Lipjo (22/08/2002 04:43)
http://bolivia.indymedia.org/es/2002/08/272.shtml
Los próximos 15 y 17 de octubre, la 17¡ Sala de lo penal del Juzgado de Primera Instancia de París juzgará la denuncia por difamación pública presentada por la empresa « Lyonnaise des Eaux » contra Jean-Philippe JOSEPH, docente de economía, y contra Radio France, la radio pública nacional.
En marzo de 2001, Jean-Philippe JOSEPH contestaba a una entrevista en France Culture (radio de Radio France), acerca de un artículo que escribió sobre Vivendi, y la manera como, lejos del modelo liberal proclamado, la empresa se benefició de ventajas públicas o fuera de mercado. Hoy lo atacan por la siguente respuesta que dio cuando le interrogaron sobre la manera como las empresas tenían acceso a los mercados del agua : « Vivendi utilizó esencialmente toda una serie de recursos estratégicos y jurídicos, también de corrupción, puesto que determinado número de responsables políticos Šno sólo Vivendi sino también la Lyonnaise des Eaux y demás- dijeron que la corrupción estaba en el centro de esos mercados . Bueno, cuando se usa la corrupción para conseguir mercados ya se usa un sistema que está fuera del mercado. Se tratará de sobornos a un club de fútbol, de financiamientos, etc... para tener acceso a un mercado. Esto es lo primero. Lo segundo, es que habrá ventajas financieras estables . Cobrarán facturas de aguas más de lo debido. En Aviñón, el agua ha sido superfacturada de 3 francos por litro . Otro caso va a ser el de las empresas que van a cobrar dos veces las infraestructuras cuando no es necesario; cobrarán gastos de estructuras etc, etc... pues van a usar el contrato del agua y todo lo que rodea la gestión del agua para recuperar un conjunto de presupuestos que después les permitirán ampliarse e invertir en otros sectores . »
Ésta no es la primera vez que las sociedades del agua y particularmente la Lyonnaise des Eaux recurren a la amenaza para acallarla contestas. Ya atacaron:
El derecho es tan protector en materia de corrupción y de difamación que muchas veces los acusadores ganan el juicio.
Esta vez, la Lyonnaise considera que los propósitos de Jean-Philippe JOSEPH « atentan contra el honor y la fama de la sociedad ». Sin embargo, son propósitos comunes y corrientes que no le enseñan nada a nadie. Desde hace más de diez años, artículos de prensa, decisiones de justicia e informes oficiales denunciaron ya muchas veces las prácticas de corrupción y de superfacturación, la falta de competencia, la opacidad de los contratos sobre los mercados del agua en Francia; mercados que se reparten la Lyonnaise, Vivendi y Bouygues. Recientemente el consejo de la competencia pidió el desmantelamiento de las filiales comunes entre la Générales des Eaux (Vivendi) y la Lyonnaise . Y si el clima ha cambiado en Francia, las prácticas de esas empresas o de sus filiales siguen siendo el objeto de investigaciones o de juicios en EEUU, en Lesotho, en Perú, en Oman, en Kazakhastán...
Entonces, ¿qué es lo que esconde la susceptibilidad de la Lyonnaise des Eaux ?
La sociedad Lyonnaise des Eaux France es la filial francesa de ONDEO, rama agua del grupo SUEZ. Número uno al nivel mundial, abastece en agua a 120 millones de personas y a 60 000 clientes industriales . En grandes ciudades y en industrias, tras su lindo nombre, ONDEO vive de la contaminación.
Históricamente está vinculada con el RPR (Rassemblement pour la République, partido de derechas fundado por Jacques Chirac) por su director general Jerôme Monod que fue el secretario general de este partido. La Lyonnaise y sus filiales estuvieron en en centro de los « casos » (caso Carignon, caso Botton, Maillard y Duclos, lycées d'Ile de France...). Con las mismas redes, se la vuelve a encontrar como pilar de la françafrique (en Marruecos, en Túnez, en el Congo Brazzaville, en Libia, en Senegal, en Burkina Fasso) . Lazos muy estrechos siguen existiendo entre la empresa y el partido político ya que Jérôme Monod era asesor especial de Jacques Chirac durante la campaña de las últimas elecciones presidenciales (2002)...
Pero también había sido el asesor especial de James Wolfensohn, presidente del Banco Mundial. Al final de los años 80, cuando el mercado francés estaba saturándose, se empeñó en promover la « escuela francesa del agua », (forma de cooperación entre los sectores públicos y privados : para lo público la responsabilidad, para lo privado las ganacias), con éxito ya que la privatización a la francesa se volvió el dogma de las instituciones internacionales en materia de agua.
No hace falta recordar los escándalos mundialmente conocidos de la Lyonnaise que encarna hoy Gérard Mestrallet, el nuevo director general (corrupción, aumento de los precios, beneficios durante la apartheid en África del Sur o bajo Suharto en Indonesia, discriminación sindical en Colombia). Drapeado en sus nuevos colores y bajo el estandarte de ONDEO, Gérard Mestrallet emprende hoy la « verdadera batalla por el agua » con el grito de « el agua para todos, Á rápido ! ». Poco importa que algún día dijera « el agua es un producto eficaz. Es un producto que normalmente tendría que ser gratis y nuestro oficio consiste en venderlo » . En estos momentos de privatización, bajo los auspicios del Banco Mundial, del FMI y de la OMC, ONDEO sale de compras disfrazado de caperucita.
De manera que, cuando se privatiza el agua en Camerún, la única propuesta que se examina es la de la Lyonnaise. Entre los 103 centros que hay que administrar, sólo 6 interesan la empresa : son los más rentables, los que representan el 95% de las ganancias. Lástima para los demás y lástima si los cameruneses sufren una duplicación de las tarifas . Estamos lejos de « Á el agua para todos ! ». Pero este no es el único caso puesto que en 1999, el intendente de Buenos Aires declaraba « los precios del agua, a propósito de los cuales Aguas Argentinas (filial de ONDEO) había anunciado una baja de un 27%, han aumentado de un 20%.
En Francia, varios infomes mostraron ya que los precios del agua administrada por el sector privado son, por término medio, de un 16% más elevados que las tarifas del servicio público.
Las perspectivas resultan tentadoras : desde la conferencia ministerial de Doha, la OMC se encarga del « desarrollo ». La caza a los mercados del Sur está abierta. Disfrazados de vegetarianos, con el apoyo de los estados, los ogros se preparan a almorzar.
Un reciente documento interno presenta los métodos de Ondeo para con los pobres. Ahí se enseña el arte de la « colaboración con las ONG », la puesta en funcionamiento de « unidades móbiles para el pago de las facturas », para « permitirle a la gente pagar sus facturas cuánto más cerca posible de sus moradas ». « Una buena coordinación con las asociaciones barriales permite definir la frecuencia de visita de la unidad así como los lugares más adecuados (por ejemplo los mercados, las bibliotecas, los lugares « comunitarios », etc.) »
Esto también es « agua para todos »...
« Estamos aquí para hacer dinero. Tarde o temprano la compañía que invierte recupera su inversión. Lo cual significa que el cliente tiene que pagar de su bolsillo. »
Sr. During, director de la Lyonnaise des Eaux citado por Maude Barlow in l'Or bleu (el Oro azul), 2001.
La estrategia de Jérôme Monod funcionó, el Banco Mundial y el Fondo monetario Internacional (FMI) promueven la escuela francesa del agua, una delegación de servicio público que les permitió a tres empresas francesas (la Lyonnaise, la Vivendi y la Bouygues) convertirse en los líderes mundiales. El Estado conserva la propiedad del agua, el municipio es responsable. Mediante un contrato, una empresa privada se engarga de los servicios de distribución y/o de saneamiento y cobra las facturas. Lo cual sólo puede satisfacer una OMC ávida de liberalización y al acecho del más mínimo « ostáculo » al comercio.
Hoy día, le toca a la ONU someterse a los mercaderes. La cumbre mundial del desarrollo duradero se abre a fines de agosto en Johanesburgo (donde ONDEO administra el agua). Luego, en 2003 tendrá lugar el 3¡ Foro mundial del agua en Kyoto. Diez años después de la « cumbre de la Tierra » de Río de Janeiro, la ecología se somete a la economía, el « desarrollo duradero » se sustituyó al « medio ambiente » y el agua pasó del estatuto de « necesidad » al de « mercancía » : tiene precio y se vende. Las empresas que originaron esta estrategia, verdaderos « promotores del desarrollo », aparecen recién pintadas de verde.
Miembro del World Buisness Council on Sustainable development (WBCSD), con otros ecologistas de la estirpe de la BP Amoco, la Procter y Gamble, la Monsanto o la General Motors, la SUEZ es la punta de lanza de la privatización del agua. Es en este contexto en que ONDEO emprende « la verdadera batalla por el agua », campaña de comunicación que apunta a desarrollar sus mercados gracias al eslogan filantrópico de : « el agua para todos, Á rápido ! ».
Su lógica es simple y así se podría resumir : « la contaminacíon procede de la suciedad de las ciudades; los pobres son numerosos, pues contaminan el agua. Por eso se enferman y mueren. Hay que ayudarles saneando el agua que ensucian. Es complicado pero por suerte las empresas tienen la tecnología. Es pago, por supuesto, pero sólo hay que privatizar. Y si los pobres no tienen dinero, el Estado o las instituciones internacionales lo financiarán ya que son socios ». Es sólo después cuando interviene la ingeniería social...
Por supuesto, a partir del momento en que las empreas decretan que se preocupan por los pobres y por el medio ambiente, todos los que las cuestionan están en contra de los pobres y del medio ambiente.
Pintada ya de verde, la SUEZ también se pintó de azul participando en el Global Compact, ese pacto poco exigente que propuso Kofi Annan y que permite a empresas como Nike o la Shell que usen el logo de la ONU a cambio de promesas nunca cumplidas.
La SUEZ es también « buisness partner for development » (asciado industrial por el desarrollo) del Banco Mundial.
Es pues una verdadera batalla de las imágenes la que emprende la SUEZ (y por ende ONDEO) para disimular la influencia que ejerce en las estructuras políticas, su control sobre las ciudades y su dominio sobre un recurso vital como el agua.
No es de estrañar que la empresa ataque sistemáticamente a los que le destrozan el barniz.
Miembro del Transalantic buisness dialogue (TABD) de la Mesa redonda de los industriales europeos (ERT), la SUEZ goza de una influencia importante en decisiones de la Comisión Europea, especialmente en lo que concierne las líneas directrices y los acuerdos comerciales como los de la OMC. A modo de director general, la SUEZ consta incluso de un antiguo comisario europeo en la persona de Yves Thibault de Silguy. A través de instituciones especializadas como el Global Water Partnership, la Comisión mundial sobre el agua para el Siglo 21 o el Consejo mundial del agua, también influencia las decisiones políticas con respecto al agua al nivel mundial.
Determinados teóricos del derecho y de las ciencias políticas consideran como una forma de corrupción dichas influencias sobre decisiones públicas que son el « lobbying, o determinados casos de 'pantouflage ' ».
Escasas son las críticas que aparecen en los medios sobre la gestión del agua en Francia. ÁY con razón! ¿Qué podría esperarse de parte de un canal que quiere hacerse el impertinente, como Canal + y que es una filial de la Vivendi, o del canal M6 del que la SUEZ es actionista, o del canal TF1, filial de la Bouygues?
La prensa escrita, cuando no pertenece a esos grupos y especialmente a la Vivendi Universal Publishing, saca recursos vitales de la publicidad. Ahora bien, esas compañías figuran entre los principales anunciantes y para ellas el simple hecho de cambiar de nombre representa un presupuesto de comunicación de varios centenares de millones de francos. Escasos son los medios independientes de la publicidad, por eso también son pocas las amenazas al poder de los gigantes del agua. Por consiguiente, si una radio pública ofrece un espacio a la crítica, entablar un juicio costoso por calumnias sigue siendo un medio eficaz para presionar la libertad de prensa y para fomentar la autocensura. Es un intento de intimidación para con el entrevistado, responsable de su argumentación y atacado por haberla sostenido. Ello permite limitar el debate a una parte superficial de la contesta (la corrupción, el precio del agua et la estructura no competitiva del mercado) y mantener cierta distancia con las verdaderas preguentas de fondo.
Más visceral aún, el descontento provocado por las facturas de agua tiene también mucho mérito ya que al contrario de las estaciones de servicio los contadores de agua hogareños no marcan el precio de la ducha, de la perdida de agua o del tiro de la cadena. En cuanto a la factura, raras veces está completa y clara. Nada llama pues al sublevamiento. De hecho, el silencio de las poblaciones vale como certificado de satisfacción para los municipios que siguen prorrongando, sin hacerse complicaciones morales, los contratos de delegación que les ofrecen a las empresas decenas de años de ganacias estables.
Sin embargo, ocurre a veces que los abusos de tarificación o el deterioro de la calidad sean demasiado exagerados. También sucede que las empresas sean demasiado golosas y que exijan, como en Cochabamba (Bolivia) la interdicción de recuperar el agua de la lluvia. Los municipios iracundos piden entonces una anulación del contrato y la recuperación de la gestión del agua. Ahí empiezan nuevos juicios, como en Cochabamba, en Nkonkobe en África del sur, en Tucumán (Argentina) o en Chatellerault.
Estos juicios locales o nacionales, no son sólo un « calentamiento » : ciertos acuerdos de libre- intercambio a escala continental autorizan las empresas para que ataquen directamente los Estados si las ganancias esperadas están por debajo de lo previsto. Los paneles de la OMC o del Banco mundial ofrecen ya juridicciones válidas. Ya lo entiendieron los canadienses y pelean contra la privatización del agua que el acuerdo general sobre el comercio de los servicios (AGCS), que se negoció en la OMC, hacía irreversible.
No obstante, en Francia, un país donde el 80% de la población usa agua administrada por una empresa privada y donde el control de dicho recurso vital ha sido ampliamente abandonado por el sector público, el combate continúa. Con regularidad se presentan denuncias localmente contra filiales de la Lyonnaise des Eaux, la Générale des Eaux o la SAUR. Algunas se ganan y las empresas retroceden. Pero, a pesar de todo, todos estos combates técnicos y jurídicos son fundamentalmente desiguales.
« Tengo una convicción : más que una crisis financiera o una crisis política local, es una crisis de imagen la que podría amenazar el grupo ».
G. Mestrallet, Ética y valores, documento interno de la Lyonnaise des Eaux, p35.
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