Negocios de comida, bebidas u otros se resguardan con alambre de púa en la populosa zona de La Ceja. Comerciantes optan por trasladar y guardar su mercadería. Se temen asaltos. Señoras de pollera y jovenzuelos silbaban a comerciantes que intentaban atender
La ciudad de El Alto, la tercera de Bolivia por cantidad de habitantes (más de 700.000 personas) comenzó a acatar de manera radical el paro indefinido dispuesto por la Central Obrera Boliviana (COB) que comenzó este lunes 29
El paro fue dispuesto como apoyo a los bloqueos dispuestos y ejecutados por la Confederación Unica de Trabajadores Campesinos (CSUTCB) desde hace dos semanas y que tienen cerradas las rutas troncales e internacionales hacia el Perú.
El bloqueo se realiza como una exigencia de los campesinos para que la exportación de gas a EEUU y México no sea ejecutada por medio de puertos chilenos, aunque el principal problema es que esa exportación tiene una nula participación de los ciudadanos bolivianos en cuyo territorio se encuentran ingentes cantidades de gas natural.
INCERTIDUMBRE EN LA CEJA
La populosa zona de la Ceja, considerado el centro distribuidor del transporte público local, nacional e internacional además de ser un foco de intenso movimiento comercial y de consumo de comida y bebidas alcohólicas, comenzó a experimentar una incertidumbre y temor la tarde de este lunes 29.
Grupos espontáneos de personas entre mujeres de pollera, jovenzuelos, adolescentes y algunas personas mayores, rondaban, la noche de este lunes, las calles para que los comercios, puestos de venta cierren sus puestas.
A las 19:00 horas del lunes 29, en la Ceja los negocios estaban totalmente cerrados; las movilidades circulaban con aparente normalidad, pero el ambiente era intranquilo porque los grupos de personas que recorren la Ceja silbaban a todo vehículo que circule por ese sector.
Durante la tarde de este lunes, se vieron varios saqueos a pequeños negocios de "gremiales", personas que viven de la venta de productos como caramelos, peines, cremas de dientes o papa al menudeo y similares y que expenden su mercadería en el piso.
Esa populosa zona se mostraba desierta de puestos de venta. Habitualmente cientos de gremiales se instalan allí. Por ejemplo en la esquina de la calle Franco Valle y Plaza Civica, donde se expende licores, alcoholes y otras bebidas espirituosas, han procedido a resguardar sus negocios con alambres de púa para evitar los saqueos.
RECUERDO DEL 12 DE FEBRERO
La instalación de protección con alambre de púa hizo recordar a los sucesos de los días miércoles 12 y jueves 13 de febrero de este año, cuando los vecinos han alambrado toda la Ceja para evitar más saqueos de los que se produjeron efectivamente. En este caso son solamente los puestos de venta de licores. Incluso algunos comerciantes optaron por trasladar sus productos a buen recaudo
Paralelamente, se producen algunas silbatinas a los comerciantes que intentan atender al público. Cuando pasa uno de los pocos patrulleros policiales, la situación se calma. Pero al irse los policías vuelven el amedrentamiento psicológico.
Otros negocios como discotecas y otros atendían a puertas cerradas, no había restaurantes abiertos y los pocos que trabajaban, lo hacían a puertas cerradas
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