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La Paz - Bolivia Edición de 26 May 2005

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Feriado y amenaza sediciosa bajan intensidad al conflicto

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Luego de que el MAS y varias organizaciones sociales rechazaran la intención golpista de dos militares procesados por diversos delitos, dicho partido decidió darse una pausa en su asedio a la plaza Murillo hasta el lunes, lo mismo que los manifestantes alteños, que indicaron que al menos hoy, fiesta de Corpus Christi, no marcharán hacia La Paz, aunque continúen con su paro cívico.


SEGURIDAD

Los tenientes coroneles "sediciosos" son buscados para su detención
Militares aseguran que se juegan por la democracia

El Alto Mando militar: las FFAA reafirmaron su lealtad al presidente Carlos Mesa

Los comandantes de las tres fuerzas militares, Ejército, Naval y Aérea, respaldaron ayer al presidente Carlos Mesa y a la democracia luego de que dos tenientes coroneles difundieran una proclama sediciosa con la que instaban a la población civil a "salir a las calles" para derrocar al Primer Mandatario, clausurar el Congreso Nacional y nacionalizar los hidrocarburos.

El comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, almirante Luis Aranda, dijo que el término "golpe militar ya no existe" en el vocabulario castrense.

Por su parte, el comandante del Ejército, la más importante de las Fuerzas Armadas, general César López, despejó toda duda que pudiera existir sobre el aval de la conducta democrática de los militares bolivianos. El golpe militar más reciente ocurrió en 1980 y sus cabecillas, Luis García Meza y Luis Arce Gómez, purgan penas de reclusión, el último por narcotráfico.

Los comandantes emitieron un comunicado público en el que comprometen una conducta "incondicional a lo que mandan las leyes".

El ministro de Defensa, general Gonzalo Arredondo, dijo que no hay posibilidades de que algún jefe castrense interrumpa la democracia o altere las instituciones del Estado.

Los tenientes coroneles Julio César Galindo Mendizábal y Julio Herrera Pedrazas, ambos del Ejército, sorprendieron a la opinión pública con la lectura de una proclama del "Movimiento Generacional de las Fuerzas Armadas" en la que instaban a los civiles a "salir a las calles para recuperar la soberanía nacional", derrocar al presidente Carlos Mesa, cerrar el "Parlamento prevaricador y corrupto" y movilizarse por la nacionalización del petróleo.

Las Fuerzas Armadas, horas después, calificaron de sediciosos a los dos militares, revelaron sus antecedentes de indisciplina y ordenaron su inmediata detención para someterlos a proceso militar.

Los sediciosos "están siendo buscados en La Paz — dijo una fuente militar — y de momento no hay otros sospechosos".

Se prepara, según explicó, el "retiro obligatorio" por "desacato a la autoridad militar", por "atentar contra la dignidad de las Fuerzas Armadas" y por sedición.

Después de que los dos tenientes coroneles aparecieran por primera vez en el canal RTP, ninguna unidad castrense ni oficial militar se declaró a favor del llamado.

El pronunciamiento de las Fuerzas Armadas señaló que "todas las unidades mantienen la subordinación y respeto a sus mandos naturales" y que están "firmes en la defensa del estado de derecho, la democracia y la institucionalidad del país".

El ministro de Gobierno, Saúl Lara, y el comandante de la Policía, general David Aramayo, supervisaban personalmente las acciones de disuasión de la tropa policial contra la multitud de manifestantes que sitió Palacio de Gobierno y el Congreso Nacional.

Por la mañana, todos los funcionarios de las oficinas públicas próximas a la plaza Murillo fueron evacuados y poco después del mediodía el Ejército reforzó la guardia presidencial con el envío de un contingente de la Policía Militar.

En cierto momento, el ingreso de la tropa en Palacio fue interpretado como una táctica radical de las Fuerzas Armadas para sofocar el asedio como en "febrero negro" o un respaldo al pronunciamiento sedicioso, porque en ese momento no se encontraba el presidente Carlos Mesa. El comandante de la Policía se encargó de disipar las dudas sobre la presencia de los militares.

Desde que comenzara el conflicto social, las Fuerzas Armadas no dejaron de expresar su preocupación por los acontecimientos políticos y sociales, a pesar de que resultaron fuertemente golpeadas por los sucesos de febrero y octubre de 2003.


Los instintos de los "golpistas"

El director del Observatorio de Seguridad y Democracia, el ex mayor de Ejército Juan Ramón Quintana, dijo que la sociedad civil "no tolerará una aventura golpista" en Bolivia, al contrario, apuesta por la democracia.

"Las posibilidades de éxito de un golpe están clausuradas, porque además hay un marco jurídico internacional, como la carta democrática, que lo frenaría", opinó.

El analista en materia de defensa y seguridad dijo que, si bien una asonada golpista no debe ser descartada por completo — en términos de su preparación y ejecución — , resultaría difícil pensar que se lo hiciera con el respaldo de las Fuerzas Armadas.

Manifestó que en los 24 años de democracia (posteriores al golpe de julio de 1980) los militares acumularon experiencia y conciencia democrática, de modo que un paso en falso "sería una aventura demencial" y pondría en "riesgo la existencia de las FFAA" por el rechazo de la sociedad civil.

Aseguró que la sociedad boliviana no ha agotado su capacidad de resolver la crisis por la vía política en lugar de la militar.

Quintana, sin embargo, encuentra en algunos partidos políticos "tentaciones golpistas y conspirativas" y en algunos líderes radicales la creencia de que podrían encontrar en algún militar boliviano a "un Chávez", mientras que otros creen que "un Pinochet" podría ser la tabla de salvación.

Observó que las Fuerzas Armadas y sus oficiales, si bien se encuentran en encrucijadas complicadas, han podido adaptarse a las condiciones políticas y recuperar su imagen y prestigio social.


Los antecedentes de la indisciplina

Los tenientes coroneles Julio César Galindo, de la Caballería del Ejército, y Julio Herrera Pedrazas, de Infantería, según el Alto Mando militar, arrastran un largo historial "delictivo" dentro de las Fuerzas Armadas, por cuya razón estaban fuera del servicio activo y sujetos a procesos disciplinarios.

Sobre Herrera pesan cargos de indisciplina recurrente en el servicio — sancionados con prolongados arrestos — , como robo de arma, asalto armado a un cajero de la Escuela Naval Militar, otra vez robo de armas del cuartel de Chimoré — de donde desaparecieron pistolas, fusiles y lanzagranadas — , separación por bajo rendimiento de la Escuela de Estado Mayor y procesamiento por deserción.

Las FFAA dijeron de Galindo que fue condenado a cuatro años de prisión por estafar a 27 oficiales en la urbanización Los Laureles, extorsión en la concesión de créditos desde Cossmil, complicidad en la introducción de contrabando, abusos físicos contra civiles y otros actos graves de indisciplina.

Herrera estuvo en la letra D de disponibilidad por enfermedad mental, y Galindo en la E, procesado en la justicia.


"Los golpes ya no deben existir"

El comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, almirante Luis Aranda Granados, desterró en una entrevista con El Deber (que aquí va resumida) toda posibilidad de un golpe de Estado gestado en el seno de los militares.

— Cuál es la actitud de las FFAA frente a los conflictos?

— Las FFAA ven con preocupación la existencia de grupos sociales de índole sindical, político y también regional que se encuentran ocupados en una serie de pedidos que, consideramos, son legítimos, pero están siendo mal interpretados y podrían radicalizar más el problema.

Nosotros estamos tratando de hacer un seguimiento para evitar consecuencias que pudieran ser graves.

También hemos hecho un llamado para que todos los pedidos controversiales se arreglen a través del diálogo. Los pedidos autonómicos deben hacerse a través de un referéndum y una determinación del Congreso.

— ¿Cuál es el mandato de Carlos Mesa respecto a los conflictos?

— En todo momento Carlos Mesa nos ha dado instrucciones precisas, y su objetivo más importante es respetar en todo momento la institucionalidad y las leyes.

— ¿Ysi los sobrepasan?

— Tenemos siempre planes. No vamos a actuar si no es con la orden del Presidente, y por escrito.

— ¿Qué va a hacer con los dos militares (rebeldes)?

— Nos han sorprendido con (sus) declaraciones. Se tomarán las determinaciones para establecer qué tipo de delitos cometieron. Están siendo buscados.

— ¿Hay división en las FFAA?

— A través de los comandos de fuerzas se tiene un control muy estricto. Tenemos tranquilidad.

— ¿Es posible hablar de golpe?

— No, ya no. Los golpes militares ya no son realmente posibles, ya no deben existir.

Aprendimos que debemos ser los celosos guardianes de la democracia y apoyar al Gobierno legítimamente constituido.

Haber cumplido esa tarea nos está costando juicios y acosos por parte de la justicia, que nos apena y nos hace meditar sobre nuestro papel.

— Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando quieren referéndum autonómico.

— Esperemos que esto no sea una actitud ilegal, esperemos que se enmarque dentro de las reglas, creo que ya lo han hecho y sólo falta el pronunciamiento del Congreso.

— ¿Y sin autorización...?

— No podemos opinar en ese sentido. Estamos seguros de que van a responder de acuerdo a la ley.

— ¿Una intervención de la ONU en Bolivia?

— El movimiento sólo es en El Alto y en el centro de La Paz. Estamos en un país con casi 9 millones de habitantes, de los cuales sólo 15.000 están movilizados. Esto no puede requerir la intervención de nadie.

— ¿Le preocupan las posiciones antagónicas entre oriente y occidente?

— Sí, pero no desde el punto de vista de los pedidos, porque sabemos que son legítimos. Confiamos en que el oriente no va a provocar un enfrentamiento y occidente va a reflexionar y solucionar los problemas con diálogo.


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