"El Che con su predica y acción ha sido uno
de los principales paradigmas que actuaron desde los inicios en nuestra
formación politico-militar.
Para el MRTA el 8 de octubre de 1967 el Comandante
Guevara moría para renacer. La ráfaga que apagó su
vida no pudo matarlo. Porque hay hombres como el comandante de América
que derrotarán a la muerte. El enemigo, presuroso, quiso desaparecer
su cuerpo mutilado y encendió en la conciencia popular a "San Ernesto
de la Higuera ". Toda la selva de Ñancahuasú no fue tumba
suficiente para, albergar la indomable leyenda que empezó a recorrer
la América irrerdente y alumbrarla rebeldía de los oprimidos
del mundo".
Uno de los debates que atrapó a la izquierda a mitad de los 70 fue con respecto al carácter del período. Como siempre, de manera enconada, las organizaciones políticas se encontraban en los gremios y en la UDP discutiendo estas propuestas. Habían quienes planteaban el carácter pre-revolucionario del período y los que afirmaban que la situación ya era revolucionaria.
Sin embargo, apenas cambió la situación
al abrirse la coyuntura electoral, estos razonamientos fueron por lo general
archivados y las organizaciones que lo sustentaban se dedicaron a tiempo
completo a la actividad legal, al parlamentarismo. Para justificar sus
presencia en el legalismo desarrollaron la tesis de que con las elecciones
la situación había cambiado radicalmente y se vivía
un "período de estabilización relativa".
El MIR-EM coincidió con el PSR-ML en el FRAS,
que el periodo pre-revolucionario de carácter prolongado porque
sus causas eran estructurales y que implicaba la preparación para
la guerra revolucionaria. El acuerdo básico,
fundamental de esta unidad es que en e l Perú estaban dadas las
condiciones para la lucha armada.
Quizá esta convergencia de criterios generales hizo que la unidad se procesara con relativa rapidez. No existieron esos prolegómenos engorrosos de quererlo discutir todo. Basto que en un simple documento, se colocaran los lineamientos estratégicos y después se redactaran los documentos que fueron discutidos democráticamente en la Conferencia Unitaria que se denominó "El pueblo de El Salvador Vencerá Héroes del 65".
En junio de 1980 se debatieron los documentos sobre la
tesis política, partido, posición internacional, programa,
situación política y perspectivas, en un encuentro que se
alargó por más de una semana con la intervención de
más de un centenar de militantes provenientes de diferentes partes
del país.
En esta reunión unitaria, fundacional, estuvieron
en las comisiones compañeros que después ofrendarían
sus vidas afirmando al MRTA. Recordamos a Antonio Meza Bravo,
José Porta Solano y Santiago Villaverde por el Centro, así
como José La Torre del Cusco que caerían combatiendo en Molinos;
también a Osler Panduro Rengifo de Pucallpa y a Jorge Talledo Feria,
Teófilo Pacheco Quispe, Miguel Pasache, guerrilleros urbanos muertos
en combate.
Esta unidad hizo posible otro hecho destacado, el reencuentro
de sobrevivientes del MIR histórico que militaban en cada una de
nuestras organizaciones.
De esta manera la unidad quedó sellada y se conformó una Dirección Ejecutiva y un Secretariado Nacional Unificado y se tomó provisionalmente el nombre de PSR-ML-MIR-EM. Se empieza a evidenciar en sectores de la izquierda sus preferencias por la actividad parlamentaria y las tentaciones y halagos por la vida palaciega. Elogian y ensalzan la lucha armada en Nicaragua cuya revolución triunfante insufla de nuevos aires a la izquierda latinoamericana, pero los parlamentarios de izquierda en el Perú no sólo se distancian de estas propuestas sino también de las luchas de las masas.
En setiembre de 1980, a mes y medio aproximadamente de
la asunción de Belaúnde, se convocó a una reunión
del Secretariado Nacional Unificado Ampliado del PSR-ML-MIR-EM con representantes
de provincias. Se debatió en esa oportunidad un documento que no
sólo analizaba la coyuntura sino también las proyecciones
del período. Esta reunión es importante porque se llegó
a una determinación fundamental, se señaló que el
objetivo del período era el reinicio de la lucha armada, de la guerra
revolucionaria.
Se afirmó también que para abrir el camino
de la revolución armada era necesaria la unidad con otras organizaciones
para comprometerlas en este proyecto. En "Nuestra Posición", documentos
del PSR-ML-MIR-EM, publicado en julio de 1981, se dice en la pág.
67.
"Estamos en la antesala del recrudecimiento de los
factores objetivos que signaron el período pre-revolucionario.
Nuestra impotencia como izquierda nos llevó
a su desaprovecha miento y a que las clases dominantes impusieran su opción
electoral. Esta perspectiva nos indica que aparte de la construcción
del destacamento de vanguardia, se requiere en este periodo iniciar la
acumulación de la fuerza militar como instrumentos inherentes en
la lucha por el poder"
"Nuestro objetivo...es la preparación de las
condiciones para el desencadenamiento de la guerra revolucionaria... "
Debemos poner atención en que esta coyuntura está dominada por un clima de "libertades democráticas". La izquierda en su gran mayoría se encuentra volcada a la actividad legal. El PCP-SL inició sus acciones en Chucchi destruyendo las ánforas electorales, petardeos en Lima y colgando perros muertos en los postes de alumbrado público contra Den Xiao Ping e identificándose con los cuatro de Shangay. Las masas son castigadas con la aplicación del modelo económico neo-liberal, pero sectores de la izquierda han ido desgajándose de estas luchas directas por el privilegio del escaño y encandilados por las seducciones parlamentarias.
INTENTO FRUSTRADO POR COMPROMETER OTRAS ORGANIZACIONES
Es en estas circunstancias en que el reformismo y el legalismo
atraviesa a un grueso sector de la izquierda, que el PSR-ML-MIR-EM, plantea
pasar a la acción directa.
Nadie en el PSR-ML-MIR-EM tenía experiencia de
cómo iniciar un proceso de lucha armada. Como se pensaba en una
tarea enorme, de gran envergadura, la dirección asumió
que no era suficiente una sola organización, que había que
interesar a otras. Se decide ingresar a la UDP que para entonces había
sufrido algunas modificaciones. Barrantes se había apartado, igualmente
el PCR-CO y se dio la unidad del MIR-C, las organizaciones
de mayor desarrollo eran VR y MIR-C que se disputaban la hegemonía
La decisión de ingresar a la UDP, reiteramos, tenía
por objeto interesar y comprometer a otras organizaciones, sobre todo a
VR y al MIR-C en un proyecto militar, pero encontramos un terreno pantanoso,
de negociaciones absurdas en las precisiones de tal o cual término
de un comunicado Largas y soporíferas deliberaciones para nada.
En la UDP se tiene un primer acuerdo de iniciar un proceso unitario entre
el PSR-ML-MIREM con el MIR-C.
Cuando se produce la convocatoria a las elecciones municipales
el conjunto de la izquierda crea el frente "Izquierda Unida" que surge
como una aspiración unitaria de las masas. En apenas meses la izquierda
se recompone. En mayo hizo el peor de los ridículos
dispersando su voto en cinco candidaturas.
En noviembre de ese mismo año (1980) se convertía
en la segunda fuerza electoral del país, pero, asimismo, se afianzaba
el carácter reformista de este sector de la izquierda.
La UDP se encontraba paralizada por las contradicciones
entre VR y MIR-C. Se instala a su interior un debate aparentemente estratégico:
un sector que tiene como proyecto hacer de la UDP un frente Político
Revolucionario y VR que pretendía de la UDP un partido de
masas. Se deriva así a la discusión del carácter del
partido, si de cuadros o de masas. Como se comprobó más adelante
esta polémica enmascaraba en algunos casos propósitos hegemonistas.
El PSR-ML-MIR-EM sostiene en esta controvercias que aparte
de las discusiones se requiere otras formas de hacer política, que
debía incorporarse la práctica politico-militar. Por eso
en "Nuestra Posición" con respecto a este punto argumenta:
"La realización de la violencia organizada es parte importante de nuestra concepción de partido de cuadros político-militar, y, en perspectiva estratégica, se inscribe en la definición de guerra prolongada , urbano-rural combinando todas las formas de lucha en la construcción del Ejército Popular Revolucionario".
Se insistía en la unidad corno una de las condiciones para el reinicio de la lucha armada y en la UDP por su convocatoria de masas y radicalidad de planteamientos. Por eso en los documentos del PSR-ML-MIR-EM aparecía la siguiente afirmación: "El desarrollo de acciones directas reordenará el funcionamiento de la UDP colocándola al servicio del proyecto revolucionario. Ello ocurrirá en tanto afianzemos una línea unitaria con el MIR-C y desarrollemos esta vertiente de operativos de violencia de masas y tipo comandos que rompan los marcos de la institucionalidad burguesa.
Es indudable que la incorporación de la violencia
abrirá nuevos caminos en la lucha de las masas y de la izquierda
que coadyuvará al desarrollo de su conciencia y organización".
El PSR-ML-MIR-EM llega al planteamiento de la lucha armada
luego de un análisis exhaustivo de los factores que condicionan
el período. El cambio de las formas de dominación de una
dictadura militar por un gobierno civil no anulan las condiciones para
el ejercicio de la violencia revolucionaria porque según las investigaciones
lo que hará posible el desarrollo de la guerra son los factores
estructurales que tendían a un agravamiento irreversible, que dentro
del orden capitalista las medidas adoptadas por los gobiernos civiles no
detendrían el deterioro, sino que lo ahondarían.
Sin embargo, no se logra convencer a la UDP y menos aún
al MIR-C que se debatía en contradicciones que terminan después
en ruptura.
Este trabajo en la UDP y de tratativas unitarias con
el MIR-C consumió más de un año de inútiles
esfuerzos Durante ese tiempo se descuidó el trabajo de bases y se
hizo poco por la preparación militar.
Un grupo importante de compañeros, entre asesores
laborales y dirigentes obreros con experiencia política, que habían
pertenecido a una agrupación que publicaba la revista Trabajo,
se suman en ese período al proyecto MRTA.
Si bien es cierto que en lo fundamental en el PSR-ML-MIR-EM
se estaba de acuerdo, no todos opinaban de la misma forma en cuanto al
desarrollo de la lucha armada. Habían posiciones putchistas, y masitas
anti-partido a las que tuvo que derrotarse para imponer la línea
de guerra revolucionaria.
Aún dentro de esta posición había
quienes opinaban que antes de realizar acciones era imprescindible contar
con una retaguardia estratégica en un país vecino, tener
primero varias casas de seguridad, contar con un fondo de guerra y con
un grupo de compañeros preparados militarmente en el extranjero.
Es decir, como se actuaba con una mentalidad defensiva,
aparecían siempre los "inconvenientes" a superar. Las "tareas previas",
los "mínimos indispensables".
A comienzos de 1982 un grupo reducido de compañeros
llegan a la conclusión que, a pesar de los documentos que señalaban
una línea clara que sustentaban teóricamente el camino de
la lucha armada, muy poco se había hecho al respecto. Es más,
en gran medida éramos participes también de los métodos
y errores que le criticábamos a las otras organizaciones.
El discurso doctrinario de la izquierda sólo llegaba
a un reducido grupo de iniciados. Conocíamos más de la historia
de la revolución rusa, china o cubana que de la historia peruana.
Se había llegado a ser una izquierda legal, tolerada, a una especie
de modus' vivendi. Estaba de moda ser de izquierda. Bastaba exponer, de
manera fluida conceptos, análisis marxistas, interpretaciones o
redactar buenos documentos para convertirse rápidamente en dirección.
Pero quizá lo más preocupante era el acomodamiento de la
izquierda a la vida parlamentaria y su distanciamiento de las masas.
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