontera norte, y la producción de coca se extenderá al exterior.

El pueblo Kuna no quiere que su territorio sea militarizado. Las comunidades negras no quieren ser parte de una guerra que no es su guerra. L@s campesin@s colombian@s no quieren abandonar su parcela de tierra. La mujeres colombianas no quieren terminar en una situación donde la única opcion es llegar a ser una trabajadora-esclava de las maquilas o una trabajadora asalariada en una gran plantación. El pueblo Embera Katio ha visto suficientes muertes y ha padecido suficientes proyectos de presas y plantas electricas y quiere el derecho a vivir pacificamente en un saludable ecosistema diverso como el que tuvieron por siglos (ver página 25). El problema es que nuestro modelo nórdico de democracia es uno que sólo escucha a ciertas voces. Pero el continente Americano no necesita un área de "libre" comercio, tampoco un paquete de ayuda militar. Lo que necesita es levantar nuestras voces a través de diferentes medios, no solamente hasta que ell@s nos oigan, sino que hasta que nosotr@s estemos activamente determinando el futuro de cada una de nuestras comunidades en una red de democracias participativas.

Lo que colombia necesita en un tiempo de guerra es un proceso de paz basado en los pueblos con profundas reformas socio-económicas que permitan a varios sectores de la sociedad colombiana poner punto final a una historia de dominación, inmediata desmilitarización y reconocimiento de los sindicatos y federaciones campesinas como legítimos actores, como también el reconocimiento de la capacidad de comunidades negras e indígenas de autogobernarse.

Como Alfonso del PCN (Proceso de Comunidades Negras) dice, "El Plan Colombia es la expresión más cruel de la globalización capitalista". Es la expresión del ALCA en su completo contenido, y no va solamente a encontrar una resistencia sostenida de la gente de Colombia, sino tambien un crecimiento de la resistencia globalizada de diversas comunidades. Una resistencia con una visión de real democracia participativa que radicalmente reemplazará el verdadero significado de terrorismo de estado-nación y sus socios de la industria y el comercio.

Ginny Santos


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