Quito no se calla. En cuanto salió del aire la radio La Luna, el apoyo llegó, la presencia no se hizo esperar y la convocatoria a terminar con Lucio el dictador, que corta emisoras, que decreta estado de emergencia y al otro día se retracta, se hizo presente.
La doble cara de este individuo es tan peligrosa que hay que estar pendientes de los nuevos aliados, disfrazados de opositores, que tiene. El dictador que instaura una corte de justicia de facto y ahora la disuelve, dejando la desición en manos del Congreso. Ese títere de dictador que reprime con gases lacrimógenos a los pacíficos manifestantes y en CNN expresa su sensatez al decir que esta dispuesto a lanzar una consulta popular, para preguntar al pueblo si quieren revocarlo del mandato, o si por el contrario prefieren la posibilidad de la reelección.
Mientras tanto en Guayaquil, Machala, Quevedo, el partido social cristiano convoca a las marchas en contra del régimen y por asistencia presupuestal a sus gobiernos seccionales. En Guayaquil, el alcalde Jaime Nebot empieza a exigir nuevamente la posibilidad de la guardia privada para controlar la delincuencia. En el periódico el comercio del Ecuador, se habla de que "Gutierrez puede encontrar en Jaime Nebot, una especie de aliado que le genere nuevos márgenes de gobernabilidad".
La decisión se nos va de las manos o no entiendo bien?
Sin embargo tengo la sensación que el grito de la gente que no quiere volver a una institucionalidad cobijada por la impunidad, no se callará. Tengo la sensación optimista, que entre todos los forajidos, habremos quienes no nos callaremos cuando un socialcristiano pretenda liderar la protesta. No nos callaremos si la nueva corte de justicia la definen los mismos social demócratas, que han sostenido esta democracia burguesa.
Y en esta confianza me fundamento también cuando a pesar de la convocatoria social cristiana en la costa, en la Sierra centro un nuevo frente de indígenas empiezan a movilizarse y así mismo los estudiantes de la JRE, en las calles muestran algo de lo poco de coherencia que les quedó, luego de que su partido los desprestigió.
En definitiva nos queda una fuerte responsabilidad en la continuidad de esta protesta, o le damos contenido ahora, o nos comen las marchas blancas y la sucesión del mando no será una decisión de participación asamblearia popular, sino un mero cambio de fichas desde el poder.
Vamos compañeros y compañeras, estoy de acuerdo que el caos y la desobediencia son instrumentos válidos para desestabilizar esta absurda institucionalidad, pero no olvidemos que sobre nuestros hombros llevamos la absoluta responsabilidad de no perder el rumbo hacia una construcción sólida de otro tipo de democracia.