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ANTES DE QUE COMIENCE SU APLICACION, EL PLAN COLOMBIA CONSIGUE QUE LOS EFECTOS DE LA GUERRA LLEGUEN A ECUADOR.
NUEVA LOJA, Ecuador — El Dr. Galo González es consciente de que esta ciudad fronteriza con Colombia se ha beneficiado durante mucho tiempo de las guerillas y los cultivadores de coca al venderles alimentos, cerveza, sexo, atención médica y productos químicos con los que elaborar la cocaína.
Miles de campesinos locales se han beneficiado también de esta situación, llegando a ganar cuatro veces su salario normal en las plantaciones de coca colombianas colindantes con la Provincia de Putumayo, donde se produce casi la mitad de la cocaína que se vende en las calles de los Estados Unidos.
"Pero ahora este Plan Colombia nos está haciendo padecer", manifestaba González acerca de la ofensiva antinarcóticos del Gobierno de Bogotá, la cual está apoyada por 1.300 millones de dólares concedidos por los Estados Unidos, mayormente para ayuda militar que se prevé será puesta en marcha en el Putumayo el mes que viene.
Sin embargo, incluso antes de empezar, el controvertido plan del Gobierno colombiano para atacar las plantaciones de coca y las guerillas que establecen impuestos sobre las mismas y las protegen, ha comenzado a extender su manto sobre esta región fronteriza ecuatoriana.
El comercio aquí ha disminuido en un 70% a causa de la prohibición impuesta en el Putumayo por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), desde el 28 de septiembre, sobre todo el tráfico terrestre para así obligar a Bogotá a dar marcha atrás con el Plan Colombia.
Unos 1.100 campesinos del Putumayo han huido a Nueva Loja en medio de enfrentamientos y ejecuciones entre las FARC y tropas del ejército y unidades de grupos paramilitares en su intento de desalojar a un número estimado de 2.000 guerrilleros.
Los dirigentes de las FARC amenazaban también con hacer saltar por los aires un puente de 500 metros sobre el fangoso río San Miguel, que marca la frontera, si los campesinos del Putumayo continuaban pasando suministros de contrabando desde Ecuador.
"No tenemos comida, ni trabajo, tan sólo estrés y combates a nuestro alrededor", decía ángela Bustamante, de 35 años, del pueblo de La Hormiga, 13 millas al Norte, mientras cruzaba la semana pasada el puente hacia Ecuador para "descansar" en Nueva Loja.
"Allá no hay ley que valga", decía el Sargento de la policía ecuatoriana, Julio Rosales, al inspeccionar el tráfico en el puente, donde no se ha visto a soldados colombianos desde hace semanas. "Allá no hay más ley que la de quién dispara mejor".
El Plan Colombia ha levantado el temor al desbordamiento de la violencia a todos los países vecinos. Brasil, Perú y Panamá han reforzado las unidades policiales y militares en sus fronteras, y Venezuela ha comparado el papel de los Estados Unidos al que jugaron en Vietnam.
Pero el vecino más vulnerable es Ecuador, un pobre y políticamente inestable país de 12 millones de habitantes, cuya húmeda y amazónica provincia de Sucumbios bordea los enclaves de las FARC y de cultivos de coca en el Putumayo Occidental.
"Nos preocupa que la violencia llegue acá", dijo Máximo Abad, alcalde de la capital de Sucumbios, Nueva Loja, a 23 millas de la frontera, una ciudad de 25.000 habitantes con unas 2.000 viviendas, 12 calles pavimentadas y cinco semáforos.
Ecuador se apresuró a mandar este verano 4.000 soldados a la frontera, incluyendo tres batallones regulares del ejército, un regimiento entrenado en combate selvático, una unidad de fuerzas especiales y una flota de helicópteros de transporte y ataque.
El Presidente Gustavo Noboa también solicitó a Washington la financiación de la mitad de los 400 millones de dólares de un plan encaminado a reforzar la seguridad, los servicios sociales y el desarrollo económico a lo largo de la frontera para así "inocularnos contra el virus colombiano".
Comparando la situación con la de Vietnam, un analista de Quito definió este plan como "una campaña de corazones y mentes" diseñada para "evitar que las FARC usen Ecuador como el Viet Cong usaba Camboya".
Ecuador ha recibido 16 millones de dólares en ayuda militar de los Estados Unidos desde 1997, y está a punto de recibir 20 millones de los 1.300 millones del paquete de los Estados Unidos [a Colombia]. Pero altos funcionarios dicen que necesitan mucho más para comprar los camiones, lanchas y helicópteros necesarios para patrullar adecuadamente la selvática y porosa frontera.
Las guerillas de las FARC han usado desde hace tiempo Nueva Loja como una discreta retaguardia, llegando desarmados y en ropas de civil a comprar suministros, a relajarse, beber cerveza y alquilar por 3 dólares a una prostituta de las dos docenas de burdeles de la ciudad.
Un retrato del héroe revolucionario cubano Ernesto "Che" Guevara de cinco pies atrae a los clientes al bar de La Pantera. La mayor parte de los patrones son "probablemente de las FARC", dice un guardia de seguridad fuera, "pero no pedimos los carnets de identidad".
Nueva Loja es también una ruta clave para las FARC en contrabando de armas, habiendo incautado la policía la semana pasada 1.500 cajas de munición para rifles de asalto y un cargamento de granadas de propulsión a cohete y de explosivos el pasado 28 de septiembre.
"Casi siempre están aquí para tomar un respiro y hacer negocios. No son ofensivos, no hay problema", dice González, jefe de la asociación médica de la ciudad y propietario de una clínica privada de alto standing.
González dijo también que cada semana llegan de cuatro a cinco guerrilleros buscando tratamiento médico. En su propia clínica, sin duda alguna, se ha tratado a varios, González añade, "pero nadie quiere saber quiénes son".
"Cuando hay combates del otro lado nos pueden llegar de golpe de 10 a 15, pero normalmente llegan unos pocos de vez en cuando, en su mayoría pobres que no pueden costearse la clínica privada", dice el Dr. Edgar Reynoso, cirujano en el hospital público.
Los ecuatorianos dicen que los guerrilleros de las FARC en ocasiones han ido más allá, en el último año, de lo que son los pasatiempos pasivos, matando a seis hombres de la localidad que les habían engañado en el trato comercial y a dos sospechosos de ser simpatizantes de los paramilitares.
También en febrero hombres armados de las FARC se tomaron la justicia por su mano, ordenando a un hombre ecuatoriano que se había librado mediante soborno de un cargo de triple asesinato, que abandonara Nueva Loja en 15 días o, "si no", cuentan los residentes en el lugar.
Los paramilitares colombianos tienen también una presencia similar, aunque menor, en Nueva Loja, no perdiendo de vista a sus enemigos de las FARC y, según la gente del lugar, han asesinado recientemente a dos lugareños sospechosos de hacer contrabando de armas para las FARC.
Abad, aparentemente preocupado por no perjudicar el goteo de ecoturistas extranjeros, al hablar de la presencia paramilitar y de las FARC aquí, afirmó: "no me consta", una frase evasiva en español equivalente a "no tengo pruebas de ello".
También los cultivadores de coca vienen a comprar el equipamiento y los productos químicos necesarios para cultivar sus campos y transformar las hojas en pasta de coca: fertilizantes, insecticidas, máquinas cortacésped, cemento y ácido sulfúrico.
"En nuestro lado el cemento es mucho más caro porque el ejército controla las ventas", dice Jesús Mosquera, que cultiva 15 acres de plantas de coca cerca del pueblo de Venado, 10 millas al Norte de la frontera, mientras espera una entrega de cemento en el puente de San Miguel.
Además, los salarios de los recolectores de coca en Putumayo son de cuatro a seis veces superiores que el salario medio diario de un jornalero en Ecuador, que es de 1 dólar USA, atrayendo cada año al otro lado de la frontera a un número estimado de 4.000 campesinos de Sucumbios.
Pero las interrupciones del comercio interfronterizo y el posible retorno de la mano de obra agrícola no son el tormento que más preocupa a los funcionarios de Quito, capital del país situada a 150 millas hacia el suroeste.
"Nos preocupa la inundación de refugiados, el traslado del cultivo de coca a Ecuador, que las guerillas armadas crucen la frontera y en cierto modo, si bien en menor medida, la subversión interna", manifestó asesor del Ministro de Relaciones Exteriores, Gonzalo Salvador Holguín.
Si bien funcionarios de las Naciones Unidas prevén que hasta 30.000 colombianos podrían huir a Ecuador una vez iniciado el Plan Colombia, funcionarios de Quito dicen que tan sólo hasta el momento han contado 2.000, la mayoría de los cuales retornan a Colombia rápidamente a través de pasos fronterizos más pacíficos situados hacia el Oeste.
Funcionarios del Ministerio de la Iglesia Católica afirman que unos 1.100 colombianos desplazados están viviendo con familiares o amigos en Nueva Loja, pero que sólo 42 han solicitado oficialmente el estatuto de refugiado y se han trasladado a un centro de cuidado diurno en Nueva Loja.
"No podemos volver porque ambas partes dicen que si uno ha huido es porque ha hecho algo malo y entonces le matarán a uno", dice Roberto Rosero, de 45 años, quien huyó a La Hormiga el mes pasado con su esposa, seis hijos y dos nietos.
Huyeron porque las guerillas de las FARC establecieron un comedor en una escuela cercana a su casa, dice Rosero, y los paramilitares se estaban aproximando. "Nos fuimos por delante de las balas y no nos llevamos nada, no siquiera los pollos", declara.
Funcionarios colombianos y estadounidenses afirman que los temores de que los cultivadores de coca se trasladen a Ecuador ante la presión del Plan Colombia, son infundados, a pesar de que Sucumbios tiene el mismo suelo amazónico y el mismo clima que Putumayo.
Ecuador ha constituido durante mucho tiempo un lugar clave de tránsito para la cocaína colombiana ya refinada, pero la policía afirma que ellos nunca han visto plantaciones de coca aquí y que sólo han visto, a lo largo del río San Miguel, unas pocas cabañas que se usan para transformar las hojas en pasta de coca.
"Por qué se van a ir a otro país cuando los cultivadores pueden ir a otras partes de Colombia donde la industria está ya bien establecida y pueden pagar a la poderosa FARC para que los proteja", declara un oficial del ejército estadounidense en la zona.
Más preocupante es aquí para los funcionarios de seguridad la posibilidad de que las FARC creen movimientos guerrilleros de izquierda en Ecuador que pudieran apoyar a las unidades de las FARC a lo largo de la frontera o atacar blancos situados en territorio ecuatoriano.
Los oficiales de las FARC y grupos ecuatorianos de ideología marxista han condenado ya la decisión del Gobierno de Quito de permitir que aviones estadounidenses desarmados y de contra inteligencia en materia de droga operen fuera de un aeropuerto situado en el puerto de Manta, en el pacífico.
"Manta será usado para atacar a la guerilla colombiana y a los campesinos, todos ellos actos de guerra que no podemos consentir", dice Luis Villacis, jefe del izquierdista Frente Popular, que ha interpuesto una demanda para bloquear el contrato de alquiler a 10 años.
El obispo de Nueva Loja, Gonzalo López, rechazó la preocupaciones en torno a la subversión. "Este maldito Plan Colombia es un plan para la aniquilación de los campesinos pobres colombianos", declaró. "Pero los ecuatorianos son pacíficos por naturaleza, yo diría que hasta pasivos".
Funcionarios de la Policía Nacional afirman no obstante tener en su poder algunas pruebas no concluyentes de vínculos entre las FARC y activistas de izquierda en este país, en donde el último grupo guerrillero se evaporó a principios de los 80.
Tropas del ejército hallaron en mayo indicios de una eventual actividad de las FARC para establecer una rama en Ecuador, tras hacer una redada en un campo de la selva cercano al pueblo de Cononanca, 60 millas al Este de Nueva Loja y a 20 millas de la frontera colombiana.
Los soldados asesinaron a dos ecuatorianos y capturaron a otros cinco que confesaron ser miembros de un grupo del entorno de las FARC conocido como Fuerzas Armadas Revolucionarias de Ecuador, FARE en español, grupo que según un policía estaría próximo a las FARC.
Docenas de grafitis firmados por las FARE y el Partido Comunista de Ecuador han sido pintados con spray en los muros de las calles de Nueva Loja, leyéndose "La Revolución Avanza", y, "Muerte al Plan Colombia".
Los ecuatorianos afirman que manifestantes armados con pistolas, algo raro en este país, se han sumado a las recientes marchas contra las políticas neoliberales de Noboa y contra la base de los Estados Unidos en Manta.
El Gobierno de los Estados Unidos y expertos privados en seguridad dudan que las FARC quisieran perjudicar sus relaciones transfronterizas con lugares como Nueva Loja apoyando a grupos subversivos ecuatorianos.
Más bien, dicen ellos, los delincuentes comunes usan nombres como FARE para despistar a la policía en casos tales como el secuestro de 10 trabajadores petroleros extranjeros el mes pasado, entre los que se contaban cinco americanos, en la parte oriental de Sucumbios. Dos franceses escaparon después, y parece que continúan las negociaciones para el rescate de los restantes.
"Creemos que, más que tratar de influir en los acontecimientos dentro de Ecuador, establecen los blancos de los secuestros movidos por fines lucrativos", dijo Mike Ackerman, jefe del Grupo Ackerman, una empresa privada de seguridad de Miami.
Sucumbios tiene una larga historia como región sin ley, con bandas de delincuentes que asaltan los autobuses en las carreteras, secuestradores que raptan a hombres de negocios de la zona a cambio de recompensa y varios asesinatos de salón de bar cada fin de semana.
El último consejo del Departamento de Estado de los Estados Unidos a quienes viajen a Ecuador señala que al personal del Gobierno de los Estados Unidos le está prohibido viajar a la provincia desde 1996 debido a la "incidencia significativa de delitos comunes, extorsiones y secuestros".
"No necesitamos más problemas", dice González. "Ya tenemos suficiente como para añadir refugiados pobres a una zona ya de por sí pobre, para añadir guerillas a un área ya de por sí violenta... Necesitamos actividades empresariales y no una guerra en nuestro jardín trasero".
[Fuente: Miami Herald - By Juan O. Tamayo - Saturday, 18nov00. Traducido al español por el Equipo Nizkor el 21nov00]
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- http://www.derechos.org/nizkor/colombia/
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- http://www.derechos.org/nizkor/colombia/doc/plan/
- La economía del delito al servicio de la política
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- Deuda externa, narcotráfico y militarismo
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