(Cochabamba - Opinión)
El conflicto internacional que mantiene Bolivia con Chile sobre las aguas del Silala emerge nuevamente en el ambiente político nacional. La Comisión de Política Internacional de la Cámara de Diputados denunció que existen actitudes de parte del Ejecutivo, que hacen sospechar de posiciones nada favorables para el país y muy condescendientes con el reclamo chileno sobre sus derechos de uso de las aguas del Silala. Para esa instancia parlamentaria el Silala no es un río de cauce internacional, como asegura Chile, sino un conjunto de manantiales cuyas aguas han sido captadas arbitrariamente por los chilenos, avasallando la soberanía nacional. La Comisión de Política Internacional de la Cámara de Diputados sostiene que por concepto de uso de las aguas del Silala durante 90 años, Chile debe al país más de 170 millones de dólares. El diputado y miembro de esta comisión, Eloy Luján, explicó que Bolivia bajo ningún concepto debe permitir un arbitraje internacional en torno al conflicto que mantiene el país con Chile sobre las aguas del Silala, porque sería como dar la razón a los chilenos en un tema en el que no hay nada que discutir ni dirimir, porque los manantiales están dentro del territorio nacional. Luján explicó que en la Comisión de Política Internacional de Diputados hay una gran sospecha de que el Ejecutivo no tiene ningún interés por resolver el problema del Silala, y peor aún de que existe un sentimiento pro chileno en relación a este tema casi centenario. Argumentó sus sospechas indicando que, primero, desde altas esferas del Ejecutivo se orquestó la suspensión del viaje que tenía programado la comisión para este primero de octubre al Silala para inspeccionar "in situ" los manantiales y, segundo, el canciller Carlos Saavedra Bruno expresó que este conflicto con Chile debería solucionarse por la vía de un arbitraje internacional, dando a entender que Chile puede tener algún derecho sobre las aguas del Silala.
Por la importancia y significación que tiene el Silala para Bolivia, pues está en juego la soberanía nacional, la Comisión de Política Internacional considera que este tema debe considerarse como política de Estado, a la que concurran los distintos poderes y que suponga una concertación porque de lo contrario, si la acción es exclusivamente gubernamental, la posición nacional estará constantemente debilitada.
El ex canciller boliviano Gustavo Fernández propuso a su sucesor, el actual ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Saavedra Bruno, que corte el flujo de aguas del río Silala hacia Chile. A juicio de Fernández esta medida, sería una solución a los problemas entre su país y Chile por la propiedad del afluente. El río Silala nace en territorio boliviano y su curso fluye naturalmente, según el gobierno chileno, hacia territorio nacional. Bolivia, en cambio estima que su curso fue desviado artificialmente y que por lo tanto Chile no tiene derechos sobre sus aguas. Dijo asimismo que el ex Canciller como medidas alternativas para solucionar el problema hídrico que se tiene con Chile, llevar el tema a un tribunal arbitral o efectuar negociaciones directas con el gobierno chileno. Las tres propuestas están ahora en manos de las actuales autoridades de la Cancillería altiplánica. Sin precisar las opciones que maneja la Cancillería boliviana para zanjar el problema, el viceministro de Política Exterior, Gonzalo Montenegro, indicó que se buscan soluciones amigables con Chile. Todas las alternativas para decidir cuál será la mejor opción para resolver un asunto que es de interés nacional dijo la autoridad gubernamental. Montenegro señaló también que la Cancillería resolverá el problema mirando el futuro aunque no precisó en qué términos políticos, económicos o diplomáticos.
Las vertientes del Silala pertenecen al Cantón Quetana de la provincia Sud Lipez del departamento de Potosí. Se encuentran en una hoyada en el cerro Cabana (volcán apagado), ubicada entre los hitos 73 y 75 a más de tres kilómetros dentro el territorio boliviano.
En septiembre de 1908, el prefecto interino de Potosí, René Calvo Arana firma la concesión de las aguas del Silala a favor de la empresa The Antofagasta and Bolivian Railway Company Limited. Actualmente ferrocarril Antofagasta-Bolivia, con escritura No. 48, amparado en la Ley de Aguas de 1906, con el único objeto de alimentar los calderos de vapor de sus locomotoras. Con posterioridad, el 14 de marzo de 1997, el prefecto de Potosí, Omar Manzano, mediante Resolución Administrativa Nº RA 71/97 y elevada a rango de Decreto Supremo por el Poder Ejecutivo Nº24660 de 20 de junio de 1997, revocó la concesión antes referida. Mediante Decreto Supremo de fecha 30 de agosto de 1999, el gobierno nacional encomendó a la Superintendencia de Aguas proceder a la licitación pública nacional para otorgar la concesión del uso y aprovechamiento de las aguas manantiales del Silala, para fines de comercialización y/o exportación, adjudicada el 25 de abril de 2000 a la empresa DUCTEC.
El Silala es una cuenca hidrográfica que comprende 94 manantiales activos y abarca 70 kilómetros cuadrados. Los manantiales no forman ningún río, pues son ojos de agua que afloran a la superficie sin circular a ningún lado.
Los 94 manantiales de agua son colectados por canaletas de cal y piedra, que hacen un recorrido de 2.500 metros y se reúnen con otro canal similar (este canal de menos de un metro de ancho, aún dentro de territorio boliviano en un depósito llamado primera toma, que se ubica a 600 metros de la línea fronteriza, de esta toma sale una cañería de 12 pulgadas que cruza la frontera y se interna 10 kilómetros dentro de territorio chileno.
De acuerdo a estudios, el caudal histórico promedio del Silala es de 300 litros por segundo.
Considerando el caudal histórico como referencia se tendría:
9.460.800 m3 y 1.892.160 $us año
851.472.000 m3 = 170.294.400 $us en 90 años
La Comisión de Relaciones Internacionales, resume su posición sobre el tema en las siguientes recomendaciones:
bolivia | rio silala | www.agp.org (archives) | www.all4all.org