archivio de los protestos globales
A tres años de la tragedia
Sunday, May 21, 2006 http://tragediaargentina.blogspot.com/
A tres millones de argentinos que reposaban plácidamente en sus hamacas paraguayas los arrojaste a los estresantes engranajes del mundo del trabajo.
Estas construyendo 300.000 viviendas populares, o sea, más parquets para que el aluvión zoológico haga sus asaditos.
Tuviste más piquetes que nadie y sin embargo sometiste a la inacción a los 150.000 machos bravíos de Policía y Gendarmería disfrazados de Robocop. Si no matan a nadie, para qué están?
Al elegante diario La Nación, que luego de 100 años ya no tenía demasiadas cosas nuevas para decir, le estás dando pasto y temas urticantes todos los días.
Te codeas con presidentes que, digámoslo de una vez, son todos cabecitas ! Bolivia, Chávez, Brasil... en lugar de Berlusconi, Tatcher o Bush.
Este año habrá 3.000 chicos a los que obligaste a incumplir con las estadísticas y no morirán. Estás bajando la mortalidad en infantil en un planeta superpoblado !
Obligaste a que descolgaran el cuadro de un prócer nacional humillando la viril testosterona de los varones de la guerra, y, lo peor, tuvo que descolgarlo el Comandante destruyendo siglos de Obediencia Debida.
Usás el presupuesto oficial para coartar la libertad de prensa y debido a eso no se escuchan críticas en tu contra.
En los tres inviernos que llevás como Presidente no hubo cortes de luz ni gas a pesar de todos los pronósticos, porque piadosas damas de la sociedad rezaron sin descanso en el Socorro, el Pilar y el Santísimo.
Porque pagás la deuda te pavoneás como un gallo feliz: por qué no les das protagonismo a quienes con sus grandes afanes construyeron esa deuda - Menem, Martinez de Hoz, etc. - sin su aporte, qué estarías festejando hoy ? Para peor, en pocos meses ya recuperaste todo lo que pagaste y todos sabemos que no hay nada más insufrible que un nuevo rico con guita.
El año pasado regalaste 7.000.000 de libros a los pobres y eso es discriminatorio. De dónde sacaste que en la Argentina los pobres son mas brutos que los ricos ?
Como buen provinciano fanfarrón le diste un sopapo de billetes en la jeta al Fondo Monetario. Pisaste el palito, era lo que quería Anne Krueger. Te lo gritaron en la cara la extrema izquierda y la derecha. Sí, coincidieron, algo inusual entre ellos.
Cometiste la descortesía de llegar 12 minutos tarde al cóctel que te ofreció la AINUMAT - Asociación de Inútiles para Matar el Tiempo -. Los socios más avezados de esa prestigiosa institución sostuvieron indignados que no fue de 12 sino de 13 minutos tu demora.
En Mar del Plata miraste fijo a Bush - todo un estadista - en lugar de bajar la mirada.
Te insolentaste con una compañía internacional, centenaria y resposable como Shell, que proveyó con diligencia el combustible para terminar con la aburrida vida provinciana de los 300 chicos del General Belgrano.
Les dejaste 20.000 millones de dólares sin posibilidad de canje a unos pobres bancos internacionales cuyo único pecado fue apostar al lento desangrarse de aquel lejano país llamado Argentina.
Cancelaste el contrato con Aguas Argentinas, ahuyentando a miles de inversores que no llegaban nunca porque repletos de valijas llenas de billetes se atropellaban en los molinetes de Ezeiza.
Destruiste el maravilloso Consejo de la Magistratura, un ejemplo de transparencia y eficiencia: una institución señera que nunca tuvimos, pero que de golpe se transformó en imprescindible.
El Vaticano te excomulgará por no haber ido a los funerales de Wojtyla y Fidel te odia porque te le estás acercando en las estadísticas sanitarias.
Al que sube un precio le pegás en la mano. Dónde quedó aquella Argentina encantadora en la que veíamos cientos de bracitos escuálidos y moría cada tanto un negrito desnutrido, pero rezábamos un padrenuestro y todos seguíamos felices ?
Por culpa de tu desorbitancia los sufridos chacareros argentinos, desde sus pisos de avenida Libertador o Recoleta, se ven obligados a prohibir a sus administradores, mayordomos, capataces y peones el despacho de aquellos camiones rebosantes del exquisito peceto argentino.
Estábamos acostumbrados a presidentes taciturnos, reflexivos, tan equilibrados que meditaban años para decidir cualquier estupidez (la cavilación y la duda es el sello de los genios, dijo Montaigne, creo) y vos con tu afán hegemónico y glotón te llevás todo por delante.
Eramos un país exótico, llamativo, con esa magia que tiene todo lo estrafalario, por ejemplo el riesgo país en la estratósfera. Hoy, por tu culpa estamos en el pelotón de los mediocres.
Usaste los cargos tarifarios para que los aumentos de los servicios se los embolse algún coimero de acá, en lugar de ir a embellecer los lujosos despachos y palacetes europeos de los holdings.
Silenciaste a Bernardo Neustadt y nos privaste de un pensador de la talla de Aristóteles, Jauretche o Macedonio. Te asociás con los Saadi, los Barrionuevo y los mafiosos del conurbano. Convengamos que no son lo que se dice gente bien. Tendrías que haber apretado un botón y que aparecieran miles de tecnócratas puros, perfectos y asépticos, todos egresados de FIEL, CEMA, Di Tella o San Andrés, gente a la altura de la excepcional etnia europea que nos diferencia.
Además esa corbata y ese saco cruzado parecen un chivo de Modart.
Nosotros, la gente bien, pensamos que en todo lo que acertaste fue porque tuviste suerte. Si en las próximas elecciones nos toca un poco de esa suerte a nosotros, quizás podamos volver a la maravillosa Argentina que teníamos.
Fernando Braga Menéndez. Publicitario.