Leyes y modelos económicos no pueden ser irrevisables. Las leyes y modelos económicos deben estar al servicio al pueblo La renuncia del presidente Banzer no es la solución a la crisis que vive Bolivia.
Si un modelo económico crea pobreza se lo debe cambiar.
Las leyes no pueden ni deben estar exentas de revisión, incluyendo la 1008 y otras como la de capitalización, precisamente para velar por el bienestar de la población.
La Paz, 05 May. (ANF).- Las leyes y el modelo económico no son invariables, sino que deben estar al servicio de la gente, por lo tanto no se puede poner barreras para su tratamiento con el propósito de dar fin a la situación conflictiva que atraviesa el país, asegura el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, monseñor Jesús Juárez.
Si un sistema económico produce más pobres, permite el crecimiento de la pobreza y tiene la finalidad de enriquecer a unos cuantos, entonces la Iglesia "habla de flexibilizar y humanizar el modelo" y pide se cumpla el pago de la deuda social. Es necesario "globalizar la solidaridad", puntualiza el prelado.
El país demanda "soluciones radicales y nuevas" para poner fin a los cíclicos conflictos, a las demandas de distintos sectores, las cuales son justas. Esas respuestas deben nacer del acuerdo entre los bolivianos, cada sector está en la obligación de poner su voluntad y conocimiento al servicio de esta gestión para plantear y encontrar remedios a la crítica situación que vive el país.
Es hora de que los bolivianos demos una imagen de que somos capaces de dialogar y concertar, testimoniando que cada uno es capaz de asumir su corresponsabilidad en un estado de derecho, acotó el prelado.
La renuncia del presidente de la República, Hugo Banzer, no es la solución a la crisis que vive Bolivia, más por el contrario agravaría las actuales circunstancias.
La Iglesia puso en claro que ahora no se repite la misma coyuntura de 1984, porque las situaciones son distintas, por lo tanto la renuncia de Banzer no es solución a los problemas, como lo fue el acortamiento del mandato de Hernán Siles Zuazo en esa época.
Los problemas que atraviesa el país "son estructurales", consecuentemente la simple dimisión de un Jefe de Estado no les pondrá fin, puntualizó el Vicepresidente de la CEB.
Agregó que Bolivia todavía vive un "proceso democrático joven" que necesita mayor estabilización, para lo cual también es fundamental educar para la democracia.
La salida de un Presidente "no favorecerá a la democracia", puntualizó al invitar a los partidos políticos que definan sus programas electorales para ofrecer a los electores soluciones reales y que el pueblo elija en las urnas, agregó monseñor Juárez.
LA 1008 TAMBIEN ES DISCUTIBLE
Las leyes no pueden ni deben estar exentas de revisión, incluyendo la 1008 y otras como la de capitalización, precisamente para velar por el bienestar de la población, opina el Vicepresidente de la CEB, monseñor Jesús Juárez.
La revisión de la Ley 1008 está de por medio para las negociaciones, puesto que los cocaleros de El Chapare lo solicitan y el gobierno se niega. Al respecto el Obispo de El Alto puntualiza que "la ley no es eterna" y el hablar del tema no significa eliminarlo.
Monseñor Juárez recordó que en anteriores asambleas, los obispos pidieron al gobierno la revisión de la 1008, porque es factible su discusión, pero no en clima de conflicto ni preelectoral, sino buscando precisamente lo mejor para el pueblo boliviano. Recordó que la Ley 1008 y el conflicto cocalero de El Chapare se gestó con el decreto supremo 21060 de agosto de 1985, porque a raíz de la política de "relocalización" de los mineros, ese sector quedó sin trabajo y con sus indemnizaciones muchas personas encontraron refugio en esa zona y se fomentó el cultivo de la coca.
La Iglesia condena el narcotráfico como un pecado que clama al cielo porque destruye generaciones de la humanidad e impide un mejor futuro para miles de jóvenes y niños, fue enfático monseñor Juárez.
El Chapare fue fuente de ingresos para la gente relocalizada, entonces con la campaña de erradicación la economía se vio disminuida y la gente quedó sin fuentes de trabajo. Y el desarrollo alternativo no dio los resultados esperados.
Si la sociedad boliviana decide revisar y hasta modificar la Ley 1008, entonces incluso el gobierno de Estados Unidos y su legación en el país deberán respetarla, porque "todos los pueblos tienen derecho a autogobernarse" y las representaciones diplomáticas están para ayudar y no para dominar, puntualizó el prelado al concluir.