Otra vez más El Alto mostró su gran capacidad de movilización y la cohesión de su estructura organizativa barrial, realizando un paro cívico que logró anular los formularios maya, paya, quimsa, impuestos por el alcalde Paredes.
Paro en El Alto
transporte improvisado
Después de febrero se aprobaron los formularios maya y paya para la recatastración en la ciudad de El Alto. Dos son los objetivos principales que persiguen estos formularios, el mayor control y vigilancia de las construcciones para el incremento de impuestos y la reelaboración de la información que se perdieron por la quema de la alcaldía el 12 y 13 de febrero.
Estos formularios, significan un cambio del sistema catastral que implica necesariamente asumir nuevos parámetros para el cobro de impuestos. El registro de los tipos de viviendas parece ser una medida natural del control estatal sobre los bienes de las personas, pero esto molestó bastante a la población porque sería utilizado para aumentar impuestos, no resultaba fácil concebir que la alcaldía tenga un sistema catastral que averigüe sobre “la intimidad de los vecinos” cuando esta vigilancia será ejercida para exigir contribuciones mayores de los vecinos en forma de impuestos de sus inmuebles.
Las declaraciones del Alcalde en el sentido de que el formularios no sería obligatorio, que se anuló el sector C del formulario, que el maya deja de ser requisito para el paya y que ambos dejan de ser requisitos para el quimsa, sólo confirman el carácter de obligatoriedad que tenían estos formularios y las recaudaciones como fin perseguido.
Al recibir los formularios con pagos elevadísimos, la población empezó a preocuparse y a reclamar, la modernización del sistema catastral no sólo facilitaría la información y los trámites en la alcaldía, sino que ponía nuevas reglas de juego para el cobro de impuestos, unas reglas que venían automáticamente con el nuevo sistema, pero que no eran aceptadas por la población alteña.
El paro cívico de El Alto fue contundente, no existieron mayores enfrentamientos con la policía, pues la cantidad de personas movilizadas en todos los distritos a través de las juntas vecinales, hacía imposible que el gobierno piense en reprimir la protesta aplicando su ley de seguridad ciudadana.
La movilización fue por un problema concreto que afectaba a los vecinos de la ciudad de El Alto, pero lo curioso es que en la cabeza y en las declaraciones de casi todos los manifestantes, la protesta también se refería a la defensa del gas. Tal vez sea un primer capítulo de ésta lucha por la defensa del gas que se ha planteado el pueblo.