Nacido en el seno de una familia humilde y unida, con mucho empeño y tesón sacó adelante sus estudios. Estudiando en el Liceo Manuel Palacio Fajardo de la Parroquia 23 de Enero, comienzan a aflorar sus ideas revolucionarias, que lo llevaron a participar en las protestas estudiantiles escenificadas en el país para exigir justas reivindicaciones populares.
Así llega a la Universidad Central de Venezuela, donde cursó estudios en la Facultad de Humanidades, en la Escuela de Historia. Graduado en esta disciplina nunca se alejó de ella. La historia fue una de sus grandes pasiones, lo que lo condujo a ser profesor de historia en la educación media y diversificada. También en la Universidad Central hizo vida activa de estudiante, uniéndose a muchos otros jóvenes que con su rebeldía levantaron la voz contra la injusticia, la represión de Estado, la corrupción y la quiebra del país por parte de la camarilla adeco-copeyana que gobernó por casi 40 años en Venezuela.
Viviendo en “El Pueblito”
del Sector mirador del 23 de Enero participó activamente en
la organización vecinal “Los amigos del Pueblito”, que más
tarde se uniría con otras organizaciones vecinales para crear la
Coordinadora Cultural Simón Bolívar, de la cual fue miembro
fundador.
Como luchador social
le tocó defender a su pueblo ante las arremetidas fascistas de la
derecha. Es así como el 27 de febrero de 1989 salió a la
calle con sus compañeros de lucha para defender al pueblo que estaba
siendo masacrado por órdenes del entones presidente Pérez.
Durante el año
92 participa en las rebeliones cívico militares del 4 de febrero
y del 27 de noviembre que tenían por objeto sacar de la presidencia
al asesino que mandó a masacrar al pueblo durante El Caracazo.
En el año 93
conforma junto a otros jóvenes del 23 de Enero y de la Universidad
Central de Venezuela la Brigada de Solidaridad con los Pueblo Antonio José
de Sucre, que viaja a la Isla de Cuba para hacer trabajo voluntario en
el campo.
Posteriormente los
miembros de esta Brigada darían vida a la Coordinadora Cultural
Simón Bolívar, a la que Freddy le dedicaría buena
parte de su vida, tanto para llevar conciencia revolucionaria al pueblo
venezolano a través de su actividades, como para formar ideológicamente
a sus miembros. Su semilla vive y late en los corazones de todos
los que sábado a sábado, acudíamos para escucharlo
dar sus clases en el local de la Coordinadora, y en donde aprendíamos
otra historia de Venezuela muy distinta a la que nos enseñaron en
el colegio, la historia de las grandes hazañas y estrategias de
los patriotas que junto a Bolívar nos dieron la libertad.
Freddy también
fue un insigne trabajador. Desde el año 1987 ingresó a la
industria petrolera clasificando recibos. Fue ascendiendo gracias a su
tesón y su dedicación, a su profesionalización académica
y su amor por todo lo que hacía. En la industria realizó
un sin número de cursos y talleres de formación en el área.
Después de 18 años de trabajo interrumpido, Freddy se desempeñaba
como Superintendente de Comercialización de Pdvsa Gas. Para el momento
del fatal accidente se encontraba ejerciendo funciones de Gerente Encargado
de Comercialización.
Hay que desatacar que
Freddy hizo su tesis de grado sobre la gasificación del petróleo
y llegó a comentar que uno de sus sueños era llevar la gasificación
a toda Latinoamérica. Gracias a sus esfuerzos, se logró la
gasificación del Barrio Sucre del 23 de Enero.
Freddy jugó
un importante papel en el rescate de la industria petrolera. Defensor del
proceso revolucionario y conocedor de la industria petrolera, se colocó
al lado de quienes, con valentía, se opusieron al sabotaje tramado
por la derecha petrolera, y que con su esfuerzo lograron no solo que no
se paralizaran por completo las actividades, sino que las mismas fueran
normalizándose, derrotando una vez más las intenciones golpistas
de unos cuantos.
Como impulsor del proceso
revolucionario también salió a la defensa del Presidente
y del pueblo en la calle el día 11 de abril de 2002, y fue el primero
en la línea de batalla el día 13 de abril, cuando se puso
a la orden de los valientes soldados que retomaron el Palacio de Gobierno.
Conciente de la importancia
de formarse para poder defender la revolución aún a costa
de la vida misma, se unió a la reserva del ejército, logrando
el grado de sargento.
Con la misma energía
trabajó en el impulso y consolidación de las misiones educativas
en el oeste caraqueño, sumando a muchos para tan hermosa labor.
Freddy Parra también
fue padre ejemplar de tres hijos y un compañero amoroso.
Freddy perdió
la vida junto al General de Brigada Tomás Moncanut, en momentos
donde discutían proyectos que sumasen el potencial de las Fuerzas
Armadas con el proceso de gasificación.
Sobran los hechos
y las palabras para describir su accionar. Su herencia es su ejemplo como
hombre y revolucionario excepcional. Esa es la herencia que le deja a sus
hijos, esa es la herencia que nos deja a todos sus compañeros de
lucha y de sueños. Esa es la herencia que le deja a su pueblo.
¡HERMANO,
ERES DE LOS HOMBRES QUE NUNCA MUEREN, Y QUE POR EL CONTRARIO RENACEN EN
EL PUEBLO!
¡¡HASTA
LA VICTORIA SIEMPRE CAMARADA!!
Por
sus compañeros de la COORDINADORA CULTURAL SIMÓN BOLÍVAR
y
de la nueva PDVSA GAS