CONVOCATORIA ARGENTINA - COMENTARIOS
Tue, 1 Jan 2002
Estimados amigos:
He recibido numerosos comentarios acerca de la CONVOCATORIA
ARGENTINA, que ante el extraordinario despertar político de nuestra
Patria decidí enviar hace un par de días (para quien no la recuerde,
adjunto una copia en formato sólo texto). La mayoría a favor, como
la del compañero Alfredo Félix Pérez Arauzo, de la Patria Grande y
otros que sería largo mencionar e injusto hacerlo sólo de manera
parcial.
Esta convocatoria ha tenido ya su discreta difusión; algunos medios
radiales, de internet, diarios y televisión (principalmente de
Buenos Aires y Venezuela, EEUU (Miami), España, Cuba) la han
publicado o comentado en programas informativos.
Esto tiene su importancia, pero más la tiene que circule masivamente
por medio de e-mail o como fuese entre sus verdaderos destinatarios:
los argentinos comunes, aquellos que hoy no se sienten representados
por las estructuras políticas, militares, económicas y sociales que
los oprimen.
Anoche me llamó un viejo amigo desde Córdoba. Dijo que en esta
ciudad estaban organizando grupos que impulsan la gran Asamblea
Popular, en todos los barrios, que es núcleo de esta propuesta. Eso
es lo que debemos hacer. Dejar de hablar mucho ya y hacer. El futuro
de nuestros hijos y de nuestros nietos nos lo reclama.
Es necesario hacer otra vez el intento de quitarles de encima esta
pesada carga de zánganos y parásitos que nos desangran. No podemos
dejarles como herencia la condena de seguirlos manteniendo con sus
padecimientos. Córdoba es la segunda ciudad más importante del país,
y posiblemente la más importante políticamente, junto con Buenos
Aires, así que enhorabuena que allí se esté trabajando para evitar
que los corruptos se vuelvan a organizar e instalen otra vez el
engaño.
Críticas
También he recibido críticas, para ser preciso tres. Una la de un
milico, ex represor, de la cual no me ocuparé en absoluto, en primer
lugar porque él ni sabe que yo tengo la nota que envió a sus amigos
torturadores y asesinos donde intenta descalificar la propuesta. La
obtuve por medio de mis amigos que observan con mucha atención a
este otro cáncer -los represores- aún latente en muchos sitios de
nuestra patria, luego que fueran derrotados estrepitosamente en
1982.
Los otros dos provienen de personas que participan en el peronismo y
el radicalismo, me merecen respeto (como toda persona normal) y por
ello escribiré estos comentarios a sus cuestionamientos.
Estos -los cuestionamientos- se refieren principalmente a tres
puntos:
1) Mi denostación global a la clase política, que los escandaliza.
2) La necesidad de que el país sea administrado por personas idóneas
y no por cualquier persona. Para no traicionar sus palabras con mi
memoria subjetiva, he aquí el párrafo completo donde se desarrolla
el tema: "Hacer asambleas de ciudades y barrios para elegir nuevos
representantes se parece mucho a la construcción de los soviets de
obreros, perimidos desde el tiempo en que nacieron. Además, ¿porqué
"mejor si no son curas, ni empresarios, ni militares, ni políticos"
aquellos que se elijan? ¿Qué se pretende, que sean verduleros,
desocupados, estudiantes, amas de casa? ¿No tendríamos más Congreso
de la Nación? ¿Cómo va a gobernar el gobierno de "unidad popular"?,
¿cómo harán las leyes los representantes de los barrios, las amas de
casa elegidas por la pueblada?, ¿qué parámetros universales, justos
y absolutamente democráticos se usarán para ungir a estos nuevos
representantes?, ¿será solamente la virtud de no robar o no saber
cómo hacerlo desde la función pública?".
3) La supuesta volubilidad de la clase media (también con algunas
caracterizaciones medio peyorativas, como decir que "luchan por sus
depósitos bancarios"), la cual clase media aparece protagonizando
centralmente esta gran movilización que vive hoy nuestra Argentina.
No más preámbulos.
Clase política
Puedo criticar a la clase política con propiedad pues he crecido en
una gran familia provinciana ("gran" porque somos muchos) de donde
salieron varios políticos. Luego de la lucha revolucionaria de
1955-1973 se obtuvo elecciones semilibres en la Argentina. Yo tenía
en junio de 1973 23 años y acababa de quedarme sin trabajo por haber
renunciado luego de pelearme con un patrón brutal. Mi tío que recién
acababa de ser elegido diputado obtuvo de inmediato mi nombramiento
como Jefe de la Imprenta de la Cámara de Diputados. Sin duda estaba
convencido de que iba a hacer un buen trabajo, pues me conocía. Pero
ello no absuelve su actitud. Lo correcto para cubrir cualquier
puesto es: concurso de antecedente, prueba de idoneidad. Sin embargo
lo contrario (lo que se intentó hacer conmigo, que no lo acepté),
tiene un nombre por todos conocido: "acomodo". Este tipo de
conductas fue siempre lo habitual en la clase política argentina.
Pues bien, lo de mi tío es una niñería si se tiene en cuenta que el
diputado nacional Barberis de Santa Fe (absolutamente desconocido
para la mayoría de la población), tiene cuatro hijos con pensión
graciable (un beneficio destinado a ancianos o discapacitados); una
chica de 19 años, y tres varones, uno de 16, otro de 12 y otro de 9,
si la memoria no me falla (el asunto fue denunciado por Jorge
Lanata, entre muchos otros semejantes, en su programa Detrás de las
Noticias, Canal 2 de Buenos Aires, la documentación probatoria fue
mostrada en Cámaras). Aún esto es un negocio menor de diputados como
Barberis (quien rodeado de gorilas se negó a atender a la
periodista). Estos tipos (como dice Lanata) "están acostumbrados a
morfarse un Plan Trabajar cada vez que van a la confitería" *
La coima repartida en el Senado, según dijo su propio presidente
Chacho Álvarez, rondaba los ocho millones de dólares.
Esta clase política es la misma que viene estafando al país desde
los años 50 y acumulando experiencia para sobrevivir caiga quien
caiga. El deplorable Antonio Cafiero es un ejemplo paradigmático:
desde los 24 años (ahora tiene cerca o quizá más de 80 y sigue
currando), Cafiero se encaramó en puestos políticos de importancia,
y luego logró meter a sus hijos. Quienes hoy simulan ser muy
sensibles a los reclamos populares y posan de progresistas, pero no
renuncian a manejar presupuestos personales indignantes, teniendo en
cuenta que en nuestro país hay miles y miles de personas con títulos
universitarios o técnicos sin trabajo, vendiendo chucherías en las
calles para poder dar un pedazo de pan a sus hijos cada día.
¿Pero por qué me afano en demostrar esto? Se podrían editar cientos
de tomos solamente con los actos de corrupción de la clase política
argentina, empezando desde 1852 hasta la actualidad. Cosa que por
otra parte todo el mundo lo sabe, como demuestran los cacerolazos
que no cesan -ni cesarán gracia a Dios**.
Respecto de los militares creo que tampoco nadie tiene dudas ya en
nuestro bendito país que esa casta de asesinos y torturadores no
puede gobernar otra vez nuestra nación (nunca debió haberlo hecho).
Astiz es su ejemplo paradigmático: fingió de un modo repugnante
interesarse por los problemas de las Madres que buscaban a sus hijos
desaparecidos, para ganarse su confianza y luego hacerlas secuestrar
y asesinar. Más tarde torturó y violó salvajemente a una adolescente
sueca, lo cual le trajo las mayores consecuencias y por eso se
conoce el caso, pero asimismo era un torturador y violador constante
de muchas mujeres, algunas embarazadas. Ese cobarde cuando tuvo que
luchar en la guerra de las Malvinas se rindió sin vacilación la
primera vez que debió enfrentar a un ejército de verdad.
¿Curas? Se sabe que hoy los obispos han logrado entrar a la nueva
lacra económica de los jubilados de privilegio, emparejándose en sus
sueldos con los jueces (unos 4.800 dólares o más por mes). Indigna
que mientras los ancianos que trabajaron toda su vida sin faltar un
día en tareas dignísimas y esenciales para el desarrollo de la
nación, como torneros mecánicos, oficiales albañiles, etcétera, y de
quienes debemos sentirnos orgullosos, hacen largas colas de dos o
tres cuadras bajo el sol, para que a veces les nieguen sus salarios
de 200 o 300 dólares, haya "sacerdotes de Cristo" (quien dijo: las
aves tienen su casa, pero el Hijo de Dios no tiene dónde apoyar la
cabeza), supuestos sacerdotes, estén cobrando esa suma que alcanza
holgadamente para mantener a dos familias de 8 miembros cada una.
Ellos también tuvieron su cuota de colaboración con los militares
asesinos que usurparon el gobierno desde 1976 a 1982 en la
Argentina. También se podría hacer una enciclopedia con las estafas
a la comunidad de los curas desde que comenzaron a apartarse de la
doctrina cristiana y formaron una corporación, allá por el siglo IV
después de Cristo.
Idoneidad de los gobernantes
"Quien gobierna bien su casa, puede gobernar a la comunidad", decía
Lao Tsé, allá por el 1600 antes de Cristo. Ambos críticos de mi
propuesta opinan que la "gente común" no está capacitada para
gobernar.
Por el contrario, opino que quienes no están capacitados para
gobernar son los políticos. Si yo fuese dueño de un supermercado a
ninguno de ellos le confiaría la caja. Son terriblemente peligrosos
-los políticos- pues ellos no se han puesto objetivos de bien común
o ni siquiera profesionales (ese discurso lo utilizan para los
giles) sino única y exclusivamente llenar sus arcas y beneficiar a
quienes incorporan al radio de sus afectos (sus esposas e hijos,
amantes, bastardos, cientos de prostitutas de locales adonde
asiduamente concurren, amigotes, allegados, etcétera).
En contraposición he conocido a lo largo de mi vida (gracias a Dios)
a decenas de personas honestas, equilibradas, sensibles, solidarias,
inteligentísimas, talentosas, buenos padres, buenos hermanos, buenos
amigos, buenos vecinos, con títulos o sin ellos, de quienes ni la
televisión ni la radio ni los diarios han dicho jamás una sola
palabra.
Ellos son infinitamente superiores a los políticos, ellos son los
verdaderos argentinos. Hay varios en cada barrio, hay cientos en
cada provincia, hay miles en todo el país.
Ellos son quienes deben representar al pueblo y gobernar:
precisamente porque nunca han apetecido cargo alguno ni les interesa
el beneficio personal más allá de lo que puede aspirar una persona
de clase media común.
Quienes intentan agitar el fantasma del "comunismo" para asustar a
la gente respecto de propuestas que vulneren los intereses de los
corruptos deben saber que ya no es posible hacer eso, como
acostumbraron en los tiempos de los militares terroristas y
asesinos. La gente no se traga ese bolo ya. La gente ha descubierto
que los políticos mienten como una norma permanente, y con la misma
perversidad que la Coca Cola nos vende un líquido inútil por
millones de envases, ellos nos venden su existencia inútil
seduciéndonos con programas que no cumplirán jamás. Las campañas
políticas lo son en verdad de marketing, su verdadero sentido es
vender productos a la gente (con el agravante de que luego no se
entrega la mercadería) y no presentar perspectivas políticas reales,
por lo cual deben ser abolidas completamente de la vida política
argentina.
Quienes intentan agitar el cuco del comunismo o "los soviets",
¿podrían decirme si es cosa mejor el brutal apropiamiento de los
ahorros de miles de personas que con esfuerzo y sacrificio lograron
juntar 10, 20 o 30 mil pesos a lo largo de toda su vida, por medio
de golpes de banco autoritarios, como los que llevaron adelante en
varias oportunidades Cavallo, De la Rúa y Menem?... Conozco a varios
ahorristas, todas personas dignísimas, que hasta hoy no pudieron
recuperar sus ahorros desde el penúltimo golpe bancario de Menem, en
1990... ¡Y es gente humilde, maestros, empleados públicos, que cada
mes se privaba de 20 o 30 dólares, no iba de vacaciones o hacía
otros sacrificios para poder dejar un poco de dinero a sus hijos!...
¿Este es el paraíso "democrático" que nos quieren vender como
superior al comunismo?...
La clase media
Tanto la ultraizquierda como la derecha política (toda la actual),
junto a la burocracia sindical y los grandes ladrones aventureros a
quienes se menciona aquí como "empresarios" (Macri, Yabrán y los
cientos como ellos que hay a lo largo y ancho de nuestro
extraordinario país, pues a pesar de todos ellos aún existe)
denostan a coro contra la clase media.
Esto tiene una razón de ser. Por una parte, la clase media ha estado
acostumbrada en nuestra hermosa Argentina a un nivel de vida digno,
obtenido gracias a sus propios esfuerzos, y no va a renunciar
fácilmente a esa dignidad que le corresponde por derecho.
Precisamente ese buen nivel de vida (de los años 50, 60,70) ha
permitido que varias generaciones de clase media se eduquen
regularmente al más alto nivel.
Por algo nuestros intelectuales, profesionales y técnicos son
valorados en lugar preponderante por cualquier país del mundo. Y nos
asombraríamos al ver -por medio de las estadísticas- que en miles de
laboratorios, fábricas, empresas de todo tipo, en Europa, Estados
Unidos o cualquier otra región del mundo... siempre hay algún
argentino en puestos clave.
Quiero decir con esto: la clase media tiene un criterio
independiente y algo que a nadie debe faltar: respeto por nosotros
mismos (tengo la suerte también de verme incluido en este sector de
la sociedad). Por ello es la más difícil de controlar, tanto sea a
través de doctrinas totalitarias (como las de los
ultraizquierdistas) o manipulaciones coercitivas (como las del
márketing político).
El hecho de que este sector de la sociedad haya soportado el
tremendo retroceso impuesto brutalmente primero por la dictadura
militar y luego por la corrupta clase política, que los haya
permitido en silencio, no significa que no haya comprendido lo que
le estaban haciendo. Simplemente sentíamos que no podíamos hacer
otra cosa que soportar y esperar mejores momentos (que
indudablemente están llegando).
La clase media ofrendó a la Argentina la mayor parte de los mártires
de los años 70. Fueron muchos de sus mejores hijos quienes tuvieron
la hidalguía y el coraje de luchar por sus hermanos más necesitados
y nuestra Patria, siendo que a ellos en realidad no les faltaba
básicamente nada de lo que se necesita para vivir bien. Ellos fueron
asesinados, torturados, desaparecidos, sus hijos robados por los
militares financiados por el Fondo Monetario Internacional y el
Banco Mundial.
Ahora vuelve (la clase media) a reclamar lo que por derecho nos
corresponde. Es lógico. Es una acción pendular inexorable de la
Historia.
No debéis olvidar que las mayores revoluciones de la historia las
hizo siempre la clase media. Por lo cual es probable que se avecinen
tiempos muy estimulantes y esperanzadores en nuestro país.
Gobierno
No nos hace falta que sigan gobernando las mismas bandas de
sinvergüenzas y estafadores que esperaban agazapados que termine la
dictadura militar (la gran mayoría colaboraron con ella) para
abalanzarse sobre las ya saqueadas arcas de nuestra nación.
Por el contrario, nos debe preocupar más que logren establecer un
gobierno y no que zozobren interminablemente, como hoy. Mientras los
corruptos tiemblen, será una situación promisoria para nuestra
nación. Ellos son los responsables de la miseria y el dolor de
millones de argentinos, la gran mayoría de nuestro país, la
VERDADERA ARGENTINA.
Por lo cual el propósito inclaudicable hoy debe ser:
OBTENER PARTICIPACIÓN DIRECTA DEL PUEBLO EN LAS DECISIONES.
En cada barrio de todo el país debe deliberar la gente y elegir
quienes los representen. Sin ningún gasto electoral. Simplemente a
viva voz. Y elegir no a quienes se postulen, sino a quienes no
quieran postularse (quienes no quieran en serio, no como la farsa
que hacen algunos políticos para engañar).
Y con estos representantes genuinos, constituir una gran Asamblea
Nacional, que sea la responsable de establecer los lineamientos
políticos, económicos, educacionales, sociales y legales dentro de
los cuales debemos empezar la reconstrucción de nuestra Nación,
destruida por estos miserables traidores a la Patria desde los años
50.
Por hoy he hablado suficiente.
Me despido con un gran abrazo y mis deseos de que el año 2002
(suerte, porque es capicúa) sea para los argentinos un año de
Libertad.
Julio Carreras
Escritor - Periodista
http://www.gratisweb.com/juliocarreras3
sonko@infovia.com.ar
c/Luis Pinto 694
Autonomía
Santiago del Estero
Tels. 054 385 439 4700 y 439 0793
* Para los que no son argentinos: el Plan Trabajar es uno de los
tantos recursos asistencialistas que inventó el gobierno para calmar
un poco a los desocupados. Se otorga por dos o tres meses, bajo
contrato, y consiste en pequeños sueldos de entre $ 150 y 200 para
realizar trabajos como cuidar plazas, tejer, bordar, o en muchos
casos meramente cumplir horarios en ciertas dependencias
gubernamentales.
** Cuando digo Dios me refiero al Dios de la Bondad, el Padre de
Nuestro Señor Jesucristo, o Alá, o los venerados por todas las
religiones del bien, y no el dios a quien invocan en la carátula del
dólar ("In God we trust") de quien tengo serias sospechas pueda
tratarse efectivamente de Satanás.
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