La falta de una dirección revolucionaria es el principal reto histórico que debemos vencer, para levantar una alternativa política capaz de dirigir las actuales luchas, fundamentalmente reivindicativas y espontáneas, ligándolas a una alternativa de poder. Los avances de la clase obrera y el pueblo, que se ha expresado en la última década en su autonomía organizativa, una política de independencia de clase, afirmación de liderazgo del proletariado en las movilizaciones y paros nacionales, así como la práctica de la izquierda en las diversas formas de lucha que tuvo que enfrentar, han permitido el surgimiento de condiciones para tomar conciencia nuestras debilidades y buscar su superación.
Hasta ahora la Izquierda Peruana ha sido incapaz de representar
globalmente los intereses históricos de las masas. La falta de una
línea y acción efectivamente revolucionaria, y una práctica
dogmática y seguidista de las corrientes tradicionales el reformismo,
el infantilismo y el doctrinarismo han dado como fruto una izquierda dispersa
y de débil desarrollo, político y orgánico, con poca
ligazón en el pueblo.
Nuestras organizadores, que no hemos estado ajenas a
estas limitaciones procesamos una unidad que busca superar dialécticamente
estas desviaciones. Unidad concebida como la formación de una vanguardia
que en la lucha misma se convierte en un factor formativo de la construcción
del Partido, instrumento indispensable para realizar la Revolución
socialista.
Y es que nuestra integración no es una unidad coyunturalista, sin principios só1idos empujados por participar en las elecciones o en un frente determinado ni tenemos el criterio voluntarista y cuantitativo de sumar más o menos grupos, para tener "mayor peso político". Tampoco la entendemos como un proceso doctrinarista y acabado, donde sea necesario tener resuelto todos los problemas teóricos y prácticos de la Revolución Peruana.
Nuestra unidad es una respuesta concreta ahora, a las
demandas y necesidades de nuestro pueblo en sus luchas. Se basa no sólo
en la firme voluntad unitaria del conjunto de nuestra militancia, sino
también y básicamente en las coincidencias programáticas,
tácticas y de métodos y estilos de trabajo comunes. Buscamos
una unidad para la lucha, unidad en la acción, unidad para la revolución.
Nuestra unidad es un proceso que se abrió hace
más de un año, a partir de encontrarnos en medio de la lucha
de clases, asumiendo tareas que paulatinamente nos fueron cercando. En
la práctica misma fuimos constatando nuestras coincidencias.
Desarrollamos nuestra unificación tomando como
eje los aspectos fundamentales, superando las divergencias secundarias
y formales, evitando que estas no se conviertan en trabas, con la conciencia
de que en el proceso mismo lograremos su resolución.
Ninguna de nuestras organizaciones se ha considerado el
núcleo hegemónico o central. Tampoco hemos tenido criterios
cuantitativos en la conformación de nuestros organismos de dirección.
Igualmente no ha sido relevante el problema del nombre, y vemos la unidad
lograda como un paso que hoy se expresa en nosotros por las mayores coincidencias
pero que a la vez postulamos continuar en la búsqueda de nuevos
niveles de unidad con otras fuerzas revolucionarias.
Hemos recorrido un camino, en donde hemos desarrollado
fraternas y amplias discusiones, elaborado documentos de línea política,
e implementado acciones comunes, coordinando en diversos frentes de masas
y bases partidarias, tanto en lo nacional como en lo internacional, Asimismo
hemos llegado a la realización de nuestra conferencia unitaria "El
pueblo de El Salvador vencerá Héroes del 65", que culminó
en acuerdos importantes, ratificados por ambas organizaciones, entre los
cuales están: Expresar nuestra identidad política utilizando
las siglas PSR(ML)-MIR(EM), funcionamiento de una dirección única,
integración orgánica en todos los niveles publicación
de nuestro periódico, política nacional e internacional común,
así como la implementación de un plan de trabajo que culminará
en el congreso nacional.
I.- Las bases de nuestra unidad
1.- Reafirmamos la necesidad de partir de nuestra realidad económica, política social, cultural, histórica, etc. para conocer las leyes particulares que rigen el proceso de nuestra revolución. Descubriendo nuestra realidad, no inventándola ni trasplantándola. Pugnamos por entroncarnos con las mejores tradiciones de nuestro pueblo en la lucha por la liberación, desde Manco Inca y Túpac Amaru hasta Mariátegui, la revolución de Trujillo en 1932 y el levantamiento de la marinería en 1948, los movimientos campesinos del 62-63, las guerrillas del 65 y las luchas de esta década, recogiendo nuestra historia y haciéndonos parte de ella.
2.- Constatando las transformaciones sufridas en nuestra patria los últimos tiempos, caracterizamos nuestra sociedad como predominantemente capitalista y dependiente, en la cual la clase obrera no sólo juega un rol clave en nuestra economía, sino que políticamente ha pasado a ser la fuerza principal de la revolución. Fuerza principal que tiende a articular y conducir bajo su hegemonía el conjunto de la lucha de los explotados. Consideramos que nuestra revolución deberá resolver las tareas nacionales y democráticas pendientes articuladas y complementadas a la dinámica de las tareas socialistas, es decir que el cumplimiento de estos dos aspectos no son antagónicos ni excluyentes.
La lucha contra el Estado opresor supone la necesidad
de una clara estrategia de poder sin la cual es imposible plantearse seriamente
el problema de la revolución. Las vías electorales y pacifistas
están condenadas al fracaso, las posibilidades de acumulación
de fuerzas basadas fundamentalmente dentro de la legalidad burguesa no
son posibles. La misma debilidad de nuestras clases dominantes hace que
ejerzan su dominación a través de la violencia principalmente.
Asumimos la necesidad de formar una izquierda con estrategia y vocación
de poder. En el transcurso de la guerra revolucionaria, en cada periodo
táctico, de acuerdo a los grados de conciencia y combatividad de
las masas debemos ser capaces de plasmar la estrategia de poder, acumulando
fuerzas políticas y militares. Resolviendo correctamente la relación
vanguardia-masas, y comprometiéndonos decididamente a darle continuidad
a la lucha, para superar así la más grande limitación
que tuvo el movimiento guerrillero del 65, su interrupci6n que dejó
trunco el inicio de la lucha armada.
Rescatamos la importancia que tiene en la lucha por la
unidad el factor subjetivo de la voluntad unitaria y los métodos
y estilos de trabajo. La experiencia demuestra que no basta estar de acuerdo
en los principios y línea, si ésta no se expresa en una firme
vocaci6n de unidad y en la aplicaci6n de rnétodos adecuados en la
práctica misma.
Afirmamos que la revolución en América
Latina será un proceso continental, tanto en la lucha por el poder
como para la construcción del socialismo. A la estrategia del imperialismo
y las burguesías dependientes, opondremos una estrategia común
que una nuestros pueblos. Para nosotros, como Bolívar, "La Patria
es América".
II.- Nuestra ubicación revolucionaria
El PSR-ML-MIR-EM no tiene enemigos en la izquierda. Nos reconocemos parte de la corriente revolucionaria que se constituyó críticamente a las organizaciones de la izquierda tradicional reformismo, trotskismo y maoísmo a partir de la crisis del Movimiento Comunista Internacional y el auge de los movimientos de liberación en Asia, Africa y América Latina.
En nuestro continente con el surgimiento de la Revolución Cubana, emergió una nueva generación de revolucionarios, que partiendo de los aportes de los primero s marxistas latinoamericanos como Mariategui (Perú), Mella (Cuba), Farabundo Marti (El Salvador), Recabarren (Chile), etc., se planteó en las nuevas condiciones económicas y políticas la creación de organizaciones capaces de conducir política y militarmente a las masas por la toma del poder. La formación de estas van guardias ha sido un duro camino que ha costado la vida de millares de militantes los mejores hijos del pueblo. Pero no podía ser de otra manera. El enemigo estaba ahí y había que combatir con las armas y medios con que se contaba. Junto al comandante Guevara está De la Puente y Lobatón en el Perú, M. Enríquez en Chile, M.R. Santucho en Argentina y Carlos Fonseca en Nicaragua entre los más importantes.
III.- Nuestra concepción de Partido
Postulamos una organización que se define como
un partido conformando por cuadros integrales político-militares
estrechamente ligado a las masas, clandestino y de combate en su estructura
que deberá utilizar todas las formas de lucha, y convertirse en
el eje dialéctico de la construcción del ejército
revolucionario y las milicias populares. Sin embargo el proceso complejo
de su construcción no necesariamente deberá estar concluido
en el momento de la captura del poder.
Por otro lado, el partido deberá ser la expresión
orgánica de la diversidad social y cultural de nuestro pueblo, transformándola
en fuerza política revolucionaria.
Por último inscribimos nuestra integración
en la tendencia unitaria que se desarrolla en el seno dé la izquierda.
Saludamos como pasos importantes los procesos del MIR (confluencia) y VR,
que los sentimos como parte del camino de la construcción del partido
de la revolución peruana.
IV.- Por una Revolución Nacional Democrática y Popular
El Perú es una nación en formación
en donde como en un crisol hierven todas las sangres. En consecuencia nuestra
propuesta tiene que recoger y englobar al conjunto de nuestra sociedad
en la más heterogénea diversidad racial, cultural, y canalizar
y armonizar esa eclosión de energías en función de
romper el yugo de las clases dominantes.
Igualmente hacemos un llamado a las organizaciones de
izquierda, así como a los sectores democráticos y consecuentes
del APRA, a la Iglesia, a los intelectuales, a los artistas, a los sectores
patrióticos, progresistas de las FF.AA. y FF.PP., a converger en
un solo torrente contra los enemigos de afuera v de adentro de nuestra
patria que por años han saqueado este país, han sometido
a la explotación y opresión a nuestro pueblo.
Nuestra posición
El conjunto de documentos discutidos en comisiones y aprobados en plenarias en la Conferencia Unitaria del PSR-ML-MIR-EM en junio de 1980 se recogieron en forma de folleto y fueron publicados con el nombre de NUESTRA POSICION en julio de 1981.
Casi un centenar de compañeros obreros, campesinos,
estudiantes, intelectuales, dirigentes barriales, de la autogestión
y sobrevivientes del MIR histórico, aportaron vivencias y experiencias
en la búsqueda no sólo de una teoría que respondiera
a las exigencias de la revolución peruana, que estuviera alejada
de los modelos dominantes como el maoísmo, el trotskysmo, el pro
sovietismo, que en la práctica devinieron en propuestas reformistas,
sino que se construyeran las bases para una organización que rompiera
con el inmovilismo, el legalismo, el parlamentarismo y fuera consecuente
con lo que decía renovando los métodos de acción política.
En este folleto se pretende una respuesta global a
esas inquietudes. Pero para el presente trabajo
como es obvio se ha realizado una selección y sólo se consignan
algunos de estos documentos que fueron escritos hace una década.
6.1. Nuestra estrategia revolucionaria
La estrategia revolucionaria es el conjunto de definiciones
y posiciones teóricas, históricas, económicas y políticas
que orientan al Partido en su acción revolucionaria surgidas del
análisis científico de la realidad.
Para el PSR-ML y el MIR-EM como destacamento de vanguardia,
la estrategia revolucionaria desarrolla el conjunto de pasos orientados
ala realidad victoriosa de la guerra revolucionaria. La guerra revolucionaria
que conducirá el Partido Revolucionario, es la síntesis superior
de todas las formas de lucha por el poder y el momento supremo de la lucha
política por la destrucción del Estado burgués, y
la construcción del socialismo.
Nuestra estrategia revolucionaria sistematiza un conjunto de norm as para la acumulación de fuerzas, entendida como cl fortalecimiento político militar del partido y las organizaciones obreras y Populares, la elevación del nivel político ideológico y militar de tos cuadros y la definici6n precisa de un proyecto de poder.
El desarrollo de la lucha revolucionaria atraviesa por distintas etapas, las que necesariamente deben ser consideradas dentro de la formulación de la misma. Estas etapas están dadas por las diferentes correlaciones de fuerzas que se establecen entre nosotros y el enemigo, pudiendo ser más o menos prolongadas.
La primera etapa corresponde a la defensa estratégica. Se parte del hecho de que nosotros somos débiles y el enemigo fuerte. Encontramos por un lado la violenta ofensiva del imperialismo contra las masas populares, cuya más refinada expresión es el fascismo; encontramos por otra parte un estado de desorganización política de las masas, su bajo nivel de conciencia; la ausencia de una organización de vanguardia que oriente y dé perspectivas al movimiento popular.
La orientación general de esta primera etapa es la acumulación de fuerzas. Durante la primera etapa nuestros objetivos están orientados a la construcción de la vanguardia revolucionaria: una organización clandestina de cuadros revolucionarios probados, que funcione en base al centralismo democrático y se encuentre enraizada en las masas explotadas, con una teoría y práctica marxistas, aplicada y desarrollada creadoramente sobre nuestra realidad, capaz de llevar adelante las diversas formas de lucha revolucionaria.
En segundo lugar, la acumulación de fuerzas se
realizará a través de la educación, organización
y movilización revolucionaria de las masas explotadas y el enmascaramiento
del imperialismo y sus regímenes lacayos. A nivel del frente de
masas, la creación del Frente que integra a los diversos sectores
explotados sobre la base de la alianza obrero-campesina y bajo conducción
proletaria, es el objetivo central.
En el terreno militar, el Partido Revolucionario debe
haber creado los núcleos partidarios centrales en torno al cual
se ha de ir creando el Ejército Revolucionario, integrando a diversos
sectores de las masas. Durante esta fase debemos dar inicio a la guerra
del pueblo bajo la forma de guerra de guerrillas.
Con la experiencia adquirida por los diversos grupos
revolucionarios, y sobre la base de un Programa, Línea Política
y Práctica revolucionarias se iniciará el proceso de reagrupamiento
de las fuerzas de izquierda.
La segunda etapa corresponde al equilibrio estratégico.
Este es un equilibrio relativo de las fuerzas en lucha, puesto que mientras
las clases dominantes aún se mantienen, las fuerzas populares crecen
asediando la fortaleza burguesa.
Durante esta etapa se polarizan las fuerzas. El imperialismo la burguesía intermediaria y demás sectores lacayos de un lado y el proletariado, el campesinado y demás sectores populares de otro. Se busca aislar al máximo al enemigo neutralizando a sus posibles aliados; esta neutralización no se hará evidentemente, a costa de recortar o incumplir el programa revolucionario pues ello no sería otra cosa que la pérdida de posiciones por otra parte de los sectores revolucionarios.
La lucha armada, la guerra del pueblo, continúa
en su desarrollo y pasa a ser la guerra de movimientos de fuerza predominantes,
la guerra se generaliza. La lucha armada misma es un factor de polarización
de fuerzas y agudizador de contradicciones. Si bien las masas populares
se integran paulatinamente a la lucha y se ha pasado ya de una lucha de
vanguardia a una lucha de masas, no todas participan directamente en la
acción armada es por ello que la iniciación y desarrollo
de cada fase está vinculada al desarrollo de la masa y es a su vez
un elemento que impulsará el desarrollo de la misma.
La última y decisiva eta pa corresponde la ofensiva
estratégica. La correlación de fuerzas ha variado en favor
de los sectores populares. Viene el asalto al poder. Las masas se integran
activamente a la lucha revolucionaria, bajo la conducción de la
vanguardia.
La guerra del pueblo asume la guerra de posiciones como
forma principal se da un proceso de consolidación estratégica.
Con la destrucción del aparato político
militar del enemigo se abre el paso a la toma del poder por el movimiento
popular.
Si bien el enemigo inmediato, principal, es el aparato
burocrático-militar, qued a abierta la posibilidad de la intervención
directa del imperialismo o el subimperialismo, es decir la penetración
de fuerzas militares de países imperialistas o de ejércitos
lacayos a combatir a las fuerzas revolucionarias, esto dará a nuestra
lucha un objetivo de Liberación Nacional más evidente. La
penetración o participación del imperialismo en la orquestación
de la contrarrevolución es permanente (CIA, OEA, Misiones militares,
etc.). Lo que se trata en este caso es de contingentes militares abiertamente.
Por su propia dinámica y por el carácter
del enemigo al que combatimos, la lucha revolucionaria en nuestro país
tendrá que integrarse activamente con la lucha revolucionaria de
los otros países del continente.
6.2. Objetivos
Objetivo fundamental de nuestra estrategia revolucionaria es la captura del poder y la construcción del socialismo en nuestra patria, por ende contribuir a la derrota del imperialismo.
6.2.1. Objetivos Generales
a.- La construcción del Partido Revolucionario que dote de conducción política y militar a las masas, a través de todas las formas de lucha, hacia la captura del poder.
b.- La construcción del Frente de Liberación Nacional y Social
c.- La construcción del ejército revolucionario
como estructura regular, y las milicias populares como estructura de masas,
bajo conducción del partido. La lucha guerrillera será la
forma inicial de lucha armada a través de la cual este ejército
se irá forjando. Irá incorporando cada vez a más amplias
masas a la lucha por la liberación nacional y social, pasando por
las etapas propias de la guerra revolucionaria, hasta convertirse en un
fuerte y poderoso ejército.
Alcanzar la unidad de los revolucionarios.
Impulsar la guerra revolucionaria a nivel continental
bajo los principios del internacionalismo revolucionario.
6.2.2. Objetivos Específicos
a.- Quiebra y destrucción de los aparatos represivos
de las clases dominantes.
b- Quiebra de los asientos fundamentales de poder económico
imperialista y del gran capital monopólico recuperándolos
para los fines de la revolución y el socialismo.
c.- Liquidación del sistema de dominación
ideológica y cultural de las clases dominantes.
d.- Construcción de una retaguardia estratégica,
política, logística y de agitación y propaganda internacional
para la revolución peruana y latinoamericana.
6.3. Carácter general político y militar de nuestra estrategia revolucionaria
La lucha por la captura del poder es siempre una lucha política, y en el Perú la fuerza que se requiere para la captura del poder político es una fuerza de carácter militar en sus diferentes normas.
Por ello, concebimos lo militar en dos dimensiones:
a- Como inherente a nuestra concepción política,
parte constituyente de ella, porque la lucha política por el poder
tiene su forma superior en la lucha militar.
b.- Como práctica instrumental y subordinada a
la conducción política del partido revolucionario.
6.4. La guerra revolucionaria
La Guerra Revolucionaria, la Guerra del Pueblo, es la forma superior y decisiva de lucha revolucionaria, es la expresión más alta de la violencia de las masas conducidas por el partido revolucionario para la toma del poder. En tanto que el Estado es una maquinaria de opresión de clase, cuyo pilar represivo más importante es el ejército, es necesario destruir este estado mediante la violencia revolucionaria, oponiéndole un ejército revolucionario, que concentre la potencialidad revolucionaria de las masas y destruya al ejército reaccionario en el terreno de la lucha.
La Guerra Revolucionaria es una Guerra del Pueblo. La lucha armada no será una lucha de vanguardia, aislada de las masas, sino que las masas participarán activamente en ella y de muy diversas formas, aún cuando no se integran de manera generalizadora a la lucha armada sino en sus fases más desarrolladas.
La nuestra no será una guerra de decisiones rápidas, será una guerra prolongada. Tendrá un carácter prolongado, puesto que nuestro enemigo, aún cuando marcha a su derrumbe final es todavía poderoso (más peligroso aún ante la inminencia de su derrota). La Guerra no es un proceso lineal de avance hacia la toma del poder. Tiene avances y retrocesos en cada una de sus etapas de desarrollo. Nosotros estamos en el sentido de la historia, el imperialismo tratará desesperadamente de mantenerse, la victoria será nuestra.
La guerra revolucionaria se dará tanto en el campo como en la ciudad , de manera simultánea y combinada, articulando todas las formas de lucha armada y de organización popular militar en un proceso único de acuerdo al desarrollo de las diferentes etapas de la misma.
El Ejército Popular Revolucionario será, por su composición y sus objetivos un Ejército del Pueblo: su vanguardia combatiente. La lucha guerrillera será la forma inicial de lucha armada a través de la cual este ejército se irá forjando. Irá incorporando cada vez a más amplias masas a la lucha por la Liberación Nacional y Social pasando por las etapas propias de la Guerra Revolucionaria, hasta convertirse en un fuerte y poderoso ejército.
6.5. El partido en nuestra estrategia revolucionaria
El partido revolucionario es el sujeto político práctico de la revolución, vanguardia de conducción del conjunto del pueblo oprimido y explotado, que hace avanzar en su unidad Ideológica. El Partido impulsa su unidad de acción y unidad orgánica hacia su consolidación como clase social revolucionaria, como sujeto histórico de la revolución, elevando sus luchas hacia formas superiores, en el marco de un programa revolucionario Nuestra organización es un destacamento de vanguardia en la construcción del Partido Revolucionario. Por ello, se define como partido de cuadros integrales, estrechamente ligado al movimiento de masas, (clandestino) y de combate en su estructura que utiliza creativamente las formas de luchas abiertas y cerradas; legales, semilegales e ilegales y clandestinas, es el eje dialéctico de construcción del ejército revolucionario y las milicias populares, elementos fundamentales de la elevación de las formas de lucha de las masas y su conducción a través de la guerra revolucionaria a la captura del poder.
En consecuencia, los principios fundamentales sobre los
que descansa nuestra organización son: el centralismo democrático
su carácter de clase, su forja en la lucha, su carácter integral
y profesional de los cuadros, su misi6n de intelectual colectivo, y su
carácter político-militar.
La combinación de estos principios se plasma en
el arte de la organización que se da en la practica y que permite
adecuar esta práctica política a la línea política,
por lo tanto, debe tener capacidad de adecuación orgánica
permanente. Tal como afirmamos en nuestras "Tesis Políticas", el
partido no es un fin en sí mismo, sino un instrumento de la revolución
Concebimos la construcción del partido revolucionario
como de la una tarea urgente e imprescindible y como un proceso complejo
de implantación de una vanguardia de conducción en la clase
Obrera y el pueblo, que no necesariamente debe estar concluido en el momento
de la captura del poder.
El partido revolucionario en el Perú deberá
integrar en doctrina, en sus posiciones políticas, en su programa
y en sus formas organizativas y de lucha las raíces históricas
y particularidades de nuestro pueblo.
Creemos que la unidad de los revolucionarios es un aspecto
fundamental de nuestra estrategia revolucionaria y de construcción
de partido; a ella, están destinadas dos niveles de nuestra política
de alianzas.
El primero, el eje estratégico, que constituye
un nivel de relación cerrada con aquellas organizaciones con las
que compartimos aspectos sustanciales sobre, el carácter de la revolución,
la naturaleza político-militar del partido revolucionario, sobre
el trabajo militar y con las cuales se establecen coordinaciones orgánicas
para el desarrollo de las posiciones obrera políticas tácticas
y para realizar una efectiva división del trabajo revolucionario.
El eje estratégico se desarrolla en la perspectiva de la centralización
partidaria, sobre la base de un programa en permanente desarrollo.
Nuestra estrategia revolucionaria privilegia el eje estratégico
como forma de acumulación de fuerzas en la perspectiva de avanzar
en la construcción del partido revolucionario. En la actual etapa
hay avances logrados que el PSR-ML y el MIR-EM alientan en su desarrollo.
El segundo de ellos es la construcción de la coordinación
revolucionaria, que supone la conformación de una organización
que permita golpear juntos el Estado burgués, agrupando a
diferentes núcleos de vanguardia de la clase obrera, campesinado
y el pueblo, sobre la base de un programa y en la perspectiva de acumular
fuerzas, fortalecer las organizaciones del pueblo, arrancar conquistas
democráticas y populares, difundir los principios socialistas, desenmascarar
a los enemigos del pueblo y llegar los partidos a las organizaciones más
combativas de los trabajadores
6.7 Estrategia Internacional
Nuestra estrategia revolucionaria recoge la concepción internacionalista del comandante Ernesto Che Guevara que partiendo de la caracterización de la lucha de clases en América Latina, como una guerra de clases donde el imperialismo y las burguesías intermediarias se encuentran mayoritariamente en una fase ofensiva coordinada de tipo contrarrevolucionario nuestra. misión histórica consiste en alcanzar la centralización de las organizaciones revolucionarias del continente a través lucha político militar en todas sus formas orientada a golpear al enemigo de clase allí donde se encuentre.
La lucha revolucionaria sandinista, en Nicaragua, ha permitido
lograr el más alto nivel de participación internacionalista
su continental y ha creado las condiciones para la formación de
mayores contingentes revolucionarios, así como de
más estables y estrechas coordinaciones entre las organizaciones
revolucionarias latinoamericanas.
Esta situación aumenta la vigencia del carácter
continental de la lucha, señalado ya en nuestras Tesis Políticas
y define uno de los aspectos centrales de nuestra estrategia internacional.
De la misma manera, mantiene en vigencia la contradicción principal
de nuestra época, que opera entre el gran capital monopólico
internacional imperialista y los pueblos oprimidos y explotados por el
imperialismo.
De lo anterior se desprende que nuestros aliados en el plano internacional son los movimientos revolucionarios de Liberación Nacional, antiimperialistas y anticoloniales, la clase de los países altamente industrializados y los países socialistas. Dada la agudización actual de los conflictos del Movimiento comunista internacional, el PSR-ML y el MIR-EM hacen suya la invocación del camarada Ho Chi Minh en el sentido de que dichos conflictos no obstaculicen el desarrollo de las luchas de los movimientos de liberación nacional.
Situación Política y Perspectivas
1.- Marco General
Internacional
A.- La llegada de los republicanos al poder en los Estados Unidos, acaudillados por R. Reagan modifica el panorama internacional con respecto a lo que significó la administración Carter. Particularmente, el endurecimiento evidenciado torna más difíciles las empresas de los pueblos que están luchando por su liberación nacional y social.
B.- La presencia republicana que aspira a recuperar el prestigio deteriorado de los EE.UU., así como la recuperación plena de su hegemonía en el plano mundial, se afirma en una estrategia agresiva y guerrerista que no vacilará en intervenir directamente y/o utilizar a los gobiernos dependientes, subordinados a su control, para impedir que nuevos pueblos rompan la cadena capitalista y accedan a la libertad y la justicia populares.
C.- Esta imposición te la política republicana extiende su influencia ominosa en América Latina. El objetivo es desactivar el polvorín centroamericano y el área caribeña. El imperialismo yanqui conducido por los republicanos jamás permitirá una nueva Nicaragua. Impedir la liberación de El Salvador pasa a constituirse en una te las principales preocupaciones para el imperialismo. La victoria del pueblo salvadoreño aceleraría extremadamente las condiciones para que Centroamérica se libere.
D.- Una estrategia de victoria para la actual administración norteamericana supone, necesariamente, el aislamiento de Cuba y la estrangulación de la joven revolución nicaragüense, baluartes indiscutibles que desempeñarían un rol histórico decisivo en el triunfo de la revolución salvadoreña, centroamericana y en general latinoamericana. El complemento de esta estrategia es el ingreso de contingentes militares norteamericanos y de las FF.AA. reaccionarias en El Salvador que lo harán abierta o subrepticiamente.
E.- El diseño se ha puesto en práctica y Ecuador, Colombia y Venezuela han sido d e los primer os en alinear se y cumplimentar la orden del amo imperialista al suspender y/o romper relaciones con Cuba. Simultáneamente, se intensifica la propaganda de los sectores más reaccionarios internacionalmente que azuzan una campaña en el sentido que Cuba y Nicaragua están exportando sus revoluciones, con el propósito de permear a la opinión pública mundial y justificar la intervenci6n de los yanquis.
F.- Agreguemos a este cuadro las continuas amenazas que contra Cuba profieren tanto R. Reagan como Alxander Haig; asimismo, la negativa del gobierno norteamericano de proporcionar asistencia económica y técnica a Nicaragua.
G.- Se cierne la vietnamización de Centroamérica y es probable que en el curso de los años siguientes, en el devenir de esta década más precisamente, no sólo esta región, sino gran parte de América Latina, se encuentre en un proceso de guerra abierta por la conquista del poder; acontecimiento que dependerá fundamentalmente del grado de fuerzas y desarrollo de las vanguardias revolucionarias latinoamericanas.
H.- El Cono Sur latinoamericano constituye las antípodas del área central. Se consolidan las dictaduras militares e incluso en actos de cinismo supremo convocan al pueblo para que refrende sus antipopulares e inhumanas políticas, pretendiendo así institucionalizar el terror, el hambre, la miseria. Las organizaciones de vanguardia así como las masas han sufrido derrotas de consecuencias que, en el caso argentino y uruguayo, han significado la liquidación física de miles de cuadros políticos y sindicales, dejando sin conducción al movimiento obrero y popular. Sin embargo, en estos últimos años es notorio que la fase más profunda de la contrarrevolución ha pasado y se ha producido una reanimación del movimiento obrero y popular que, a largo plazo, las dimensiones de su potencialidad y la experiencia adquirida serán decisivos para el enfrentamiento final.
I.- Los gorilas han establecido un área de influencia que viabiliza coordinaciones de carácter policial, militar, paramilitar no formalizados. Siendo Argentina la que se erige exportan do el terror en América Latina.
J.- Se ha configurado un bloque que tiene por base el nuevo modelo económico que se encuentra dirigido al mercado externo. Se pretende la consolidación de un sistema de dominación más orgánico. El Perú se encuentra cada vez más cercano a las dictaduras del cono sur.
Nacional
a.- Las características de la situación
nacional están perfilando un periodo histórico donde las
tareas tácticas guardan cada vez una relación más
estrecha con las estratégicas.
b.- La coalición Acción Popular-Partido
Popular Cristiano (AP-PPC) a pocos meses de su llegada al gobierno inició
un acelerado proceso de desgaste. El conjunto de contradicciones que se
incuban en las clases dominantes y la imposibilidad de una reducción
favorable, prefigura en el mediano plazo los síntomas para el advenimiento
de una crisis política.
c.- La burguesía atraviesa un dilema crucial;
sus partidos, viejos partidos como AP y el APRA han sido conmocionados
en la fase electoral en curso y el descenso creciente que sufren no las
convierte, en perspectiva, en alternativa de gobierno, menos aún
de poder. El PPC, es coherente programaticamente pero con reducida clientela
y tampoco aparece como fuerza civil de recambio.
d.- El nuevo patrón te acumulación capitalista
dependiente es por esencia antidemocrático y apunta a la liquidación
del empresariado vinculado al circuito interno.
e.- Fundamentalmente, estas medidas económicas
flagelan despiadadamente al sector obrero y popular que sufre despidos
masivos, incremento de los precios, reducción de salarios, etc.
arrojando de esta manera a miles de personas al hambre, la miseria, la
prostitución y la delincuencia.
f.- Los partidos gobernantes, con el asentimiento del
imperialismo y las clases dominantes, han iniciado una progresiva restricción
de los mecanismos de la democracia burguesa, evidenciando que incluso sus
marcos estrechos hacen difícil el control y el sometimiento del
proletariado y masas populares Nuevas disposiciones legales pretenden aherrojar
al pueblo, a la izquierda e impedir su movilización.
g.- Las elecciones municipales y el paro nacional del
15 de enero, son dos indicadores de la reanimación del movimiento
obrero y popular que, sin embargo, no se expresa de manera sostenida. Diversas
luchas dispersas, muchas de ellas de importancia como: petroleros, Sol
Gas, mineros molineros, BAYER, Siderperú, etc., etc., no logran
una articulación unitaria.
h.- Un nuevo elemento de gran dinamismo surge con mayor
fuerza y es la lucha de los departamentos del interior por la descentralización
contra la postergación de los pueblos. Combates como los de Chimbote,
los anunciados en Lambayeque, Puno y Cusco tienden a convertirse en una
constante y a generalizarse en la medida que es la inmensa mayoría
de las localidades del interior que se encuentran relegadas y cuyas reivindicaciones
se convierten en excelentes instrumentos de movilización.
i.- La ausencia de un claro proyecto revolucionario ha
teñido fuertemente de reformista a la izquierda . Esta línea
se ha impuesto en Izquierda Unida (IU) y tiene su expresión más
particular en el PC(U) y UNIR El sector de la izquierda revolucionaria
se encuentra sin iniciativa y pugnando, con muchas limitaciones para dar
una salida coherente, revolucionaria al entrampamiento generalizado.
j.- IU, no obstante haberse impuesto en noviembre como
la fuerza opositora más vigorosa entró al poco tiempo en
una vertiginosa fase de descenso, vacilaciones y total ausencia de iniciativa.
Contiene una clara desviación reformista y en estos momentos no
hace sentir su presencia apareciendo borrosa y tímida.
k.-La UDP, paralizada como frente da la impresión
que estuviera siendo deglutida por ella misma. Se ha mostrado incapaz de
resolver las tareas y necesidades del período. A su interior la
lucha por restituirle su carácter de convocatoria de masas persiste,
enfrentándose dos proyectos orgánicos Frente Político
Revolucionario, o hacer de la UDP un partido revolucionario de masas que
obviamente se encuentran sustentados en concepciones disímiles de
cómo abrir el camino de la revolución.
l.- Este cuadro escueto donde las clases aparecen definitivamente
polarizadas y donde la perspectiva del capital para su subsistencia es,
incuestionablemente el de una salida autoritaria; se siente en la izquierda
así como en el movimiento obrero y popular, la ausencia de una dirección
revolucionaria, la carencia de una estrategia de poder y de un destacamento
de van guardia. Mientras no coadyuvemos a la forja de una alternativa revolucionaria
el capitalismo y la burguesía nos impondrán siempre, por
la vía de la fuerza o el legalismo, su opresión y super-explotación.
No queda duda, entonces que la tarea prioritaria del período es
la construcción de esa dirección revolucionaria histórica
que efectivice el proyecto de la revolución peruana.
La Comisión Política
2. Situación Política Nacional
Introducción
a.- Nos reafirmamos en la tesis presentada en el documento
sobre situación del Período de la lucha de clases (Setiembre
1980). La crisis económica continúa desarrollándose.
Lo que interesa destacar en el análisis de los recientes meses es
la clarificación del modelo económico que el régimen
AP propugna. Para simplificar y ejemplificar basta señalar que los
referentes mas cercanos de dicho plan los tenemos en Argentina y Chile.
La aplicación de este modelo económico en un país
como el nuestro, asolado por la crisis, tiene un alto costo social que
augura una gran represión imposible de compaginar con el juego de
la democracia liberal.
b.- En cuanto a los plazos, el proyecto Ulloa prevé
un año de desembalse (l981), un año de contenci6n (I982)
y comienzo de la recuperación (para el conjunto de la burguesía
y ciertos sectores del pueblo) en 1983. Finalmente, retornamos al nivel
de 1973 en 1985. Hasta aquí lo proyectado. A pesar de conocer que
se desarrolla una fuerte crisis económica mundial que ya hace sentir
sus efectos en nuestro país lo real es que, sustancialmente (aún
cuando varíe la programación arriba anotada), el sector monopólico
representado por Ulloa puede lograr sus propósitos si la respuesta
y resistencia popular quedan en el nivel de lo demostrado frente al primer
desembalse de enero pasado.
c.- Lo que interesa destacar aquí, en función
del análisis de las tendencias políticas y la alternativa
a levantar en el presente período es el tiempo político que
la aplicación del mencionado plan nos señala como claros
parámetros para organizarnos, prepararnos en todo sentido y estar
en condiciones de enfrentar la arremetida burguesa.
d.- Algunas organizaciones y analistas desde el Diario
han levantado la tesis que sostiene el término de la crisis económica
en el país y la existencia de un período de recuperación.
Por nuestra parte constatamos que estas tesis, más que apoyarse
en estudios y proyecciones económicas serias, que aporten elementos
de juicio a un debate abierto abren las puertas a su propia confusión
política y al llamado fuera de oportunidad a alianzas con el APRA
(Villanueva), rechazo a la "violencia" y actitudes reformistas electoreras.
Opinamos que no están en cuestión los hechos irrebatibles
de cierto desahogo financiero y mayores márgenes de maniobra económica
de parte del régimen pero, mas allá de esto, verificamos
que el país no vive un proceso de recuperación global que
encuadre a las amplias masas merced a la utilización de grandes
excedentes, producto de un ciclo de expansión capitalista; ni es
nuestra situación ni es esa la tendencia probable dada la política
económica implementada y la situación de crisis económica
mundial.
e.- En la medida que la política económica
de Ulloa responde y beneficia directamente al gran capital internacional
y sus intermediarios nativos y que, de otra parte cada la crisis económica
que vivimos los empresarios medios y pequeños son alejados crecientemente
de los beneficios de la explotación gran burguesa y no están
representados sino muy indirectamente sus intereses en el Plan Ulloa, se
acentúa la tendencia hada la disputa interburguesa. Debemos medir
en toda su importancia este hecho, pugnando por aumentar esta brecha y
dividir y aislar al enemigo principal. Es previsible que estos sectores
burgueses medios y pequeños (o fracciones de estos) busquen en el
actual marco democrático representativo, representad6n política
más clara en partidos burgueses o pequeños burgueses, además
de utilizar los gremios patronales. Es y será éste un complejo
proceso que debemos advertir y seguir con atención y sin ilusiones.
No olvidemos lo que sus actitudes reaccionarias nos recuerdan constantemente:
es mayor su miedo a la movilización de masas.
f.- El conflicto con el Ecuador ha constituido la tabla
de salvación del gobierno belaundista desdibujó la creciente
oposición popular contra el equipó económico y su
paquetazo; diluyó el impacto causado por los desmanes contra la
soberanía e interés nacional perpetrados por el Ministro
de Energía y Minas y su entreguista Ley de Petró1eo; así
como restó importancia, a los ojos de la opinión pública,
a las crecientes contradicciones interburguesas a propósito de h
reducción del CERTEX, la libre importación etc. En una palabra,
detuvo momentáneamente el desgaste del belaundismo y le permitió
ganar puntos, que aprovechó para lanzar nuevas alzas.
Tendencias de la lucha de clases y proyecto político alternativo
El desarrollo de la situación política está
configurando un cuadro donde los principales protagonistas en pugna burguesía
y su régimen-proletariado y masas populares se encuentran en una
situación que demanda, en ambos casos, ganar en posiciones de fuerza.
La contradicción generada por la imposición del modelo económico
burgués y la resistencia de los trabajadores a someterse a este
nuevo patrón de acumulación en el presente periodo político,
crea un conflicto de dimensiones más vastas.
Las clases dominantes se encuentran atravesadas de profundos
problemas donde la democracia burguesa como forma de dominación
evidencia sus limitaciones, vislumbrándose una tendencia a su agotamiento
que marcha a su vez aparejada con la ausencia de alternativa o de recambio
entre los partidos de la burguesía.
Si a esta constatación agregamos la crisis económica
internacional irresuelta, el ascenso del movimiento de masas, la presencia
de la izquierda como principal fuerza opositora y con peso nacional que
se incrementa, las divergencias en la burguesía, etc., tendremos,
para el campo enemigo, un panorama surcado de dificultades.
Este hecho convierte a la izquierda y masas laboriosas
en peligrosas para el sistema. El objetivo de la derecha en este periodo
apunta a la domesticación o la liquidación de la izquierda,
así como la derrota del movimiento obrero y popular para imponer
totalmente el proyecto burgués que actualmente viene desarrollándose
aceleradamente y de esa manera salvaguardar la estabilidad del orden capitalista.
La izquierda, sin embargo, no ha logrado todavía,
a pesar de sus avances, el necesario fortalecimiento y cohesión
que le permita incidir de manera decisiva en el panorama de la situación
política nacional.
En ausencia de un proyecto de poder y de un plan estratégico
de captura del Estado es el régimen AP-PPC quien empieza a utilizarnos
de mejor forma: declaraciones exigidas contra el "terrorismo", imagen de
izquierda tolerada, molesta pero necesaria oposición, prueba de
'salud democrática", pueblo identificado con representantes parlamentarios
de partidos reformistas, utilizados para sólo apoyar al gobierno
y fortalecer su imagen nacional patriótica a propósito del
conflicto con el Ecuador. etc., etc. En una palabra, o revertimos la situación
o nos encontraremos donde la burguesía quiere: inmovilizados y obligados
a luchar sólo en el Parlamento y demás instituciones del
estado.
Claramente se perfilan dos alternativas en desarrollo:
la reformista y la revolucionaria La primera ha encontrado terreno abonable
y está aprovechando el actual marco político a costa de maniatar
al movimiento obrero y popular con el claro propósito de mantener
la situación de estabilidad y llegar con posibilidades de victoria
en las elecciones de 1985. Para esta táctica reformista la acumulación
de fuerzas pasa por el plano legal y por la oposición velada o abierta
a cualquier lucha popular que por su envergadura puede alterar el cauce
de la actual situación.
La revolucionaria que se encuentra sin iniciativa y en
un duro proceso de articulación de un proyecto global, de perfil
estratégico donde las elecciones de 1983 y 1985 (si es que se realizan)
sean tareas subordinadas a un proyecto revolucionario de poder.
Lo constatable es que asistimos a un momento trascendente
para la izquierda y las masas. Del fortalecimiento y claridad de nuestro
partido y otras fuerzas revolucionarias depende que abramos en este periodo
el camino de la revolución, de la guerra revolucionaria por el poder.
Esta perspectiva histórica, así como un posible contraste
por la implantación violenta de un gobierno dictatorial militar
o civico-militar, nos platea la aceleración del trabajo pues el
factor tiempo juega contra nosotros en varios niveles.
Con Respecto a lo Organizativo
Sólo para empezar con acciones iniciales de lucha
superior ¿qué Partido de la IU está orgánicamente
preparado, con adecuada infraestructura, cuadros con nivel y experiencia,
funcionamiento clandestino y conspirativo y línea político
militar que se aplique?
Los hechos demuestran que ninguno. Nos decimos partidos
bolcheviques pero nuestro funcionamiento y organización no corresponden
a una práctica revolucionaria. Esta es una realidad que tenemos
que cambiar, y cambiar con premura urgentemente.
Adecuarnos, orgánica, organizativamente atañe
al conjunto de la izquierda, a lU, pero, fundamentalmente, es tarea que
deben tomar e impulsar en lo político-militar las organizaciones
revolucionarias que conforman la corriente M-L. Nuestra propia experiencia
de confluencia y las enormes necesidades que impone el desenlace por venir,
prestan un elemento más que abona en la urgencia de conjugar capacidades
orgánicas de los partidos M-L para potenciar su fuerza política
y convertirnos así en las fuerzas núcleo, del proyecto alternativo,
es decir en su base de diresd6n revolucionaria.
En este contexto debemos impulsar en lo político-orgánico lo que corresponde a nuestro interés general, la batalla para abrir un nuevo periodo. En tal sentido establezcamos las prioridades que lo prueben: recursos, hombres y teoría deben concurrir y confluenciar para hacer conferencias obreras, estudiantiles, barriales campesinas unitarias, para llegar al desarrollo de un sólo partido con las fuerzas M-L. La unidad concreta, será nuestro objetivo. Que nuestro crecimiento y fortalecimiento, absolutamente necesario, se encuadre, se anime y sirva a este superior objetivo. Que a esta línea unitaria sirvan el mejorar nuestros métodos y estilos de trabajo en el proceso de unidad. Comprendemos cada vez más que desarrollar y fortalecernos para la acción político-militar solos, reduce la capacidad y amplitud de acción de nuestras organizaciones.
Por otro lado, en lo que atañe a la organización de las masas, el panorama demanda igualmente el máximo de esfuerzos para corregir el desfase existente. Avanzar hacia la Central Unica de Trabajadores es otra de las necesidades imperativas para el fortalecimiento del campo popular en la perspectiva de un proyecto de poder.
Esta tarea confronta dificultades por el comportamiento
burocrático de la dirección de la CGTP, y también
por la desviación hegemonista y burocrática del sector de
la izquierda que impone candidatos y 'línea" en los gremios, en
proporción directa a los recursos, manipuleo y negociaciones de
que dispone, el objetivo en definitiva es "controlar" los gremios sin saber
para qué.
Estos errores y la ausencia de un plan coherentemente
organizado dentro de un proyecto revolucionario debilitan la lucha contra
el reformismo y debilitan a la izquierda en su conjunto.
El factor conciencia y métodos de acción revolucionaria
El panorama hasta aquí descrito muestra un movimiento de masas en ascenso con flujos y reflujos que no escapa de los marcos economicistas y/o regionalistas (frentes de defensa) desorganizado y disperso (para las necesidades de las luchas de hoy) y carente de dirección política. Un elemento habría que agregar para avizorar las perspectivas del combate en curso: el factor conciencia. Pasado el momento de la polarización de clases contra la dictadura militar, de la conciencia de masas antidictatorial y limitadamente anticapitalista; nuevamente la lucha de las masas desgastan al régimen AP-PPC, polarizando el enfrentamiento. Una vez más la conciencia que anima esta polarización no es todavía anticapitalista se trata de una conciencia democrática nacionalista, limitadamente antiimperialista. Refleja una actitud de cambio por la IZQUIERDA; históricamente están optando por una fuerza que implica un cambio radical en el sistema de vida, el vislumbrar como salida el socialismo en sus términos más generales (aunque mayoritariamente no sean aún totalmente conscientes).
¿Qué está a la base de esta situación?
Indiscutiblemente, la ausencia de dirección política revolucionaria y de implementación de sus órganos de trabajo: Frente político de masas, brigadas de autodefensa. Central Unica Frentes de Defensa articulados nacionalmente y unidos por un proyecto político mínimo de oposición al régimen, entre los principales. Se expresa aquí el evidente retraso en la conformación de la alianza obrero-campesina como núcleo de base social y de dirección política. No es ajeno a este hecho el reflujo de sectores claves del proletariado (metalúrgicos, metal mecánico) y del campesinado pobre y la desarticulación de las luchas urbano-campesinas.
En esta situación es claro que no produciremos movilización social y política con sólo desearlo y en base a comunicados y volantes. Es así mismo real que no generaremos conciencia socialista en las amplias masas en base a la propaganda oral o escrita. Se requiere, necesariamente, la incorporación de nuevos métodos de acción revolucionaria; la incorporación, entendida como un proceso, de la violencia organizada en la lucha de las masas.
Proyecto político a desarrollar
El conjunto de factores arriba señalado tiene,
indudablemente, un cauce que es el nuevo modelo de acumulación capitalista.
Sin embargo, el aspecto económico no es exclusivamente
determinante, se requiere situar en el plano político la Probabilidad
del desencadenamiento de la crisis económica. El elemento subjetivo,
consciente, en términos de dirección revolucionaria es tunda
mental para que sea capaz de, sobre la existencia y desarrollo de los factores
objetivos como la crisis económica y la previsible crisis política
en los próximos años, incida para golpear a la burguesía
y debilitarla aún más así como para incrementar las
fuerzas en el sector popular mejorando su correlación.
Esto presupone considerar que la plasmación de
tal situación de aguda crisis en los 2 ó 3 años no
se producirá de manera lineal, por simple acumulación de
las contradicciones producto del ascenso de las masas y de las discordias
interburguesas. Esta es una visión esquemática de la realidad
nacional que puede llevarnos al planteamiento del "vacío de poder"
a corto plazo y proponer una salida espontaneísta, de corte "insurreccionalista"
con posibilidades de llegar al poder aliados a sectores de la oficialidad
y de la burguesía. tesis, por cierto, errónea y cercana al
putch.
E1 apoyo del imperialismo y la larguísima experiencia política que la burguesía posee, así como los ingentes recursos de que dispone, no sólo coloca en evidente ventaja a las clases dominantes, sino que por lo general tienen salidas para la resolución inmediata de sus crisis, sobre todo si la oposición es una izquierda y un movimiento de masas desarticulado.
Este hecho exige, más que nunca, la existencia del factor subjetivo actuando sobre las leyes objetivas, es decir la existencia de una dirección revolucionaria, de un destacamento de vanguardia que desarrolle en la práctica un Proyecto Revolucionario en lo ideológico, político, orgánico y militar que desde ahora dificulte y/o frustre el proyecto de la burguesía que es el reforzamiento de su dominación.
Se abre así un proceso continuo de la vanguardia
al calor del enfrentamiento efectivamente político y no sólo
gremial. O sea que debe golpear a la burguesía en sus núcleos
estratégicos de asentamiento para su debilitamiento.
Estamos en la antesala del recrudecimiento de los factores
objetivos que signaron al periodo pre-revolucionario. Nuestra impotencia
como izquierda nos llevó a su desaprovechamiento y a que las clases
dominantes impusieran su opción electoral. Esta perspectiva nos
indica que aparte de la construcción del destacamento de vanguardia
se requiere en este periodo iniciar la acumulación de la fuerza
militar como instrumentos inherentes en la lucha por el poder.
La conquista del poder no la concebimos en estos dos o
tres años. No creemos que en este lapso haya posibilidad para la
instauración de un gobierno provisional, de un gobierno democrático
revolucionario.
Por otro lado, no vemos la necesidad inmediata de expresar
una fórmula de gobierno. Por mucho que la izquierda y las masas
avancen y la exacerbación de las contradicciones generen un clima
de total deterioro del régimen y de ingobernabilidad el conflicto
será resuelto por la imposición violenta de las FF.AA Esta
es la tendencia básica. De cómo lleguemos en correlación
de fuerzas a este momento político para el enfrentamiento dependerán
las características del nuevo periodo y la posibilidad concreta
de abrir el camino de la revolución.
Nuestro objetivo en estos dos años es la preparación
de las condiciones para el desencadenamiento de la guerra revolucionaria
en la perspectiva de la toma del poder. Si antes te la captura del poder,
según el curso que tome la lucha de clases (que obviamente no podemos
adivinar) se crea la posibilidad de un gobierno de transición con
todas las fuerzas que consecuentemente cristalizaron este hecho será
la vida misma, los diversos factores actuantes, los que determinarán
el contenido de este gobierno.
Lo reducido del tiempo exige de manera perentoria el
cumplimiento de algunas tareas que son parte precisamente de la creación
de esas condiciones.
A. La Reestructuración del Partido
Es obvio que el funcionamiento de la dirección y del partido en su conjunto no se encuentra aún preparado para emprender tareas de esta envergadura El primer paso debe ser la modificación de nuestras instancias y de la vida partidaria encauzando al Partido para desarrollar los niveles mas necesarios para enfrentar exitosamente las nuevas tareas. (No nos explayamos sobre este punto en la medida que hay un conjunto de resoluciones que desarrollan este aspecto desde un punto de vista más práctico).
B. Nuevos métodos de Acción Revolucionaria
El desarrollo del actual período exige la utilización de nuevos métodos de acción revolucionaria, más concretamente, la progresiva incorporación de la violencia organizada en la lucha de las masas.
El proletariado y demás sectores populares han desarrollado una importante experiencia de combate; sobre todo, durante la dictadura militar de Morales Bermúdez con demostraciones de violencia. Esta tendencia no fue posteriormente recogida por la izquierda para su sistematización y aplicación organizada. La coyuntura electoral terminó por diluir esta posibilidad.
Actualmente que nos encontramos en una fase donde el régimen
empieza a perder su legitimación ante las masas, el cierre sistemático
de libertades burguesas ante la presión del movimiento popular y
sobre este hecho a su vez anuncia nuevos "rebalses" que activarán
la combatividad popular así como el incremento de la represión,
se perfilan más nítidamente las condiciones para el uso de
la violencia revolucionaria.
No existiendo aún las exigencias políticas
para la propaganda armada, las acciones estarán básicamente
enmarcadas en la autodefensa y ligada a la lucha concreta de las masas.
Las acciones deben estar inscritas dentro de lo que han
;significado sus experiencias espontáneas y embrionarias de violencia
es decir "no inventamos" las formas de lucha sino que nuestra tarea es
racionalizarlas, generalizarlas y ponerlas en práctica en la actividad
misma de las masas.
Que la aplicación de estas formas de lucha guarda
estrecha relación con el nivel de desarrollo alcanzado por las masas
en sus enfrentamientos contra la burguesía. De lo que se trata actualmente
es d e generar el estado de ánimo y la capacidad de las masas para
que acepten y adopten esas formas de lucha como propias y se convierta
en una práctica habitual en sus combates contra el enemigo.
Estas acciones vinculadas a las masas persiguen también
el objetivo de proporcionar confianza en sus propias fuerzas; demostrar
que los aparatos represivos de la burguesía son vulnerables, que
es posible con nuestros recursos defendernos burlar y hasta vencer la estrategia
y táctica represiva.
La violencia es un problema básicamente político,
cuya aplicación de manera sistemática y de acuerdo a su profundidad,
alterará los marcos del enfrentamiento con la burguesía así
como también producirá remezones en la izquierda.
El desarrollo de acciones directas reordenará
el funcionamiento de la UDP colocándola al servicio del proyecto
revolucionario. Ello ocurrirá en tanto afianzemos una línea
unitaria con el MIR-C y desarrollemos esta vertiente de operativos de violencia
de masas y tipo comandos que rompan los marcos de la institucionalidad
burguesa.
Es indudable que la incorporación de la violencia
abrirá nuevos caminos en la lucha de las masas y de la izquierda,
que coadyuvará al desarrollo de su conciencia y organización.
En consecuencia con el desarrollo e incremento progresivo
de la violencia en la lucha de las masas, ubicamos correctamente el proceso
de acumulación de fuerzas en el período. El fortalecimiento
del movimiento obrero y popular así como de nuestro partido dependerá
de la puesta en práctica de estos niveles de violencia.
La realización de la violencia organizada es parte importante de nuestra concepción de partido de cuadros político-militar, y en perspectiva estratégica, se inscribe en la definición de guerra prolongada, urbano-rural combinando todas las; formas de lucha en la construcción del Ejército Popular Revolucionario.
Por lo tanto, de acuerdo al nivel que nos encontramos
planteamos:
1. Avanzar en el perfilamiento de nuestra línea
militar y del proyecto revolucionario de poder.
2. Concretar efectivos niveles de unidad con el MIR (c).
3. Iniciar de manera planificada d proceso de formación y preparación teórico-práctica de la militancia en aspectos técnicos y de seguridad.
4. Impulsar d trabajo técnico en las masas: las brigadas de autodefensa, las rondas campesinas, reforzamiento de los piquetes de huelga, protección y defensa de las movilizaciones, etc.
5. Planificar d trabajo en sectores especiales.
C. Nuestra Política de Alianzas
El esquema de política de alianzas contiene tres líneas de acción paralelas que combina diversas orientaciones tácticas de acumulación de tuerzas y supone un tratamiento diferenciado a las clases sociales de acuerdo a nuestros objetivos revolucionarios.
1. Acciones de Amplia Cobertura
En este campo, es preciso tomar la iniciativa sobre aspectos
puntuales de la vida nacional, convocando a la nación en su conjunto
detrás de esas iniciativas.
Debemos privilegiar problemas como los Derechos Humanos,
la defensa de nuestros recursos naturales, de la democracia la solidaridad
internacional contra el intervencionismo del imperialismo; y otros que
sean susceptibles de amplia convocatoria.
Las formas organizativas que puedan tomar estas acciones
serán muy variadas, pero en cualquier caso, estarán circunscritas
a problemas específicos que permitan estos niveles de trabajo común.
En el actual período, la socialdemocracia, el
social cristianismo, el populismo y otras corrientes políticas pueden
coincidir con la izquierda y llevar adelante esas acciones.
2 Frente Unico
Esta segunda línea de acción está definida por constituir la forma orgánica de unidad más amplia del campo de la izquierda y del movimiento popular y será dirigida por un programa táctico con perspectiva estratégica, basado en la convergencia popular con dirección de la clase obrera.
Los problemas específicos del Frente Unico son, junto con aquellos propuestos para la primera línea de acción, fa defensa de los niveles de vida populares la lucha contra el desempleo por la libertad sindical y el derecho a la huelga, la solidaridad con los pueblos en lucha y las revoluciones triunfantes y por otros puntos que tengan amplia capacidad de convocatoria en el movimiento popular y que lo conviertan en cabeza de oposición al régimen burgués.
La forma organizativa debe ser sobre la base de partidos de izquierda con la participación de organizaciones de masas y en torno a un programa táctico que permita acumular fuerzas de carácter estratégico, es decir, que a partir de la acción concreta del Frente Unico desarrolle las condiciones para el fortalecimiento orgánico y político del movimiento popular y la unidad de la izquierda, así tomo avance el desarrollo de la lucha de clases hacia la generaci6n de una situaci6n revolucionaria.
En esta línea hay dos escalones paralelos que debemos desarrollar. La UDP debe ser actualmente el Frente Unico pero está desactivado por sus contradicciones internas. La propuesta de VR de convertir a la UDP en partido revolucionario de masas y las iniciativas Prácticas que viene tomando de manera unilateral y al margen del CEN, agrava la situación. La finalidad es arrinconar a las otras organizaciones con un supuesto desborde de algunas bases que obviamente VR controla que estarían porque la UDP sea un Partido.
En la actual situación se requiere la hegemonía
de una fuerza para que nuevamente la UDP retome el espacio ganado y amplíe
su influencia. Esto podrá lograrse sólo concretando la unidad
del PSR-ML-MIR-EM con el MIR (c) y la incorporación de la violencia
organizada . Cualquier otra med id a es idealismo; espontaneísmo.
Lo concreto es que el proyecto UDP como instancia legal y convocatoria
de masas se encuentra en peligro.
La IU debería ser en perspectiva el Frente Unico,
pero está igualmente desactivada por sus contradicciones internas
o contiene en su seno la mas amplia representación política
de la izquierda y la más vasta capacidad de convocatoria.
En ese sentido el espectro social que abarque IU debe comprender desde la alianza obrero-campesina, hasta la pequeña burguesía radical y reformista o patriótico-progresista. Para diferenciarse y asumir con mayor claridad la representación auténticamente popular no deben ingresar a IU fracciones burguesas. La representación política te ras fuerzas sociales en IU podría comprender (es éste un elemento variable que depende de actitudes políticas específicas) a 105 partidos M-L. PSR, Frenatraca, grupo Kausachum. Y en consecuencia no al APRA (Villanueva) u otros partidos burgueses o pequeño burgueses de conducta inconsecuente en la defensa de la democracia.
IU debe ser siempre para las masas la IZQUIERDA, lo contrario
de la derecha la oposición a la burguesía, aún cuando
se manifieste como socialismo intuitivo.
Izquierda Unida debe tratar de arrastrar bajo su accionar
a amplios sectores sociales, pero claramente ubicados detrás de
la izquierda, bajo su iniciativa y conducción, aunque el objetivo
primario debe ser convocar y cohesiones al movimiento popular.
Es igualmente importante señalar que IU debe tener
como columna vertebral a la UDP, en los términos arriba señalados
y con un plan de acción común fortalecer a IU como Frente
único.
3. El Eje Estratégico
Esta tercera línea de acción se define por integrar a los partidos que de manera general tienen coincidencias en lo programático, que pueden plasmarse en un proyecto de poder. Los problemas específicos del eje estratégico tienen que ver con la lucha armada, con la construcción del partido revolucionario, los aspectos de logística e infraestructura y la coordinación internacional, la implementación de una estrategia económica y una priorización regionalizada y territorial de acción revolucionaria.
Los avances en este terreno supone necesariamente la cristalización de un polo revolucionario que sistematice, ordene, dirija y desarrolle su hegemonía desde el punto de vista programático y de acción revolucionaria en este proceso unitario de mayor envergadura. Este polo revolucionarlo será constituido por la convergencia del PSR-ML-MIR-EM con el MIR (C).
PRIMERA CONFERENCIA NACIONAL CONJUNTA
JUNIO de 1980
"La unidad de la izquierda, siendo conveniente y hasta indispensable, sólo se logrará dentro de un proceso primero hay que saber quienes son los verdaderos revolucionarios, los verdaderos marxistas y ello sólo se puede conocer en la lucha. Por ello, la UNIDAD EN LA LUCHA ES EL PRIMER CRITERIO. Luego hay que tener en cuenta el problema de la hegemonía, que en última instancia garantiza la aplicación de una u otra línea política o militar. LA HEGEAJONIA ES CONSECUENCIA DEL PODER REAL. Debemos desarrollar el poder real en todos sus aspectos: Fuerza Armada,. fortaleza del partido, prestigio y control de las masas, factores materiales y relaciones internacionales"
Comandante Luis de la Puente Uceda.
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I - Parte II - 1o.
de Marzo