La Prensa La Paz - Bolivia Edición de Octubre 17, 2003
CONFLICTOS
Son al menos 54 grupos de ayunadores en todo el país y siete en el extranjero
Movimiento que crece: según Sacha Llorenti, hay 750 ayunadores
Desde el martes hasta ayer por la noche se quintuplicó el número de piquetes de huelga de hambre de ciudadanos que demandan la renuncia del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada como una salida para la pacificación del país.
La medida, impulsada por la ex defensora del Pueblo Ana María Romero, comenzó el lunes en la iglesia de los Carmelitas, en la avenida 20 de Octubre y a pocos pasos del Ministerio de Defensa, en la Casa de la Cultura, en la parroquia del Montículo y en otros seis puntos de Chuquisaca, Tarija y Cochabamba.
Esta iniciativa se extendió ayer, al grado de que hasta la noche se conocía de más barrios donde se conformaban grupos de ayunadores con la misma demanda. En todo el país eran 54.
Hacia el mediodía, los vecinos de San Pedro ofrecieron un minuto de silencio para las víctimas fatales de la represión, antes de instalar un piquete de huelga de hambre en la parroquia.
El padre Hugo abrió las oficinas anexas al templo para que diez personas comenzaran su medida de protesta, mientras el comité de emergencia vecinal recibía numerosas páginas con firmas de adhesión al pedido de renuncia de Sánchez de Lozada.
Antes de la instalación de la huelga, los vecinos marcharon ruidosamente hacia el mercado Rodríguez para convocar a sus caseras a sumarse a la protesta.
Juan Carlos Pinto, de la Pastoral Penitenciaria, dijo en la tarde que los huelguistas permanecerán hasta conseguir la renuncia del Presidente y su sucesión constitucional.
El mismo espíritu mostraron huelguistas asentados en el Montículo y en la Casa de la Cultura, cuando, por la noche, se les comentó la afirmación del ministro de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín, en sentido de que Goni no renunciará pese a las protestas.
"Pensar hacia adelante"
"Cada presidente entra al poder con un capital político, un margen para actuar. El señor Sánchez de Lozada se lo gastó todo y ya no tiene nada más que decir". Con esas escuetas palabras una persona que se encontraba en el piquete de huelga de San Miguel explicaba el primer punto de la exigencia de los huelguistas: la renuncia del actual mandatario.
Por otra parte, y abundando más, la gente que se encontraba allí destacó que esto no supone renunciar ni mucho menos a la democracia, ya que la sucesión democrática sería la figura obvia y deseable para todos. Del mismo modo, mantiene consultas con otros piquetes en huelga a fin de dar lugar a una base amplia y acordada que permita ver hacia adelante, a modo de evitar caer en los errores de la actual administración.
La presencia de tanquetas del Ejército en la concurrida 21 de Calacoto, de soldados fuertemente pertrechados -mientras muchas personas paseaban con sus perros o en bicicleta- daba tranquilidad a algunos e inquietaba a otros.
"No debemos dar lugar a la polarización de nuestra gente, debemos darlo a la convivencia pacífica", dictaminó alguien, quien señaló la actitud siempre dura que supone la presencia de contingentes armados.
Aproximadamente a las cinco de la tarde, una marcha pacífica de campesinos llegó a la iglesia con banderas y letreros en los que pedían la dimisión de Goni. Se detuvieron, se sacaron los sombreros y entonaron el Himno Nacional, que fue prontamente coreado por la gente de los alrededores y allegados a la huelga. Tras ello, y con aplausos de por medio, se alejaron hacia Cota Cota.
Centro y Sur
En el mismo punto -San Miguel- partió en la tarde la llamada cadena humana de 600 personas con dirección al centro de la ciudad.
A las 18.00 llegaron, junto a otro grupo de San Pedro (300 personas), a las puertas de la iglesia Virgen del Carmen (Carmelitas) para manifestar su respaldo a la huelga de hambre.
Estas dos marchas lograron romper el cerco policial instalado dos cuadras a la redonda de la plaza Eduardo Abaroa, pues allí se encuentran el Ministerio de Defensa y, a media cuadra, al lado de la iglesia del Carmen, el Comando Nacional de la Policía.
Los manifestantes pidieron paso señalando que se trataba de una movilización pacífica que se dirigía al piquete de AnaMar. Después de consultar con sus comandantes, los uniformados permitieron el paso de la multitud. Pero colocaron un fuerte contingente al lado del templo, separando con uniformados el comando y la capilla.
En ese punto de la calle, los recibieron los siete huelguistas que iniciaron el primer ayuno, el miércoles en la noche, encabezados por la ex Defensora del Pueblo. El rostro de Romero de Campero se llenó de lágrimas al ver la multitud, que avanzaba blandiendo palos, ollas vacías, envases de refresco, banderas bolivianas y wiphalas. Los marchistas llegaron gritando: "El pueblo unido jamás será vencido".
Lo mejor es que nos unió
Allí se organizó un mitin. Subido en una silla, les dio la bienvenida el vicepresidente de Derechos Humanos, Sacha Llorenti, quien señaló que esa marcha era una manifestación de que las movilizaciones y la huelga no eran un complot subversivo financiado desde el extranjero, sino que el pueblo se cansó de tantos asesinatos.
El presidente de esa organización, Waldo Albarracín, dijo después que lo bueno de este gobierno, en medio de todo lo malo, es que logró unir a todo el pueblo y que después de la renuncia del Primer Mandatario los bolivianos construirán una mejor patria.
Cuando subió a la silla, Romero de Campero fue recibida con una ovación.
Dijo que toda la movilización tenía el objetivo de pacificar el país y pidió al Presidente de la República un "gesto de desprendimiento" porque "la gente le está pidiendo que se vaya". Y destacó que la presencia de vecinos de la zona Sur demuestra que detrás de las acciones de protesta está una "multiplicidad de voces" , porque no sólo están movilizados los campesinos y trabajadores sino también la clase media.
Luego hablaron los marchistas. Los de la zona Sur dijeron que querían demostrar que también están indignados con la masacre en el altiplano, y los de San Pedro señalaron que están unidos a todo el pueblo que pide la renuncia.
Abrazo, vigilia y show
Antes de que acabase el mitin, se vio un gesto de solidaridad con los policías. Jenny Cárdenas pidió que diez personas se acercaran a abrazar a los uniformados que estaban detrás cerrando el paso al Comando de la Policía. No fueron diez, sino varias decenas que se aproximaron y extendieron la mano que fue retribuida por los policías.
Cuando se marchaban los caminantes, los vecinos de Sopocachi se reunían en la plaza Eduardo Abaroa para organizar una vigilia a ese piquete. Los de San Pedro anunciaron una velada artística en la plaza de su barrio, como una forma pacífica de demandar la salida de Sánchez de Lozada.
Algo parecido ocurrirá en el Montículo, donde los vecinos organizan un encuentro artístico para la noche, para el cual convocaron a músicos solidarios con el movimiento.
Piden a Lula ecuanimidad con Goni
Brasilia / EFE
Opositores al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva criticaron ayer la postura "discreta" de Brasil ante la crisis que convulsiona a Bolivia y recordaron que problemas internos en Venezuela propiciaron una vigorosa ofensiva diplomática de Brasilia.
"Sin duda, el gobierno de Lula midió con varas distintas los problemas en Venezuela y en Bolivia", declaró el senador José Jorge Vasconcelos, del opositor Partido del Frente Liberal (PFL).
Vasconcelos, miembro del Consejo Ejecutivo de la Unión Parlamentaria Internacional y uno de los dos representantes latinoamericanos en el organismo con sede en Ginebra, consideró que el gobernante, abanderado del Partido de los Trabajadores (PT), utilizaba criterios distintos para tratar la crisis en Bolivia.
Para el senador, la postura "discreta" del gobierno brasileño ante la situación boliviana, "distinta de las acciones decisivas en el problema venezolano, tuvieron influencia ideológica".
Según el legislador, Lula se aproximó del presidente venezolano, Hugo Chávez, quien, como él, defiende una política que cuestiona los intereses de EEUU, diferentemente de Gonzalo Sánchez de Lozada, más cercano a la política de Washington.
Protestas en la Embajada en Ecuador
Quito / EFE
Miembros de organizaciones sociales y de derechos humanos ocuparon ayer, de forma pacífica, la sede de la Embajada de Bolivia en Quito y colocaron una corona fúnebre como símbolo del "luto latinoamericano" por la crisis que sacude a ese país.
Alexis Ponce, de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de Ecuador, informó que en la ocupación de la sede diplomática, que duró unas dos horas, participaron "decenas de dirigentes sindicales, indígenas y ciudadanos" y que "no se registraron incidentes".
Un grupo numeroso se congregó frente a la Embajada de Bolivia para manifestar, con consignas de variado signo, su solidaridad con los bolivianos que exigen la renuncia del presidente del país, Gonzalo Sánchez de Lozada.
"Bolivia no está sola"
El dirigente de la organización humanitaria señaló que varios manifestantes abrieron la puerta principal de la sede diplomática, por lo cual decidieron ingresar para colocar carteles y una corona fúnebre que simbolizaba el "luto latinoamericano" por la represión en Bolivia, que ha dejado al menos 76 muertos y decenas de heridos.
"Bolivia no está sola, Ecuador te apoya", corearon los manifestantes al ingresar a la Embajada, donde entregaron al personal diplomático un escrito titulado "Bolivia somos todos".
Ponce dijo que los graves episodios de Bolivia podrían repetirse en Ecuador, donde también existen graves problemas económicos y sociales, tras lo cual anunció que continuarán con las manifestantes de solidaridad con el pueblo boliviano.
En París condenan la represión
París / EFE
Varias asociaciones de derechos humanos pidieron ayer en París a las autoridades de Bolivia el cese "inmediato de toda represión" y una investigación judicial "independiente" encaminada a "la condena de los responsables".
También reclamaron la protección de la población y de sus "representantes".
Más de 70 personas han muerto en las protestas contra el plan gubernamental sobre la exportación del gas boliviano.
Representantes de la Federación Internacional de Ligas de Derechos Humanos, Acción de Cristianos para la Abolición de la Tortura y Francia-América Latina acudieron ayer a la Embajada de Bolivia en París para manifestar su condena a la "violenta represión" de las manifestaciones y presentar sus peticiones.
El diplomático que les recibió prometió transmitir sus preocupaciones al gobierno de La Paz y, si bien deploró las muertes ocurridas, responsabilizó a "las fuerzas ocultas", señalaron las asociaciones en un comunicado.
Las protestas también se dieron en otras partes del mundo, bajo las mismas consignas que en Bolivia.
guerra del gas | bolivia | www.agp.org (archives) | www.all4all.org