Son las nueve de la mañana, después de un día de descanso en Cutuglahua, la Caravana del Sur empieza de nuevo la marcha, encabezada por Evo Morales, presidente del Movimiento del Socialismo de Bolivia, la segunda fuerza política de esa nación, Leonidas Iza, presidente de la CONAIE, Estuardo Remache, dirigente del Ecuarunari, Salvador Quishpe, dirigente de la CONAIE y diputado electo de la provincia de Zamora Chinchipe, entre otros. La marcha empieza desde el puente Guajalo, en donde están presentes cientos de personas, muy numerosa y colorida la representación de Bolivia, que lleva en la frente la hoja de coca, símbolo de la identidad nacional. Y así mismo están presentes de todas las provincias que se han atravesado en esta semana de marcha desde Loja hacia Quito: Saraguros, Cañaris, Puruhaes, Guarangas, comunidades cristianas, miembros del Seguro Social Campesino,

Avanzando en la periferia sur de Quito recibimos la alegre acogida de sus habitantes que aplauden y animan a seguir en la lucha y al paso se unen otros grupos muy numerosos provenientes de Cotopaxi y de Tungurahua. Por la terminal sur del trole se unen nuevos manifestantes y la marcha se hace cada vez mas alegre. Como un río que acoge nuevos afluentes sigue adelante rumorosa. No nos damos cuenta en donde entran nuevas personas pero cada vez se hace mas larga, hasta que entrando ya en el centro histórico de Quito no se logra ver su cola. Esta marcha es un reflejo de la gran diversidad de culturas de los pueblos de América, de multicolores vestidos, de lenguajes distintos, pero también con una historia común, de humillación, de saqueo y exterminio, así como de resistencia y avance, manteniendo elementos únicos, como la reciprocidad, el poder colectivo, la solidaridad.

Por las calles del Sur de Quito nos encontramos con obreros y artesanos: preguntamos que opinan de ella y nos contestan que es fantástica, porque hay que luchar para que el imperialismo yanqui no domine a los pueblos de Latino América; que apoyan a los campesinos "porque los pobres debemos unirnos en la lucha". Y así sus palabras también se unen a este río grande y esperamos que este sea un signo de los tiempos: que todos los pobres del mundo se unan en esta lucha para un mundo solidario y justo. Como lo dijo Blanca Chancoso en la Conferencia de los Movimientos Sociales del día de ayer, "la wipala no solo representa a los indígena, si no también a todos los pueblos del mundo que somos diferentes pero estamos unidos en la misma lucha".

Y así, llegando por fin al Parque del Ejido, la Caravana del Sur se ha transformado en un río que transborda, ocupando por todo su ancho la Calle 10 de Agosto y en lo largo no se ve donde se acaba. Es un río larguísimo, ruidosísimo y coloradísimo, 1500 personas, que por fin nos unimos como en un abraso con la Marcha del Norte en las calles Seis de Diciembre y Patria. Aquí realmente es impresionante, la cantidad de personas participando en estas históricas jornadas es incalculable; se integran a encabezar la Marcha, Blanca Chancoso, dirigente de la CONAIE y Adolfo Pérez Esquivel, Premio Novel de la Paz, así como dirigentes indígenas de Brasil Colombia, Perú, entre otros.

Mas tarde ya con todos nos encontramos con grandes cantidades de policías que tenían la misión de evitar nuestra cercanía a las instalaciones de los hoteles donde se reúnen los ministros que "debaten sobre los beneficios del ALCA", el nerviosismo o la disposición de dispersarnos provoco que lanzaran gases lacrimógenos, varios heridos por el impacto de esas bombas, además de niños asfixiados fue el producto de esas infames acciones de la policía, pero eso es ya otra historia.

Equipo Caravana Sur.