El movimiento antimanicomial tiene una larga historia, rastreable por lo menos hasta los años 1960s, cuando el cuestionamiento de la sociedad capitalista alcanzó también a los espacios de encierro como el manicomio. A continuación les detallamos parte de una actividad llevada adelante por el movimiento antimanicomial brasileño, en el marco del Foro Social Mundial. Una actividad excelente, humana, sensible y políticamente removedora.
Índice
1. Carteles
2. Arte y locura
Se proponen una serie de canciones de diferentes autores que reivindican la visión del mundo de los catalogados como "locos". El arte siempre ha estado cerca de la locura, en tanto concepción del mundo diferente al sentido común.
3. Presentación del movimiento antimanicomial brasileño
El manicomio, en sus inicios, sirvió como espacio de investigación sobre la locura, para encerrar a los locos en un laboratorio médico, para clasificarlos según sus características.
En el siglo XX Basaglia (Italia y Grecia) cuestionó el manicomio, el poder médico y el silencio al que se somete a los locos. Basaglia le dio voz a los locos, les permitió expresar su situación.
El movimiento en Brasil es influenciado directamente por el de Italia. La gran lucha de este movimiento es abolir los manicomios. Un logro ya obtenido es el "redireccionamiento progresivo de los manicomios hacia servicios substitutivos".
4. Características del movimiento antimanicomial brasileño
No es la dolencia mental la que discapacita sino el tratamiento manicomial, que los despoja a los pacientes de la dignidad humana y no les permite tener herramientas de superación.
Phivel llamaba "alienado" al loco. Es un concepto extrangerizante, habla de quien está fuera de la sociedad. De ahí la consecuencia manicomial: exclusión, encierro y control. Esta visión construye una imagen del loco en tanto ser peligroso y temible que debe ser marginado.
El movimiento antimanicomial tiene dos vertientes: es un movimiento social, busca deshacer los prejuicios contra los locos. La psiquiatría encierra a los locos, los animaliza con drogas y otras intervenciones brutales sobre sus cuerpos, y luego los expone como prueba de su animalidad y peligrosidad; la otra vertiente del movimiento es científica, y consiste en el cuestionamiento del saber médico, del discurso psiquiátrico, su epistemología positivista, exterior e insostenible.
5. Notas para una historia del movimiento
Brasil pasó por muchos sistemas de salud mental. En los 1980s, por ejemplo, se privatizan muchos espacios de salud, entre ellos los psiquiátricos: el estado pagaba a los empresarios por paciente, generando el interés capitalista de mantener a los internos sin darles de alta.
El movimiento en esa época aspiraba a la humanización de los manicomios, hasta que se toma conciencia de su inviabilidad en tanto espacios incapaces de promover la salud mental, y se cambia el objetivo por la disolución de los manicomios, y su substitución por clínicas abiertas, formativas, artísticas, vinculadas con las familias y la comunidad.
Se gana espacios enla opinión pública, al punto que en Brasil hoy se acepta la posibilidad de una sociedad sin manicomios.
6. Organización del movimiento
El movimiento transita hacia la igualdad política en la organización (usuarios, familiares, profesionales). últimamente el movimiento pasó de centrado a policentrado, atendiendo a la diversidad de los estados. El órgano soberano es la Plenaria Nacional, que se reunirá por sexta vez en São Paulo en julio. Hay un órgano representativo que es el Colegiado, que se integra por un usuario, un familiar y un profesional de cada estado brasileño.
7. El manicomio en tanto cárcel
Los asilos son cárceles brutales, toleradas por la sociedad, donde se condena a cadena perpetua a personas con pensamientos diferentes. Los locos son víctimas de la dictadura social y su reclusión es ilegítima pues implica una dictadura de sentido de un principio de realidad sobre otros.
8. Testimonios
Un usuario, presidente de una asociación de pares, contó la historia de un amigo, condenado en un manicomio federal, y su emoción y sus lágrimas nos conmovieron a todos los presentes. Culminó su intervención con un poema sobre la libertad, el amor y la naturaleza, o sea, sobre la belleza de la vida.
Otro usuario reivindicó a los CAPS (Centro de Atención Psico Social), como modelo alternativo. Conoció la experiencia de los manicomios, tuvo que ver amigos amarrados y sometidos a electroshocks.
Una usuaria de un CAPS homenajea a dos médicos líderes de la lucha antimanicomial, a través de algunas rimas, de una lectura de un comunicado de una asociación de usuarios de Minas Gerais y la lectura de un poema en que expresa cómo la internación atenta contra la alegría de vivir.
Una familiar de un internado expresa el sufrimiento implícito en la distancia forzada.
Un usuario hizo una equivalencia entre inclusión y ciudadanía. La psiquiatría manicomial es destructora de la ciudadanía. Cuenta que para alegrar al movimiento, para que no se redujera al relato de historias dramáticas, inventaron la Caminata del Orgullo Loco, que se realiza una vez al año como modo de intervención urbana sensibilizadora.
9. Diálogo y dramatización: la amistad es salud
Una voluntaria y un usuario, leen un diálogo sobre la amistad con los locos y la aceptación de la diversidad como fuente de salud. Amigos son los amigos.
10. Datos numéricos sobre la situación en Brasil (últimos datos seguros, año 2003)
60.000 camas manicomiales
2/3 de los internos son "moradores" (sin posibilidades de recuperación)
100.000 internaciones anuales
R$ 469.000.000 (1 real = 10 pesos uruguayos) por año en gastos estatales
R$ 1.000 mensuales por persona internada
250 manicomios en el país
80% de los manicomios son privados
1.000 CAPS
300 residencias terapéuticas
infinidad de usuarios (no hay un registro nacional aún)
11. Lucha antimanicomial y su relación con otros movimientos sociales
La lucha antimanicomial se relaciona con otras luchas sociales. Esto porque se entiende que la salud mental está ligada a un cambio social hacia una sociedad más libre e igualitaria. Se asume que la forma manicomial está en todas las opresiones: exclusión, preconcepto, abandono, violencia, etc.
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