Los campesinos del sector de Huarina pidieron permiso a los militares que vigilaban la zona para realizar un bloqueo "simbólico" de una hora, con el compromiso de no interrumpir el tráfico vehicular. En los ampliados del altiplano hay división.

El "Mallku" ha perdido influencia sobre los movimientos sociales en el altiplano

 

Bloqueos "simbólicos" en el altiplano

Bloqueo esporádico:
campesinos y militares
prefirieron evitar el
enfrentamiento directo

13.52 de ayer. Una fuerte detonación seguida del grito "¡Jallalla Túpac Katari!" dio inicio al bloqueo de caminos en el punto carretero más próximo a Huarina. Las wiphalas ondearon junto a los chicotes y en un instante la capa de asfalto fue cubierta por piedras y troncos. Sesenta y cinco minutos después no quedaba ni rastro de la medida de presión.

El ejecutivo provincial de Omasuyos, Rufino Pusarico, explicó que la ficticia interrupción de tránsito era en realidad un "bloqueo simbólico", un ejercicio de poder que buscaba celebrar la posesión del "comité de bloqueos" que se hiciera pasado el mediodía en un ampliado provincial en Huarina.

El ampliado no terminó bien. Hubo división como en casi todos las reuniones campesinas que ayer se celebraron en el altiplano norte. Los pobladores de Huarina pidieron un cuarto intermedio para el inicio de los bloqueos, mientras que el resto de los asistentes votó con entusiasmo por el inicio de la medida.

Terminado el encuentro, un centenar de campesinos improvisó para los medios de comunicación presentes un bloqueo carretero. A los diez minutos de instalado el piquete, una motocicleta llegó del sur y, al advertir la interrupción en el camino, dio media vuelta y se fue a toda velocidad. No pasaron ni diez minutos y llegó un camión militar cargado con efectivos del Regimiento Max Toledo.

El oficial a cargo vociferó a unos cien metros de los bloqueadores: "Tienen cinco minutos para el desbloqueo antes de que usemos los agentes químicos para dispersarlos". Mientras, otro oficial amartillaba su escopeta lanzagranadas. Como respuesta, una comisión liderada por Pusarico se acercó a los militares y explicó que en realidad el bloqueo era "simbólico", que se estaba premitiendo el paso de vehículos por los costados de la carpeta asfáltica. El militar replicó que su intención era que nadie saliera lastimado y replegó a sus soldados a los costados del camino.

Los campesinos pidieron una hora para mantenerse sobre la carretera, y esto les fue concedido con la condición de que no interrumpieran el tránsito de quienes prefirieran circular flanqueando las piedras.

Exactamente a las 14.53, los "bloqueadores" se retiraron pacíficamente y los efectivos militares y policiales (que llegaron luego desde Tiquina) retiraron las piedras en un santiamén. Del piquete no quedó ni rastro.

Altiplano dividido

Ampliados campesinos en varios puntos del altiplano demostraron la falta de unidad entre los trabajadores del agro. Pocos mantienen la determinación de acatar de inmediato la instrucción de bloquear las carreteras. Algunos piden que se extienda el cuarto intermedio hasta el lunes de la próxima semana, otros hablan de esperar a que pasen los festejos del 2 de agosto, aniversario de la Reforma Agraria, pero los más se oponen a las medidas de presión y decidieron restarle su apoyo a Felipe Quispe.

La dirigencia que todavía se mantiene leal al "Mallku" hace esfuerzos sobrehumanos por salir bien parada de los ampliados y en algunos casos, como en Pucarani, prefiere "ganar en mesa", es decir, declarar en el acta que el ampliado optó unánimemente por el bloqueo de caminos pese a que una buena parte de la concurrencia expresó sus dudas y hasta un manifiesto desafío.