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Los opositores quieren interpelar a los ministros Kukoc y Teodovich

El diálogo llega a Santa Rosa tras un muerto y 17 heridos
La Prensa - La Paz - Bolivia Edición de Julio 23, 2003
http://166.114.28.115/20030723/ciudad/ciudad02.htm

Santa RosaEl violento enfrentamiento
en la localidad cruceña,
que comenzó a las 06.50,
duró tres horas

El gobierno, con 500 uniformados, reprimió ayer en Santa Rosa del Sara un bloqueo vial y el cierre de una válvula de Transredes. Unos 1.500 pobladores pelearon en las calles. Al final, se les prometió un camino, luz y seguridad jurídica para sus tierras. El diálogo prosigue hoy.

La violenta irrupción de las fuerzas del orden en Santa Rosa del Sara dejó ayer a una persona muerta y a otras 17 con heridas. Las demandas cívicas de los pobladores de la región fueron respondidas con la represión policial y militar que fue resistida por todo el pueblo.

El vocero presidencial justificó el uso de la fuerza y dijo que los hechos de violencia fueron desencadenados por la belicosidad de los civiles. En La Paz, la oposición ha planteado que los ministros del Interior y de Defensa comparezcan ante el Poder Legislativo para ser interpelados.

Un muerto y 17 heridos en Santa Rosa del Sara

El gobierno dice que no se hará cargo de la muerte que se registró ayer porque el proyectil asesino no es utilizado por las fuerzas del orden

Montero / El Norte

Luis Zelaya Márquez (32) recibió un impacto de bala calibre 38 en el hombro. Perdió la vida. Dos de sus hermanos, Isidoro y Pablo, además de otros nueve comunarios y seis uniformados, también están heridos. Todo sucedió ayer, en Santa Rosa de Sara. Más de 1.500 campesinos y 500 uniformados se enfrentaron durante tres horas.

Santa RosaEnfrentamientos: la población se enojó por la presencia policial

El gobierno dice que no se hará cargo de la nueva muerte que se registra en el gobierno de Goni, porque el proyectil que quitó la vida a Zelaya no es utilizado ni por la Policía ni por el Ejército.

El 21 de julio de 2003 quedará marcado como un día negro en la historia del Norte Integrado, y en especial de Santa Rosa de Sara.

Todo comenzó con el bloqueo de los principales accesos a la referida localidad y el cierre de válvulas de Transredes, medida que asumieron los pobladores ante las persistentes postergaciones que sufren en sus demandas viales y forestales. La anunciada represión policial y militar terminó con un muerto y 17 heridos, varios de gravedad. También hay nueve campesinos detenidos.

Al promediar las 06.50 de la mañana un grupo de cerca de 350 efectivos, entre policías y militares, irrumpió en el sector de la tranca donde sorprendieron a un reducido grupo de vecinos que intentaron resistir a la fuerza pública. Fue en ese momento que comenzaron los enfrentamientos porque las fuerzas combinadas empezaron a lanzar gases lacrimógenos. En menos de 15 minutos lograron dispersar a los pocos manifestantes y dejar expedita la ruta por unos minutos hasta lograr la salida de los microbuses llenos de pasajeros y otras movilidades que habían pasado la noche en el lugar.

Mientras los uniformados se dirigían hacia el centro de Santa Rosa, un jeep perifoneaba por el centro del pueblo dando a conocer la represión que habían sufrido hasta ese momento. Lo mismo se escuchaba por un parlante instalado en el tanque de agua, en tanto que las campanas del templo católico no dejaron de repicar por el lapso de una hora.

Cuando los policías y militares se aprestaban a ingresar a la plaza fueron sorprendidos por un númeroso grupo de comunitarios que armados de piedras y palos lograron impedir el ingreso de los represores. "No podemos permitir tanto abuso. Es una falta de respeto que, aparte de reprimirnos, quieran entrar victoriosos a nuestra plaza. No permitamos ser burlados por ellos", repetía a gritos un vecino. A medida que transcurrían los minutos, el número de comunitarios aumentaba.

Las explosiones de gases de los uniformados se cruzaban con las piedras y palos que utilizaron los vecinos. La calle principal de acceso a la plaza se convirtió en un verdadero campo de batalla. La resistencia de la gente obligó el repliegue momentáneo de la fuerza pública que había marchado a sus casas después de permanecer durante varias horas en la carretera. La desesperación cundió entre los habitantes. Mientras éstos corrían de un lado a otro, y los uniformados actuaban en nombre del orden, el cuerpo de Luis Zelaya era recibido en la morgue de Montero.


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