LA SOLIDARIDAD ES LA TERNURA DE LOS PUEBLOS
Innumerables ejemplos de accion y acompañamiento internacional a pueblos en conflicto en el mundo alientan la confianza en la fuerza vital de la solidaridad, del hermanamiento entre iguales, en un mundo regido por la competencia, y el individualismo. La derrota nazi en la Europa de los años 40s vino de la fuerza solidaria de los pueblos del mundo; la resistencia internacionalista estuvo presente en la España franquista, en Centroamerica, en el cono sur latinoamericano. Hoy miles de internacionalistas hacen suyas las luchas libertarias de Palestina, Chiapas; hacen suyos los levantamientos populares contra la salvaje globalizacion del capital en Colombia, Venezuela, Argentina, Bolivia entre muchos otros ejemplos.
En Colombia se juega el futuro de la america, mestiza, afroamericana. Aqui, el capital transnacional financia la guerra para imponer el gran proyecto anexionista de los Estados Unidos y los imperios europeos. Los desplazamientos forzados de poblaciones , el exterminio de pueblos indígenas, afrocolombianos, las masacres, las privatizaciones de empresas estatales, los despidos masivos de trabajadores, son la antesala para la imposición de megaproyectos multinacionales. Son los territorios colombianos los objetivos de la voracidad del capital; el petroleo, el oro, el carbon, la biodiversidad y son los pueblos que en ellos habitan los obstaculos principales en la realizacion de la estrategia globalizadora y contra ellos se hace la guerra.
Miles de comunidades enfrentan en condiciones de desproteccion situaciones de agresión violenta y permanente, para las cuales, el acompañamiento internacional es urgente y necesario. Creemos firmemente en la necesidad de globalizar la lucha ante este modelo de mundialización que provoca exclusión, miseria, muerte en todos los rincones del mundo. El acompañamiento internacional se expresa de multiples maneras y sus resultados en muchos casos son partes de victoria que los pueblos han mostrado.
ALGUNOS EJEMPLOS ESPERANZADORES
En la Costa Atlántica de Colombia, en la Hacienda BELLACRUZ, en 1996 fueron desplazadas violentamente 10 comunidades por grupos paramilitares bajo las órdenes del entonces embajador de Colombia ante la Unión europea. Durante quince meses, estas comunidades hicieron una larga y dolorosa resistencia pacífica, ocupando edificios gubernamentales en Bogotá, durante la cual, fueron asesinados 40 campesin@s; muchas organizaciones europeas decidieron hacer suya esta legítima lucha: movilizaciones frente a las embajadas colombianas, miles de cartas y postales fueron enviadas al gobierno nacional, presiones y exigencias a los gobiernos europeos para una resolución del conflicto agrario; se organizaron misiones de verificación de parlamentarios y organizaciones solidarias; ayuda humanitaria para sostener la lucha. La fuerza de esta solidaridad concreta provocó la expulsión del embajador colombiano de su cargo y la reubicación de las comunidades en nuevas tierras en 1997. Desde entonces hasta hoy, estas comunidades siguen siendo víctimas de amenazas de muerte pero el acompañamiento permanente y continuo de organizaciones campesinas y de derechos humanos de Francia y Bélgica, quienes envian delegaciones periódicas, realizan proyectos de reconstrucción productiva, envian cartas a sus gobiernos, embajadas y al gobierno colombiano que ha impedido cualquier forma de agresión contra las comunidades desplazadas de Bellacruz.
En el Sur de Bolivar, en los últimos años se ejerce una ofensiva paramilitar de control territorial en beneficio de multinacionales que pretenden explotar la mina de oro mas grande de america latina. Esta estrategia de terror ha ocasionado más de 500 muertos, más de diez mil desplazad@s y ha creado un cerco que impide la circulación de alimentos, medicamentos y toda clase de bienes necesarios para la sobrevivencia de las comunidades. El silencio en el que padecían más de cuatro mil personas que se han declarado como comunidades en resistencia pacífica, huyendo de la muerte e internados entre la selva, ha sido roto por la presencia solidaria de internacionalistas quienes desde un poco más de cuatro años, comparten su exilio interno, su huida permanente, su lucha digna para no dejarse expulsar de sus territorios. En el verano del 2.001 se realizó una caravana internacional con la presencia de 80 delegados de Europa y Norteamerica, quienes ofrecieron su ayuda humanitaria y prestaron su voz para denunciar al mundo la estrategia de terror que se impone. Y el acompañamiento sigue y fructifica, las comunidades se sienten menos solas, saben que sus voces se multiplican y a cada acto de terror es respondido con miles de voces de protesta.
En el nor oriente de Colombia, está el territorio sagrado del pueblo indígena U'wa; un enorme yacimiento petrolero fué descubierto y se convirtió en objetivo de la multinacional norteamericana OXY quien con el respaldo del gobierno colombiano, inició labores exploratorias ilegales; la resistencia indígena y campesina se hizo sentir, con largas movilizaciones; la represión fue la respuesta gubernamental con un saldo de 11 muertos. El pueblo U'wa lanzó su grito a los pueblos solidarios del mundo: el petroleo es la sangre de la madre tierra, la tierra es nuestra madre y daremos la vida por ella; la solidaridad no se hizo esperar. En Estados Unidos miles de militantes ambientalistas, de derechos humanos se dieron a la tarea de movilizarse y denunciar para exigir a la OXY respeto al territorio ancestral de los U'was; en Europa, muchos grupos se movilizaron, miles de acciones urgentes inundaron las oficinas gubernamentales de Colombia. En Italia, la lucha de los U'was cautivó a decenas de brigadistas quienes expresaron su solidaridad en el terreno. Mientras tanto la OXY, hacía lobbing en el congreso de Estados Unidos para aprobar el Plan Colombia cuya segunda fase de aplicación tiene como objetivo esta región; quedó al descubierto la esencia de este plan: objetivo petroleo por medio de la guerra. La presión y el acompañamiento internacional incansable y la indoblegable lucha de los U'was, obligó a la OXY a retirarse del territorio U'wa. Es la primera batalla que los U'was ganan frente a las multinacionales; sin embargo, la guerra está declarada; nuevas maniobras tenebrosas se tejen a su alrededor; el sistemático avance del paramilitarismo que pretende quebrar la resistencia indígena y campesina en Arauca, parece ser la estrategia detrás de la cual multinacionales como REPSOL y OXY se encuentran agazapadas para imponer sus proyectos de desvastación ambiental y aniquilamiento humano. El pueblo U'wa sigue tejiendo lazos entre los pueblos del mundo y su territorio sigue siendo el punto de encuentro de esa parte del planeta que se niega a un modo de desarrollo basado en el aniquilamiento de pueblos milenarios.
Responder a una acción urgente escribiendo una carta a las autoridades colombianas, acompañar en el terreno a comunidades en riesgo, movilizarse, ejercer presión ante los propios gobiernos europeos, es tejer la solidaridad que dá la fuerza , la esperanza y las victorias grandes y pequeñas.
El sur del planeta sigue siendo el botín de guerra de los imperios. Hay que tejer todas las redes posibles para detener los planes de exterminio de los movimientos sociales que aspiramos a un mundo digno, libre y solidario
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