26 de julio de 2007
Zapatistas se enfilan rumbo al caracol Morelia para asistir al encuentroEjido Morelia, Chis., 25 de julio. Al mediodía de hoy los de Vía Campesina habían cruzado la línea de sombra, pues después de cuatro horas terminaron de platicar a los zapatistas reunidos en el caracol Torbellino de nuestras palabras, sobre cómo es que son campesinos y hasta indígenas en los cuatro puntos cardinales, a qué grado sus luchas y vidas son parecidas, y que el enemigo en todas partes es el mismo; a veces cambia de nombre, muchas más no. Donde dice India, Indonesia, Tailandia, Corea o México escríbase "Monsanto", por ejemplo. O nada más "gobierno".
Ocuparon esta vez el estrado los delegados de Vía Campesina presentes y sus traductores. Centenares de indígenas encapuchados compartieron la audiencia con los asistentes al segundo Encuentro de los Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo. La representación campesina invitó al estrado al teniente coronel Moisés y al comandante Zebedeo.
"El campo tiene que ver con nuestra vida", diría un labriego de Tailandia, desalojado de su tierra para que las trasnacionales sembraran eucaliptos. Su lucha de resistencia ha devenido nacional, para encontrarse entre otros con la del pueblo pagaqueyor de los Altos de Tailandia, al que un Estado que remata el país expulsó de sus tierras ancestrales en nombre de la "conservación ecológica".
Trabajadores rurales sin tierra (MST), que son más de 2 millones en Brasil, productores alternativos de Iowa (Estados Unidos) y Seskachewan (Canadá) y la Unión Campesina Bhartiya Kissan (BKU) de la India (con 300 millones de miembros, tres veces el total de habitantes de México, en un país donde aún hay 700 millones de campesinos) son sólo parte de las 149 organizaciones de Vía Campesina en 56 países.
Yudhvir Singh de la coordinación nacional de BKU, expresa: "El enemigo es el neoliberalismo. Nuestra lucha es por la sobrevivencia. Aquí en Chiapas hemos aprendido mucho estos días. Vemos que su lucha se parece a las nuestras". Ofrece algunas pinceladas de lo que significa en el subcontinente indio el masivo movimiento campesino y cómo no puede ser ignorado por el poder. Son tan "pequeños" los propietarios rurales que poseen, en promedio, un cuarto de hectárea, y como quiera es más de lo que les ofrece el futuro capitalista.
"Nuestro movimiento se comunica oralmente, ni siquiera usa lápiz y papel. Todo debe ser hablado en asambleas; el instrumento es la palabra". Los campesinos de India asumen la tradición de Gandhi: "Nuestra arma principal es la desobediencia y la acción directa". Y cuenta que en 2002, durante la reunión de la Organización Mundial de Comercio en Doha (Qatar), su organización protestó en la ciudad de Mumbai. Cuántos serían, que la policía que llegó a reprimirlos arrestó a 71 mil campesinos. Desde luego pronto quiso liberarlos. Y los presos dijeron que no, a menos que los agentes fueran a trabajar en sus tierras. La policía no aceptó.
"Entonces nos negamos a salir de la cárcel, y logramos ocupar pacíficamente el espacio total de la policía. Ellos tuvieron que traer comida para los 71 mil presos, y luego pagarnos el pasaje de regreso a nuestras granjas."
Singh cuenta otras acciones memorables, como cuando rodearon masivamente las plantaciones de algodón transgénico de Monsanto y les prendieron fuego al son de "Ni un solo transgénico en nuestro país". Con procedimientos "gandhianos" han logrado la autonomía de dos estados indígenas, mientras resisten en conjunto la embestida de un Estado que les arrebata la tierra para el capital privado. "El agrobusiness en India es una realidad, y el campo está en crisis. De 1992 a la fecha se han suicidado 150 mil campesinos desesperados. Los créditos del gobierno acabaron de arruinar a las familias rurales. En nombre del 'bien público', el Estado entrega sus tierras a las empresas. Para los campesinos la tierra es su única garantía, a pesar de la pobreza. El gobierno destruyó la capacidad alimentaria del país. Pero cada día hay más levantamientos campesinos, como los recientes en Bengal".
Un indígena pagaqueyor de Tailandia hace una apasionada defensa de la práctica tradicional de barbecho, que en las escuelas "desprestigian y desprecian como simple roza-tumba-quema". Y reconoce que ante la discriminación, tuvo que mentir para ingresar a la escuela. "Traicioné la conciencia de mi pueblo, hasta que me di cuenta y la dejé; entre más me quedara en la escuela, más estúpido iba a ser".
Soraia Soriano, dirigente del MST, se refiere a la lucha rural de Brasil, que ha permitido obtener tierra a 350 mil familias y ha transformado las relaciones sociales de los de abajo, incorporando centralmente a las mujeres. Señala que "los zapatistas han sido una fortaleza para nosotros. Enfrentan mil retos. Son un ejemplo constante de que es posible construir una forma de vida diferente".
Un leguaje similar en tantos idiomas. Como expresó Dong Uk Min, de la Liga Campesina de Corea: "puedes soñar solo, pero para que un sueño se cumpla debe ser el de muchos".