domingo, 12 de junio de 2005
Las empresas energéticas extranjeras podrían tener un caso fuerte contra Bolivia ante los tribunales internacionales si el país impone una nueva y estricta ley de Hidrocarburos, dijo el ex presidente Carlos Mesa en una entrevista publicada el domingo en el diario ABC.
Mesa instó sin embargo a las compañías como la española Repsol YPF y la brasileña Petrobras a no presionar demasiado al nuevo gobierno de Bolivia ya que el país estaba en peligro de sufrir una guerra civil.
El ex mandatario renunció la semana pasada, sacudido por las protestas masivas de los indígenas bolivianos que demandan la nacionalización de los hidrocarburos y las amenazas de las compañías extranjeras que amenazan con demandar al país si el gobierno incumple los contratos actuales.
Mesa, que ha sido reemplazado por el presidente de la Corte Suprema, Eduardo Rodríguez, dijo al diario ABC que no sancionó la ley aprobada por el gobierno de Bolivia el mes pasado porque opinaba que no era una "ley racional, coherente y útil para el país".
Doce compañías extranjeras han invertido unos 3.500 millones de dólares en el gas natural de Bolivia desde 1997 y han dicho que recortarían las inversiones con la nueva ley. Algunas han amenazado con llevar a Bolivia ante los tribunales internacionales, dijo Mesa.
"Es una batalla que se puede dar, y argumentos pueden tener. Es un riesgo muy alto que el país tiene que encarar. Lo peor que le puede pasar a la inversión extranjera es una guerra civil", afirmó el ex mandatario boliviano.
"En consecuencia, si hay una mirada mínimamente sensata, las multinacionales deberían darle a Bolivia un compás de espera y no presionar", agregó.
La ley de hidrocarburos establecía un 32% de impuestos a las empresas extranjeras que explotaban el gas además de una regalía existente del 18%. La ley incrementó el control del estado, pero se quedó corta para las demandas de los indígenas que piden la nacionalización.
Mesa aseguró a ABC que pedir la nacionalización es "una locura".