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Ante la opinión pública en general, declaramos en este día 12 de Octubre de 2002, Día de la Resistencia, la conformación de la Alianza por la Vida y la Paz de Petén, integrada por diferentes organizaciones sociales del departamento y comprometida con la lucha por un desarrollo integral de la población del campo y la ciudad.
La Alianza por la Vida y la Paz nace por la urgente necesidad de conformar un frente amplio de oposición y propuesta que aglutine a personas y organizaciones con espíritu de lucha incansable, que anhela un mundo y una Guatemala mejor, un mundo sin atropellos a la humanidad, donde la convivencia entre nosotras y nosotros sea armoniosa así como con el entorno físico en el cual habitamos.
Históricamente, el pueblo petenero ha sido sometido a la exclusión y la explotación económica, social, cultural y política; ha sufrido el abandono por parte del Estado guatemalteco y nuestras riquezas han sido explotadas indiscriminadamente por empresas nacionales y extranjeras.
Actualmente, las políticas neoliberales impulsadas por EEUU, los organismos financieros internacionales y el gobierno del FRG profundizan los niveles de pobreza y extrema pobreza de las mayorías, sumándose a los problemas estructurales e históricos que sufrimos en Petén. Especialmente, el Plan Puebla Panamá es una estrategia que favorece a las empresas grandes, explotando la mano de obra, las riquezas biológicas y los recursos naturales de nuestro país.
La injusta distribución de las tierras del Petén representa una causa de la pobreza en el campo, además de ser un problema complejo que involucra áreas protegidas, fincas mal habidas, favoritismo en los trámites, endeudamiento de comunidades y la falta de planes de desarrollo rural enfocados en las comunidades y la sustentabilidad ecológica.
El Plan Puebla Panamá contempla la introducción de grandes monocultivos, semillas manipuladas genéticamente y la dependencia de los insumos agrícolas; lo cual provoca la destrucción del medio ambiente y el empobrecimiento y desplazamiento de las familias campesinas de sus comunidades.
El destructivo Plan Puebla Panamá contempla la construcción de represas hidroeléctricas en los ríos Usumacinta, Pasión y Salinas, lo cual provocaría grandes inundaciones en el departamento, destrucción de selva virgen y lugares sagrados, y desalojo de comunidades enteras, utilizando la violencia y la represión destruyendo sus viviendas y dejando a los campesinos a la intemperie, sin importar la vida, principalmente de la niñez.
Las familias que habitan en la zona de adyacencia entre Guatemala y Belice están excluidas de los diálogos entre los gobiernos, y se ven afectadas por la inseguridad legal de las tierras que cultivan y las amenazas permanentes de desalojo, agresiones físicas y asesinatos de campesinos indefensos. La incertidumbre que se vive en el área de adyacencia es producto de la actitud del gobierno que ignora el sufrimiento de las comunidades y las abandona a su suerte.
La discriminación, fomentada por los sectores poderosos desde los tiempos de la conquista, se expresan actualmente en la exclusión del sistema educativo, la explotación turística de nuestra riqueza cultural, el no reconocimiento oficial de los idiomas indígenas, la falta de espacios de participación, y el menosprecio cotidiano.
Los programas de vivienda popular acordados en los Acuerdos de Paz, han sufrido atrasos, desvíos de fondos y tropiezos en los trámites; por lo que se está lejos de satisfacer la demanda de la población.
La atención en salud por parte del Estado es deficiente en el campo y en la ciudad, y persiste la ausencia de un plan integral de salud preventiva y curativo, así como de saneamiento ambiental. Igualmente, la cobertura y calidad educativa es limitada, y los avances en los procesos de reforma establecidos en los Acuerdos de Paz se han desarrollado lentamente e irrespetando consensos alcanzados. Tanto en Salud como en Educación, no se pueden cumplir las metas establecidas ante la falta de fondos, que son trasladados a otras dependencias, especialmente el Ministerio de la Defensa.
La situación de inseguridad e impunidad alcanza niveles insoportables, y es notorio que el Estado y grupos clandestinos vinculados al ejército, retoman una política de control y represión hacia la población, fomentando conflictos sociales, linchamientos y el crimen organizado.
Ante esta situación, exponemos:
Por tanto, exigimos:
Reiteramos nuestro llamado y nuestra invitación a todas las organizaciones del departamento a unirse y a formar parte de la Alianza por la Vida y la Paz, para fortalecer la voz de los excluidos y nuestra lucha por cambiar a nuestra Guatemala.
¡A luchar todos y todas, por la vida y la paz!
Asociación para el Desarrollo Integral Comunidades Populares en Resistencia del Petén (ADI CPR-P), Oxlaju Tzuul Taq'a, Frente Petenero contra las Represas, Cooperativas Retornadas, Sindicato de Trabajadores de Caminos, Zona Vial No. 10, Petén (STRAC), Sindicato de Trabajadores Independiente del Petén (SINTRAINPET), Asociación de Maestros de Educación Rural de Guatemala (AMERG), Asociación de Mujeres Guatemaltecas Ixmucané, Red Comunitaria para la Gestión del Riesgo de América Central, Cooperativa Nuevo Horizonte, Asamblea Consultiva de Población Desarraigada (ACPD), Centro de Investigación y Educación Popular (CIEP), Asociación de Comunidades Forestales de Petén (ACOFOP), Programa de Salud Maya Petén, Asociación Elías Manuel, Comité Ecológico de La Libertad (CEL), Coordinadora de la Zona de Adyacencia, Desmovilizados