La crisis de la dirigencia del movimientos aymara, no muestra la fortaleza del MAS, mas bien es la consecuencia de una crisis generalizada de todos los movimientos sociales. Frente a esta situacion hay una arremetida del poder utilizando el desprestigio de los lideres y la violencia mas brutal como forma de gobernabilidad.

En primer lugar, estamos de acuerdo en que existe una crisis en la dirigencia del movimiento aymara, tambien estamos de acuerdo en que un bloqueo campesino debe prepararse con mucha anticipacion ya que en el campo es muy dificil organizar ampliados y determinar las condiciones para el bloqueo.

Sin embargo, la situacion actual nos obliga a ser muy criticos respecto de la situacion en que se encuentran los movimientos sociales y la relacion de fuerzas con el gobierno.

La debilidad del actual bloqueo, se expreso ya en el bloqueo de los cocaleros en enero, un bloqueo que tuvo que levantarse en una semana, esto no signficaba que las bases campesinas esten o no con el Mallku, esto mas bien empezaba a mostrar que la imposibilidad de unificar los movimientos sociales y asentar gran parte de la estrategia politica dentro de la arena electoral y parlamentaria, han debilitado profundamente a todos los movimientos sociales, una excepcion de este debilitamiento, fue el 12 y 13 en La Paz, que muestra la emergencia de muchos movimientos mas dispersos y debiles aun que los movimientos sociales que mostraron su capacidad de movilizacion.

Por este motivo, es importante que los mismos movimientos sociales, sus dirigencias, y tambien los nuevos movimientos dispersos y eventuales que emergen, traten de revertir este proceso de debilitamiento de los movimientos buscando formas de unificacion, ya que por el lado del estado, el poder y el gobierno, se viene una represion brutal como forma de gobernabilidad, que ya se vio en el bloqueo de los cooperativistas en Caracollo, en el bloqueo y cierre de la valvula de transredes en Santa Rosa, en el desalojo de los sin tierra, etc.