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Levantamiento Popular en Ecuador
Juan Andres Gallardo 25.04.2005 02:16
http://ecuador.indymedia.org/es/2005/04/9200.shtml

Cayó Lucio Gutiérrez

Levantamiento Popular en Ecuador

Autor: Juan Andres Gallardo
Fecha: 22/4/2005
Fuente: La verdad Obrera 161

La caída de Lucio Gutiérrez en Ecuador en medio de un levantamiento popular con la irrupción de las masas en las calles que tiró al presidente y asestó un duro golpe a las instituciones del régimen, vuelve a demostrar que las tendencias a la acción directa abiertas en ese mismo país hace más de cinco años y que continuó en América Latina con los levantamientos en Argentina del 2001 y Bolivia del 2003 (con la caída de De la Rua y Sánchez de Losada), no se ha cerrado.

Las crisis desatadas por las políticas neoliberales a pesar de la estabilidad como la que demostraba Ecuador con un crecimiento del 6% anual en 2004 , siguen erosionando a los regimenes latinoamericanos y permitiendo que las brechas sean aprovechadas por el movimiento de masas como lo acabamos de ver en el país andino y se mantengan como una perspectiva latente en toda América Latina.

Tras dos semanas de intensas movilizaciones que se dieron en llamar "la revuelta de los forajidos"2, cayó el gobierno de Lucio Gutiérrez. En una sesión maratónica y rodeados de manifestaciones, una mayoría de congresistas le dio el poder al vicepresidente Alfredo Palacio, que pese a parecer frenar momentáneamente la crisis, debe lidiar con un sistema de partidos y un régimen completamente degradados y su futuro aún es incierto.

Los desencadenantes de la crisis

Lucio Gutiérrez llegó al poder en enero de 2003, apoyado en una alianza con la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), su brazo político, Pachakutik (PK) y el Movimiento Popular Democrático (MPD) (maoísta). Como integrante de las FF.AA. Gutiérrez se convirtió en la cabeza visible del levantamiento que tiró a Jamil Mahuad en enero de 2000, formando parte de lo que se llamó la "Junta de Salvación Nacional" junto a la CONAIE, lo que le dio prestigio ante los trabajadores, indígenas y campesinos pobres. Tras un discurso democrático y populista accedió a la presidencia tres años después.

Pero en medio de las presiones por un país convulsionado, los estragos de la economía y los partidos de la vieja oligarquía neoliberal, Gutiérrez giro rápidamente a la derecha adoptando un programa abiertamente pro imperialista, aplicando los planes del FMI y manteniendo la dolarización, negociando el Tratado de Libre Comercio con EE.UU y apoyando el Plan Colombia con la presencia de tropas norteamericanas en la Base de Manta.

Esta política neoliberal degradó en extremo su base de apoyo popular. Pero tampoco alcanzó para conformar a la oligarquía ecuatoriana que le restó apoyo en el congreso, dejando a su gobierno ante una crisis terminal.

Ante esta situación, Gutiérrez jugó su última carta en un acuerdo con el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE) del odiado Abdalá Bucaram, cuando en un "canje político" y por medio de una maniobra en el Congreso en diciembre del año pasado, designó una nueva Corte Suprema de Justicia (CSJ) poniendo de presidente de la misma a Guillermo Castro del PRE. Este acto por el que se asignaba una casta de jueces adictos al gobierno en acuerdo con el PRE fue repudiado por la oposición política, incluidos varios de los viejos partidos del régimen que habían quedado fuera del "reparto" de cargos, y por el pueblo que lo consideraba un abuso del poder.

En medio de los debates en el parlamento para designar una nueva CSJ, hace dos semanas el presidente de la Corte Suprema anuló los procesos en marcha contra los ex presidentes Abdalá Bucarám3 y Gustavo Noboa4, ambos odiados por las masas y con procesos por fraude y corrupción que los había llevado a exiliarse. El retorno al país de los dos ex presidentes terminó de hacer estallar la crisis.

Tres momentos en la crisis y el levantamiento popular

1. Las primeras movilizaciones

Entre el 4 y el 6 de abril, se realizaron las primeras movilizaciones en varios puntos del país con epicentro en Quito donde trabajadores judiciales, estatales, docentes y estudiantes salieron a protestar, rodeando el edificio de la Corte Suprema y marchando sobre el Congreso, enfrentándose a la policía. Las marchas coincidieron con la concentración de la Asamblea de Quito, comandada por el Alcalde Paco Moncayo de Izquierda Democrática (ID)5 que, como las Asambleas de Guayaquil, encabezada por el alcalde Jaime Nebot del derechista Partido Social Cristiano (PSC), la de Pichincha y otras regiones, estaba planificando acciones contra la Corte Suprema y de presión hacia Lucio Gutiérrez.

Por su parte, las organizaciones sociales y sindicales adelantaron que ocuparían edificios públicos y llamarían a una huelga nacional si continuaba la indiferencia del ejecutivo ante el regreso de Bucaram.

Frente a este escenario y ante la posibilidad de ser sobrepasados por las movilizaciones, todos los partidos de la oposición moderaron su discurso. De un día para el otro, dejaron de pedir la renuncia de Gutiérrez y desarticularon los llamados para un paro cívico el 13 de abril.

2 Un intento fracasado de cerrar la crisis

Los partidos de la oposición que empezaban a quedar desprestigiados frente a las masas se recluyeron a buscar una solución pactada con el oficialismo. Sin embargo, en las calles de Quito se empezaron a realizar autoconvocatorias de un contenido social más heterogéneo, para repudiar al gobierno y a la Corte Suprema; entre 10.000 y 15.000 personas se manifestaron por las calles en las noches del jueves 14 y el viernes 15.6

El mismo viernes, al no encontrar ninguna solución a la crisis7, Lucio Gutiérrez aparece en cadena nacional decretando la disolución de la Corte Suprema y declarando el estado de emergencia en Quito y Pichincha, dando el poder a las FF.AA. para reprimir las movilizaciones. Pese a las amenazas, las movilizaciones se mantuvieron en gran parte de la capital desafiando al estado de sitio que tuvo que ser levantado por el mismo Gutiérrez tan sólo a 19 horas de haberlo dispuesto.

La tensión social se agudizaba y en las calles junto al grito de "Fuera Gutiérrez" se empezó a escuchar "Que se vayan todos" obligando a los partidos a concertar una salida el domingo 17, cuando intentaron cerrar la crisis aceptando la destitución de la corte suprema, pero dejando a Gutiérrez en el poder y evitando pronunciarse sobre los fallos que permitieron la vuelta al país de Bucaram y Noboa.

3 La caída de Gutiérrez

Esta resolución a medias de la crisis, sin resolver los puntos más irritantes para las masas, no sólo no sacó de escena a las movilizaciones sino que las fortaleció configurando un verdadero levantamiento popular con fuerte participación de las clases medias y los pobres urbanos, junto a los estatales, docentes, estudiantes y con el apoyo político de las organizaciones campesinas e indígenas. En la noche del 19 de abril, las movilizaciones se multiplicaron, llegando a más de 40.000 manifestantes en la capital que se enfrentaron con la policía dejando decenas de heridos y un periodista muerto, agudizando la crisis en extremo.

La jornada del miércoles 20 fue decisiva, el gobierno debilitado armó su propia fuerza de choque que se enfrentó con los manifestantes, encontrando por primera vez una respuesta por parte de los manifestantes, con los estudiantes que actuaron como el sector más radicalizado sufriendo un saldo de dos muertos y cientos de heridos. Por la tarde las FF.AA le retiraron el apoyo a Gutiérrez y los partidos de la oposición, sesionando en un edificio cercano al Congreso rodeado de manifestantes que pedían "Que se vayan todos", se vieron obligados a jugar la última carta, destituyendo a Gutiérrez, dándole el poder al vicepresidente Alfredo Palacio.

La designación de Palacio y su asunción horas después haciendo gala de su "antipartidismo" (al igual que Carlos Mesa en Bolivia, se trataba de un funcionario "independiente") y prometiendo gobernar para el pueblo, con un discurso demagógico, calmó momentáneamente los ánimos. Pero su futuro es incierto y habrá que seguir de cerca los acontecimientos. Según La Nación del 22/04 "Analistas políticos especulaban ayer con que las dudas de EE.UU y la OEA (en apoyar a Palacio) podría tener que ver con la asunción del nuevo gabinete, integrado por algunos nombres polémicos. Marcando una diferencia con su antecesor, Palacio designó como nuevo ministro de Interior a Mauricio Gándara, reconocido por sus posiciones contrarias a EE.UU y al Plan Colombia. La gran expectativa aquí es qué hará el nuevo funcionario con la base militar de Manta (cerca del Pacífico) donde EE.UU tiene autorización para realizar operaciones antidrogas, incluyendo las del Plan Colombia."

Ocho años, tres presidentes derrumbados y muchas traiciones

Durante los últimos ocho años los trabajadores, campesinos, indígenas y el pueblo ecuatoriano dieron sobradas muestras de disposición a la lucha contra los gobiernos y las políticas neoliberales, llegando a tirar tres presidentes. Lo hicieron con las movilizaciones que debilitaron en extremo a Bucaram en 1997, luchando luego contra su sucesor Fabián Alarcón, tirando a Jamil Mahuad en el 2000, movilizándose contra Noboa y finalmente tirando a Gutiérrez. Por el contrario, sus direcciones siempre mostraron una política y estrategia conciliadora hacia la burguesía, permitiendo que estos tomen la iniciativa política una y otra vez llevando estas luchas a la derrota.

El costo político que tuvieron que pagar organizaciones como la CONAIE (y Pachakutik), FENOCIN, el Frente Popular y el Movimiento Popular Democrático (maoístas) por mantener esta política de conciliación de clases, fue el descrédito ante sus bases que hoy prácticamente no responden a los llamados de sus direcciones.

Es necesario que los trabajadores, campesinos e indígenas ecuatorianos se saquen de encima a estas direcciones burocráticas y conciliadoras y peleen por una alternativa independiente y de clase.

Las masas ecuatorianas acaban de repudiar al conjunto del régimen, sus partidos e instituciones y pelearon para que se vayan todos. Pero el nuevo presidente Palacio fue elegido a espaldas del pueblo por los partidos y políticos repudiados por la amplia mayoría y ahora prepara un gobierno que intentará burlar sus expectativas. Para evitar que se consume un nuevo engaño, convocando a una asamblea constituyente amañada o a elecciones anticipadas, el pueblo ecuatoriano debe llevar sus demandas hasta el final, ya que no son los partidos de este régimen putrefacto ni el "independiente" Palacio los que resolverán sus aspiraciones democráticas. Las masas deben pelear para que se Vaya Palacio y se Vayan Todos y luchar por una Asamblea Constituyente verdaderamente libre y soberana que les permita refundar el país sobre nuevas bases, resolviendo las demandas más sentidas del pueblo.

Los trabajadores deben tomar en sus manos y hacer suyas estas demandas democráticas para poder hegemonizar una alianza con la gran masa de campesinos e indígenas explotados (que son los actores centrales de los anteriores levantamientos), los estudiantes y los pobres de la ciudad, ya que esta es la única vía para luchar consecuentemente contra el imperialismo y por la expropiación radical de la gran propiedad agraria, garantizar plenos derechos de autodeterminación a los pueblos indígenas y asegurar la liberación nacional.

Es fundamental que sean los trabajadores, campesinos pobres e indígenas ecuatorianos los que den su propia salida, poniendo de pie formas democráticas de autoorganización, desarrollándolas en la perspectiva de preparar el surgimiento de organismos superiores de frente único de las masas para la lucha que sean la base de un verdadero poder obrero, campesino y popular.

Se hace más urgente que nunca la necesidad de poner en pie un partido obrero revolucionario que pelee consecuentemente por un gobierno de las organizaciones de los trabajadores, indígenas y campesinos pobres que comience a sentar los cimientos de una nueva sociedad.

  1. Si bien en los últimos años se produjo una relativa estabilización, Gutiérrez impuso una estafa monumental al salario de los trabajadores, institucionalizando con la dolarización la pérdida sufrida por la inflación del periodo anterior. El 60% de la población vive con menos de dos dólares por día.
  2. Así es como se autodenominaron los manifestantes en alusión a las declaraciones de Gutiérrez contra quienes se autoconvocaron en las calles de Quito, llamándolos "grupos de forajidos"
  3. Abdalá Bucaram, dirigente del PRE y ex presidente de Ecuador, cayó en febrero de 1997 en medio de multitudinarias movilizaciones, paros cívicos y toma de edificios públicos. Para evitar una caída revolucionaria del presidente, el parlamento en una sesión extraordinaria y maratónica declaró vacante la presidencia alegando la "incapacidad mental de Bucaram" para ejercer el cargo. Bucaram se fugó a Panamá, donde estuvo exiliado hasta hace dos semanas.
  4. Gustavo Noboa fue elegido presidente tras la caída de Jamil Mahuad en enero de 2000 producto de un levantamiento campesino, indígena y popular.
  5. Paco Moncayo, ex general del Ejercito, se convirtió en una figura reconocida por su participación en la guerra entre Ecuador y Perú a mediados de los '90. Tras la caída de Mahuad, comenzó una carrera política, que al frente del partido Izquierda Democrática le permitiría ganar las elecciones para Alcalde de Quito.
  6. Por el boicot abierto de los medios de comunicación, las movilizaciones de los "forajidos" eran organizadas de boca en boca y a través de Radio La Luna que fue la que concentró las denuncias de los manifestantes. Remarcando el carácter pacífico de las mismas, se autoconvocaban para hacer "cacerolazos", "tablazos", "reventones (de globos)" etc.
  7. Durante tres días, del 13 al 15/4, la oposición se enfrasca en una pelea por el reparto de los cargos de lo que debería ser la nueva CSJ y no llega a ningún acuerdo para superar la crisis.

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