Los compañeros que diseñan y plasman el
proyecto político-militar del MRTA fueron cincelados en esa cantera
pródiga en acontecimientos y experiencias que fue la década
del 70. Pero no se quedaron atrapados en estas vivencias sino que el MRTA
significa una ruptura con ese bagaje. Pero una ruptura en el sentido de
salto cualitativo. De haber asimilado, procesado y sistematizado esa caudalosa
experiencia para transformarla en un proyecto auténticamente revolucionario.
Década fundamental no sólo para el Perú
sino para América Latina que consolida globalmente un proceso de
modernización con predominio definitivo de las relaciones capitalistas
de producción y distribución de carácter dependiente.
En el Perú estas transformaciones estructurales fueron realizadas por los militares liderados por el Gral. EP Juan Velasco Alvarado que liquidó las bases de sustentación de la oligarquía terrateniente e impulsó un desarrollo industrial. Este enfrentamiento entre fracciones de clase no tuvieron un carácter antagónico. No fue más que el desplazamiento en el seno de las clases dominantes de fracciones atrasadas por otras que mediante la industrialización impusieron su hegemonía con una orientación modernizada.
Estas medidas por cierto fueron auspiciadas también por un sector del capitalismo internacional. Fue una industrialización dependiente del capitalismo norteamericano dentro de la concepción del llamado proceso de industrialización por sustitución de importaciones.
Los militares que asaltaron el poder e. 3 de octubre de l968 aparecieron en América Latina como un fenómeno social inédito y completamente inusual, pues muchas de las acciones que ejecutaron fueron reivindicaciones que la izquierda de esos años reclamaba. Se dijo por eso que la Junta Milita de Gobierno (JMG) le arrebató sus banderas a la izquierda. No fue una dictadura militar gorila.
La JMG en contradicción con la oligarquía
requería de aliados para avanzar en su proyecto reformista. Despliega
una ideología populista, un lenguaje marcadamente de izquierda,
socializante, y trata de no enfrentarse con el movimiento popular. Sus
medidas encandilaron al PC (U) que incluso proclamaron ''que los militares
eran la vanguardia de la revolución".
Pero estos cambios y decisiones castrenses muestran sus
limitaciones porque no existe una clara visión sobre el tipo de
sociedad a construir y sobre todo porque las masas no están presentes
expresando sus verdaderos intereses. Se atenta contra su democracia y se
anula su expresividad tratando de manipularla mediante organismos gubernamentales
que actúan de manera corporativa.
Pero el proceso velasquista evidenció, a pesar de sus limitaciones, la existencia en las Fuerzas Armadas (FF.AA.), particularmente en el Ejercito, de una conciencia nacional que no era ajena a las ansías de liberación del pueblo. Oficiales que desde sus puntos de vista trataron de emular o continuar la trayectoria del General Andrés Avelino Cáceres y del Coronel Leoncio Prado que en su momento supieron luchar por la soberanía nacional.
La generación del 70 surgió enfrentada a
este gobierno militar. Estos jóvenes nutren el pensa miento
y las organizaciones surgidas después de la derrota militar de las
guerrillas del Movimiento Izquierda Revolucionario (MIR) y del Ejercito
de Liberación Nacional (ELN) en 1965. Las que marcan distancias
políticas e ideológicas con lo que hasta ese momento había
sido el único referente, el Partido Comunista (Unidad) (PC (U)).
Estos grupos recogen una amalgama de posiciones y pretenden una propuesta
renovadora, más actualizada con el pensamiento marxista internacional
que se desarrollaba alejado del marxismo fosilizado de las academias soviéticas.
Tomaron la denominación de "nueva izquierda".
Pero no es sólo la diferenciación con un
PC(U) que era la imagen de un partido tradicional, anquilosado y conciliador,
sino que esta nueva izquierda fue conmocionada por acontecimientos internacionales
trascendentes que la marcan, que la influyen decisivamente: el XX Congreso
del PCUSS, donde el entonces secretario general, Nikita Krushov, no calla
ante el mundo lo que ya se sospechaba: la siniestra política de
Stalin. Sus crímenes son denunciados; asimismo las criticas de la
revolución China a la URSS que deriva en el rompimiento de lo que
en ese momento era el bloque socialista, y, sobre todo, la repercusión
de la revolución cubana en América Latina.
Son aún pequeños grupos básicamente
capitalinos que surgen unos tras otros. Las características de estos
años será la dispersión y la casi Permanente división.
A la base de este fenómeno se encontraba la escasa vinculación
con las masas así como el uso de un marxismo superficial, estereotipado,
y la ausencia de un proyecto estratégico. Estas carencias estimularán
en algunos o muchos el subjetivismo y las ansias de figuración.
Esta "nueva izquierda" que criticaba al PC(U) por su
reformismo rutinario y vasallaje al PCUS, se orientaba también en
función de modelos internacionales v se reclamaban "maoístas':
"trotskystas", "oro cubanos", etc. "La reflexión de la nueva izquierda
lindaba con el dogmatismo. Aquí conviene recordar que sus avances
y retrocesos se daban al compás de la reforma de los militares,
Carentes de una visión del país, la única manera de
sortear las seducciones del reformismo y de mantener un perfil propio,
era encontrar refugio en el dogmatismo: la definición a priori (Alberto
Flores Galindo).
Por estos años, aparte del PC(U) que era una organización
con recursos y trabajo en la clase obrera, es el maoísmo encarnado
en Vanguardia Revolucionaria (VR), en el Partido Comunista del Perú
(PCP). Patria Roja (PR), PCP-Bandera Roja (BR), MIR 4ta., Partido Comunista
Revolucionario (PCR) y Partido Comunista Sendero Luminoso (PCP (SL)) la
ideología que se tomará predominante.
En menor medida, pequeños grupos de sucesivas
rupturas del MIR de De La Puente y Lobatón, asumen concepciones
alejadas de estos centros internacionales, definiéndose más
en base a opo siciones: "no trotskystas': "no maoístas", "no pro
soviéticos", y reconociéndose en el legado y vigencia de
la insurgencia guerrillera del 65. Las organizaciones resultado
de esta diáspora eran más o menos las siguientes: MIR-Voz
Rebelde, MIR-El Militante, MIR-Yahuarina, MIR-Centro, MIR-El Rebelde, MIR-Juventud
Rebelde, MIR-9 de Junio, etc. etc.
Las preocupaciones de este conjunto variopinto estribaba
en garantizar la publicación de sus voceros y el trabajo con algunos
obreros que les permitiera presencia en la dirección de los sindicatos.
Esta prensa, por lo general hojas mimeografiadas, se encontraban en las
universidades, en las puertas de las fábricas v en algunos kioscos
públicos.
La influencia de esta nueva izquierda en el movimiento
popular es aún incipiente pero en es tos años
de gobierno militar en que se industrializa el aparato productivo permite
una abundante mano de obra fabril y el vuelco a su seno, de jóvenes
que abandonan las universidades y carreras profesionales por la fábrica,
el campo o asumen la condición de movimiento "revolucionarios Profesionales"
organizando y difundiendo las concepciones socialistas en los sectores
populares.
Las formas usuales serán los volantes y panfletos
contra el corporativismo de los militares que pretenden encuadrar al conjunto
del movimiento popular tras su política reformista. Se "desnuda",
se "esclarece ante las masas" la esencia de clase capitalista y su paralelismo
y divisionismo en los gremios. Empiezan a ser años agitados: los
"sinchis" intervienen en las minas de Cobriza perpetrando una masacre;
en el campo se producen movimientos como las tomas de tierras Andahuaylas.
La izquierda, marginal aún, paga el tributo de su arduo aprendizaje,
continúa subdividiéndose. Pero ya se encuentra volcada hacia
los sectores populares y es recibida v aceptada con avidez. Son anos claves
donde esa nueva izquierda con todas sus limitaciones y defectos trata de
articular el pensamiento socialista con el movimiento popular.
Son tiempos de mística, autodisciplina y trabajo
denodado que acompañan un activismo febril apoyado en lecturas esquemáticas,
de manuales: "El Materialismo Histórico" de Martha Harnecker y el
Que Hacer" de Lenin, eran especies de Biblias que, en muchos casos, llevó,
a una asimilación y aplicación epidérmica del marxismo.
LOS PAQUETES Y LOS PAROS NACIONALES
En agosto de 1975 el general Morales Bermúdez mediante un golpe derroca al Gral. Velasco Alvarado inaugurando la llamada segunda fase. La fase de la "contrarreforma" donde se desmontan las medidas velasquistas y que dentro de los límites reformistas burgueses, beneficiaban limitadamente a sectores populares. Se inicia así una política más abiertamente antipopular. La crisis económica que surge en los 70 estremeciendo al mundo capitalista se abate en nuestra sociedad. Es la en administración de Morales Bermúdez una de las primeras en aceptar las imposiciones del FMI. Se descargan los primeros "paquetazos" contra el pueblo.
El trabajo persistente de la izquierda se ha extendido
y los esfuerzos de organización, concientización y politización
empieza a rendir frutos. Obreros destacados asumirán la militancia,
y serán los que en lar. primera línea enfrentarán
de manera organizada a la dictadura.
Esta nueva situación perfilará los paros
nacionales. Movimientos masivos de pro testa y choque liderados por la
dase obrera que serán combativamente " acompañados por pobladores.
Se desarrollan así importantes experiencias de lucha de masas: en
el. campo masivas tomas de tierra impulsada por una Confederación
Campesinas del Perú (CCP) que se reestructura en 1974, donde Antonio
Meza, fundador del MRTA y combatiente del 65, juega un papel importante
y los paros nacionales que en las ciudades constituyen los fenómenos
sociales más trascendentes en cuanto organización, combatividad
y grados de politización. Hechos en los que la izquierda participa
activamente propagandizando, organizando y peleando en las calles.
Sin embargo el PCP(SL), no sólo se abstiene de
todo este social sino que ataca y rechaza las tomas de tierra, los paros
nacionales, con el delirante argumento de que son medidas revisionistas.
El PCP(SL) se recluye en las universidades, particularmente en Ayacucho.
Cuando la JMG expropió los diarios, salieron a protestar con la
pituquería miraflorina.
El Paro Nacional del 19 Julio de 1977 como el de 48 horas
en mayo del año siguiente dejó muchas lecciones. Pero quizá
la más importante fue la unidad. La unidad para la lucha. Los trabajadores,
unitariamente, a través de la CGTP hicieron una tenaz demostración
de fuerza logrando la conducción de amplios sectores populares.
Los militantes de diversas organizaciones que coordinaron en las zonas,
a pesar de los celos y afanes hegemonistas, calibraron la importancia de
actuar de manera conjunta
De esta manera, en la práctica, los trabajadores
rechazaron las posiciones maoístas que pugnaban por una nueva central.
Los llamados "quinta centralistas" que pretendían desconocer a la
CGTP por su conducción "reformista y revisionista" y los que alardeaban
por una nueva central, la quinta, quedaron desairados.
LA CORRIENTE "PROLETARIA Y SOCIALISTA"
En el ámbito internacional Allende ha sido derrocado y la resistencia chilena se organiza en la clandestinidad. El MIR de Miguel Enríquez, muerto en combate, surge como la esperanza revolucionaria. Esta organización aporta también en el pensamiento revolucionario con una abundante producción teórica. En el Uruguay el MLN TUPAMARUS es diezmado por las FF.AA. y su dirección histórica encarcelada. En Argentina se mantiene en alto no sólo la figura del comandante Che Guevara, sino su camino de lucha armada. PRT-ERP y MONTONEROS expresarán de manera amplificada y combinada la rica experiencia guerrillera latinoamericana, básicamente urbana y en menor medida rural.
Estas agrupaciones significarán en la mitad de
la década de los 70 los picos más altos en cuanto avance
político militar por su vinculación y conducción de
masas y por una sorprendente acumulación en recursos humanos, de
materiales, incorporación de cierta tecnología al proceso
de guerra así como la calificada preparación político
militar de sus integrantes.
Son estas experiencias armadas y la teoría que
enfatiza una propuesta básicamente socialista, lo que alimentará
este sector de la izquierda imbuida por la gesta guerrillera del 65.
La junta de Coordinación Revolucionaria (JCR) de
conducción regional que estuvo constreñida al cono
Sur, conformada por el Partido Revolucionario de Trabajadores -Ejército
Revolucionario Peruano (PRTERP), MlRchileno, MLN(T) y ELNboliviano,
ejerció en su momento influencias sobre estas organizaciones.
En el caso del MIR-EM se hizo posible el viaje de algunos
compañeros a integrarse al PRT y compartir directamente, con todos
los riesgos, la vida militante del revolucionario argentino. Es tos riesgos
conllevaban incluso la pérdida de la vida, como ocurrió con
Darío Benavides Loayza. Un peruano perteneciente MIR-VR, que también
realizaba una experiencia político-militar en estas tierras. Igualmente,
compañeros que fueron a estudiar a la Argentina y se enrolaron en
el PRT-ERP y que al retornar al Perú continuaron su militancia en
el PSR-ML.
Aparte de lo que significó participar y aprender
en una organización hermana que se encontraba en plena guerra revolucionaria,
se descubre también la importancia de la extraordinaria revolución
vietnamita y se inicia una búsqueda afanosa de sus textos.
La presencia de la clase obrera ocupa de manera decidida
la dirección de las luchas como en el caso de los "cordovasos" en
Argentina. Se asume la tesis de la dependencia, el pensamiento del Che,
el ejemplo de la revolución cubana y vietnamita e identificándose
con los esfuerzos de la JCR y la necesidad ineludible de la lucha armada.
Esta amalgama que se asumió de manera doctrinaria, se sintetizó
en el clisé de que este sector de la izquierda peruana era parte
de la corriente "proletaria y socialista".
En esta segunda mitad de la década luego de trabajo
intenso y fraccionamientos, la izquierda siguió creciendo. Los cambios
en América, no sólo en el aparato productivo, sino también
la mayor actividad de masas así como experiencias de gobierno, Allende
en Chile Torres en Bolivia, estimuló el pensamiento social de nuevos
jóvenes investigadores que desde una óptica latinoamericana
establecieron nuevas pautas para su estudio.
La izquierda, asimismo, muestra una mayor preocupación
por el estudio y el análisis. Se incorporan nuevos autores a sus
lecturas: Ruy Mauro Marini, Vania Bambirra, Theotonio Dos Santos, Samir
Amin, Ghunder Frank, Nicos Poulantzas, Luis Althusser, etc. que desbrozarán
un tanto el horizonte sin forzar decididamente el esquematismo, el maximalismo.
De Europa regresarán intelectuales que Incorporarán nuevos conocimientos. La Historia, la Antropología, la Sociología y en general las Ciencias Sociales tienen un vigoroso impulso en jóvenes investigadores que desde una posición marxista, escudriñan y penetran la sociedad peruana. Esta visión renovadora, inédita, no sólo refresca la aridez de la asimilación dogmática, si no que va descubriendo un universo desconocido al interior de nuestro país.
LA REVOLUCION NECESITA FINANCIARSE
Las organizaciones en la medida que se desarrollan van ampliando sus necesidades y se va haciendo perentorio, para darle continuidad al trabajo, contar con los medios necesarios. El trabajo político requiere de mucho dinero. Superar los métodos artesanales implica inversiones sostenidas. La mayoría o casi todas las agrupaciones políticas consideradas de mediano o mayor desarrollo, obtendrán sus recursos de los llamados centros de investigación financiados en lo fundamental con capital sociademócrata. Parte de esa militancia abnegada surgida a comienzos de los 70 será deformada y burocratizada en estas oficinas.
Pero quizá lo más repudiable es que estas
organizaciones que tenían el campo como trabajo principal, corrompieron
con ese dinero a campesinos y dirigentes campesinos. Para asegurarse una
mayoría en los eventos gremiales no vacilaban en pagarles. Y estos
campesinos "clasistas" terminaron alquilándose a la organización
que más dinero les ofreciera.
Algunas organizaciones no contaron con la ayuda de estas
financieras. Como existía la decisión de seguir adelante,
de no amilanarse, resolvían sus necesidades económicas de
la única forma en que podían hacerlo; una cadena de expropiaciones
menores y algunas no tan menores que le permitían mantener algunos
cuadros rentados, casa, vehículo, viajes a provincias y una prensa
mas o menos regular.
A finales de la década del 70 surge el Partido
Socialista Revolucionario. Un esfuerzo que pretende diferenciarse de las
organizaciones de izquierda. La conforman compañeros de antigua
militancia pero decepcionados de las agrupa ciones existentes; también
políticos que provenían de organismos creados por el velasquismo,
y, asimismo, militares en retiro asociados a la primera fase de la JMG.
Influido por los MONTONEROS argentinos deciden establecer
dos niveles en el partido: el "público" con personalidades prestigiadas
políticamente con la tarea de realizar una labor abierta y "aprovechar"
la coyuntura electoral. Y otro nivel, cerrado clandestino, encargado del
trabajo conspirativo que tomó el nombre de "Orga". Suponiéndose,
además, que la dirección y orientación sería
ejercida por la "Orga".
Se hablaba incluso que el PSR tenia sólidas vinculaciones con las FF.AA., sobre todo con un sector del Ejército, progresista, velasquista, que no había sucumbido a la purga de Morales Bermúdez. El PSR apareció con un lenguaje nacionalista reivindicando y defendiendo las reformas velasquIstas. Crearon expectativas y lograron un importante trabajo en sectores de masas. Las contradicciones posteriores entre los "públicos" y la "Orga" derivó en una división, formándose el PSR-ML.
LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE 1978
Los paros nacionales y el vigoroso despliegue de masas arrincona a la dictadura militar de Morales Bermúdez. Ya no solamente el sector fabril se encuentra en lucha sino que nuevos contingentes, pertenecientes a los estamentos medios, se suman a la ira popular de manera organizada. El magisterio, a través del SUTEP, inicia importantes jornadas combativas. Los empleados públicos amenazados por la pérdida de sus puestos salen por miles a las calles y conforman en plena lucha contra Morales Bermúdez y su ministro de Economía, Javier Silva Ruete, la CITE.
El movimiento popular en su conjunto se encuentra en auge.
Los despidos, como los cinco mil del paro nacional del 19 de Julio no amilanan
a los trabajadores y la reposición se convierte más bien
en una bandera de lucha.
Luego de los exitosos paros nacionales la dictadura decreta
el Estado de Emergencia, se suspenden los derechos de los ciudadanos y
es delito el que caminen o conversen tres personas juntas en las calles.
Como se imposibilita el uso de los locales gremiales, se crean los clandestinos
comités zonales que coordinaban al conjunto del movimiento popular
en una zona. Aparecen comités en la Carretera Central, en la carretera
al norte, Argentina-Colonial, etc. En todos estos hechos la izquierda tiene
una importante participación.
En medio de esta agitación, la dictadura militar
desprestigiada, repudiada y aislada del conjunto de la sociedad, convoca
a un proceso de lo que se llamó la "transferencia del poder a la
civilidad". Los militares no querían arriesgar de primera intención
unas elecciones generales. Así que plantean como primer ac to de
"vuelta a la democracia", comicios para elegir una Asamblea Constituyente.
Se buscaba de esta manera fortalecer el debilitado y disperso
frente burgués, en la medida que en diez años los partidos
políticos de la derecha estuvieron completamente al margen del protagonismo
político; introducir un elemento de discusión y decisión
que de alguna manera entretuviera al movimiento de masas; y refrendar Jurídicamente
los avances contrareforma incluida de cambios en la sociedad.
Las masas siguieron resistiendo y en el fragor de la
lucha crearon nuevas formas de organización como los Frentes de
Defensa del Pueblo. Serán célebres los "pucallpazos", los
"chimbotazos", acciones que se desarrollarán en varios departamentos
del Perú y que nucleaban al conjunto de la población en combate
contra la dictadura militar. En estos frentes las izquierdas regionales
con el apoyo del movimiento popular consiguieron la hegemonía y
la conducción, arrastrando a sectores de la burguesía local.
La propuesta de la Asamblea Constituyente sacudió a la izquierda y la sacó de su ghetto. Una falsa clandestinidad que funcionaba más como pose se abrió, como era previsible, en una coordinación de fuerzas políticas. La izquierda contaba con la revista Marka que desde un comienzo asume la posición de participar en las elecciones. Pero no fue fácil. Las organizaciones procesan a su interior arduos debates sobre la conveniencia o no de su Participación. Los que estaban a favor y los que estaban en contra, esgrimían los escritos de Lenin tanto para sustentar sus posturas como para atacarse. La izquierda asoma su rostro. Empiezan las coordinaciones. Asiste recelosa a las reuniones. Es una competencia de radicalidad y demostración de quienes tienen "más trabajo de masas".
Los denominados reformistas no tuvieron ninguna dificultad
en formar su frente, la "Unidad de Izquierda", integrado básicamente
por el PCP-U y el PSR. Igualmente los trotskystas se nuclean en torno al
FOCEP. La UDP luego de reuniones, discusiones y dificultades logra estructurarse.
A los grupos iniciales VR, PCR, MlR-4ta. y MIR-VR, la
integran inmediatamente después el MIR-EM, OP y OC-19 de Julio.
Se fortalecerá después con las agrupaciones de UPDI que
se sumarán a esta iniciativa frentista como IS, IP
y MAP. El presidente será Alfonso Barrantes. Se acuerda
participar en las elecciones con candidatos.
Por primera vez en su historia la izquierda logra una votación altísima. Deja su condición marginal y se convierte en una propuesta con amplia convocatoria de masas. El FOCEP adquiere la mayor votación y Hugo Blanco es el candidato más votado. El trotskysmo vive su experiencia histórica más importante en América. Numerosos militantes trotskystas vía la cifra repartidora son arrastrados por Blanco al Parlamento.
El PCP-SL y el PC del P(PR) se oponen a la participación y llaman al boicot. El movimiento Popular sigue combatiendo a la dictadura no obstante el desarrollo de las sesiones de los constituyentes. Los partidos políticos han pasado a un primer plano. La masas se Identifican básicamente con el FOCEP y la UDP. Los subterráneos años de enfrentamiento de los trabajadores y la persistente labor de hormiga de la izquierda catapultó a dirigentes y organizaciones a otra modalidad de la política: la participación legal. Se dijo entonces que se aprovecharía al Parlamento no sólo para una mayor difusión del socialismo sino fundamentalmente para convertirlo en "caja de resonancia de las luchas directas de masas".
DE NUEVAS UNIDADES Y ROMPIMIENTOS
La crisis económica sigue ahondándose. Los
militares son los que gobiernan porque esta Asamblea Constituyente
tiene como único objetivo la discusión y redacción
de la nueva Carta Magna y no está entre sus funciones el legislar.
Los "paquetazos", los despido s y la represión son las formas como
Morales Bermúdez agrede al pueblo que se moviliza y combate.
En estas circunstancias se produce un hecho sangriento
que estremece a la opinión pública: la masacre de obreros
en CROMOTEX el 4 de febrero de 1979. Un grupo de trabajadores encabezados
por sus dirigentes sindicales, toma la fábrica en defensa de sus
derechos. Luis Bedoya Reyes es el asesor legal de la empresa. Una mañana
la policía asalta violentamente las instalaciones y se encuentran
con una resistencia inesperada. Los obreros no se doblegan ante la superioridad
de fuerzas. Con solamente piedras y decisión hacen retroceder a
la policía que utiliza a mansalva sus armas de fuego asesinando
a seis obreros. En la refriega muere un capitán de la policía.
Los sobrevivientes fueron encarcelados. Algunos de estos compañeros
ingresarán después al MRTA.
Esta coyuntura electoral provoca rupturas en el reformismo.
El PC-U es sacudido por la izquierda.
Un grueso sector, con dirigentes y bases importantes
rompe con severas criticas a la dirección del PC-U por su capitulación
ante los militares y en general por su política conciliadora.
Esta fracción formará el PC-Mayoria.
Esta nueva organización creará también
expectativas. Con los años surgirán contradicciones internas
pues el reformismo no fue completamente desplazado. Los compañeros
más consecuentes del PC-M aportarán después con su
presencia y experiencia en el proyecto del MRTA.
Igualmente el PSR que era una mixtura de personajes y
posiciones se escinde. La "Orga" exige más atención en la
preparación de los compañeros para acciones militares y critica
el privilegio que se hacía del trabajo legal. Al romperse se crea
el PSR-ML con dirigentes de bases y dirigentes importantes así como
tres constituyentes. Será una de las vertientes originales del MRTA.
Se forma también el Frente Revolucionario Antiimperialista
y por el Socialismo (FRAS). Pretenden desarrollar y afirmar la tendencia
proletaria y socialista. Aparte que se buscaba canalizar también
inquietudes de carácter militar estuvo formado principalmente por
el PCP-M, PSR-ML, MIR-EM. Es en este frente donde se produce la unidad
del PSR-ML con el MIR-EM.
La guerrilla ha sido derrotada en Argentina. En América
Latina a excepción de Colombia y Venezuela, se encuentra férreamente
sojuzgada por crueles dictaduras militares. Los teóricos conosureños
hablan de una etapa de contrarrevolución, pero el FSLN en 1978 se
encuentra a las puertas del poder. Nicaragua es una revolución que
teniendo como eje fundamental la lucha armada incorpora elementos nuevos
que desbaratarán el esquematismo y la ortodoxia del trabajo político:
la unidad, la flexibilidad en la política de alianzas, el discurso
amplio, etc.
Son años donde el impulso unitario atraviesa a
la izquierda peruana. Para mayo de 1980 han sido llamadas
las elecciones generales. Varias pequeñas organizaciones trotskvstas
se unen y forman el PRT. En la Unión Democrática Popular
(UDP) también cinco organizaciones: MlR-4ta., MER-VR IS, MAP, e
IP conformarán el MIR-Confluencia. En ninguno de estos casos existe
una clara estrategia de poder y estas
unidades y su relativa fuerza son más bien utilizadas
para negociar posiciones en las listas parlamentarias.
ARI: LA DESESPERACION POR LAS CURULES
Esta fiebre unitaria llevará a la aglutinación
de casi toda la izquierda en el frente más amplio que hasta ese
entonces se haya formado: la Alianza Revolucionaria de Izquierda (ARI).
Un conglomerado de reformistas, maoístas y trotskystas, etc. para
participar en las elecciones de 1980.
El trotskysmo con la alta votación obtenida en
los comicios para la Constituyente mostraba una actitud ensoberbecida e
intransigente. Los muy ilusos afirmaban que el pueblo había votado
por el programa trotskysta "sin patrones, ni la generales", y se empecinaban
en imponer su doctrinarismo al conjunto de la izquierda.
Estos problemas hicieron estallar a ARI. El enfrentamiento
entre maoístas y trotskystas por obtener 1os puestos mas importantes
en las listas parlamentarias y la similar actitud asumida por otras organizaciones
desnudó sus ambiciones parlamentarias. Esta izquierda se sentía
más atraída y encandilada por el trabajo legal que por organizar
al pueblo para la revolución.
Las ansias desmedidas por ocupar una curul acabó
electoralmente con la izquierda. Se dispersaron en cinco candidaturas y
en las elecciones obtuvieron un porcentaje reducido que la eliminó
desapareciendo como fuerza creando así las condiciones para que
la polarización electoral se estableciera entonces entre el APRA
y la derecha.
Esta frustración llevará a un nuevo decantamiento
y a la búsqueda de nuevas opciones.
El PRT, uno de los responsables del rompimiento de ARI,
entra en crisis y se desintegra. En el MIR-Confluencia se agudizan las
isensiones. La discusión a su interior por afirmar una estrategia
de poder encuentra resistencia en posiciones que apuestan al mantenimiento
de estas democracias burguesas. Al fracturarse, el MIR-VR llevará
más adelante sus planteamientos a la práctica con la formación
de los Comandos Revolucionarios del Pueblo.
Esta es una síntesis puntual, apretada, de 10 años
de prolífica actividad política donde no estuvo presente
la lucha armada como actividad dominante. Somos conscientes que hemos omitido
muchisimos aspectos pero lo que nos interesa señalar es que los
compañeros que confluyen en el MRTA son el resultado de esta década
de avances y frustraciones.
Asumimos con decisión y apasionamiento los aciertos
y errores de estos años. Nos comprometimos visceralmente en cada
uno de los hechos. Fueron, en nuestro caso, años ardorosos por diseñar
un camino teórico que sustentara nuestra práctica.
Esta década nos enseñó que, a pesar
del trabajo entre las masas no se avanzó en un sentido político
con una estrategia de poder. El trabajo fue de asistencia gremial, nos
reducimos en gran medida a asesores de sindicatos. Lo que le interesaba
a la izquierda era contar con unos cuantos dirigentes que les permitiera
la "conducción" del gremio.
Por otro lado, fuimos testigos de una increíble
mutación. Algunos dirigentes, los más virulentos, los más
extremistas en sus discursos aquietaron el fuego dé sus promesas
incendiarias y se fueron asimilando al parlamentarismo.
El movimiento popular luego de heroicas jornadas había
sido duramente golpeado pero no derrotado. Sus luchas fueron fundamentalmente
economicistas, carecían de un plan estratégico de poder y
cayó en un callejón sin salida, reiterando las mismas medidas
de lucha que fueron desgastándose.
Es en estos años en que se vislumbran nítidas
las extraordinarias potencialidades del movimiento popular así como
sus profundas limitaciones estratégicas. Es en estos años
también que van creándose las condiciones para el desarrollo
de la guerra revolucionaria. Y son también años importantes
porque la mayoría de los personajes y las agrupaciones sucedáneas
de los 70 son las que tienen predominio en la actualidad en el plano legal
como en el político militar.