La problemática de la migración y el refugio en Europa se
ha convertido en los últimos años en una verdadera pesadilla
para millones de personas que vinieron a éste continente huyendo
de las tiranías de su países, de las guerras internas y externas,
de las catástrofes ambientales y de las consecuencias de las políticas
neoliberales que han convertido a grandes sectores de población
en objetos desechables y marginales. Ellos que núnca gozarán
de los beneficios del desigual e inhumano nuevo orden mundial, buscan encontrar
espacios de seguridad y sobreviviencia en éstas tierras, encontrandose
con una realidad igual o peor que la vivida en sus países de origen.
La existencia de campamentos para refugiados, modernos campos de concentración,
la brutal política de deportaciones, que en muchos casos han provocado
la muerte de los deportados o el encarcelamiento y desaparición
apenas llegan a sus países, violan abiertamente nuestros derechos
humanos más básicos como seres humanos. Estas violaciones
en los últimos años se han perfeccionado y han llegado al
punto de eliminar prácticamente el derecho a asílo y libertad
de movimiento consagrados en la carta de derechos humanos de las Naciones
Unidas. Nos encontramos ante una situación en extremo grave, pues,
las políticas aquí implementadas en contra de los migrantes
y refugiados son las mismas que se implementan en los países del
tercer mundo para seguir perpetuando un sistema perverso. La criminalización
de la pobreza, la condición étnica, de género es parte
de la actual lógica de dominación aqui y en el tercer mundo.
Las paradojas de la historia demuestran las inequidades de este nuevo
orden, Europa que se ha caracterizado por ser un continente de migrantes
dispersos por todo el mundo hoy en día cierra sus puertas a sus
pares, cuando ellos llegaron o llegan, allá se les recibe con los
brazos abiertos, sin más requísito que su pasaporte, a nosotros
apenas llegamos despues de muchas penurias nos obligan a la ilegalidad,
al trabajo negro con sueldos minímos, a prostituirnos, a vivir con
la angustia permanente de ser controlados en nuestros domicilios, en la
calle o ser apresados. Angustia que nos inhumaniza pues nos niegan derechos
tan elementales como el acceso a la salud, a la educación, a la
estabilidad psicológica, etc. Ellos llegaron allá y con el
saquéo, en gran parte, edificaron la acumulación originaria
que dió origen a las potencias coloniales, nos sojuzgaron, intentaron
eliminarnos fisica y culturalmente y hoy despues de muchos siglos de resistencia
los malos tratos y la expoliación no han terminado, se han modernizado.
Pero tampoco nuestra lucha por dignidad y justicia. Queremos, pues, traer
nuestra cultura de resistencia también aquí y decir ya basta.
Queremos ser actores vivos en ésta lucha y por eso hemos convocado
al Congreso de Refugiados y Migrantes: "Unámonos contra las deportaciones
y la exclusión social" para el 21 de abril y terminando con una
gran demostración el 1° de mayo. Se espera que vengan a lo menos
500 refugiados de todo Alemania y de otras partes del mundo. Esto requiere
una mobilización sin precedente en Alemania por parte de los refugiados
y migrantes y el decisivo apoyo de los grupos antiracisistas de Alemania
y Europa. Otro aspecto importante será la mobilización a
nivel internacional y el establecimiento de una red de apoyo mutuo, denuncia
y resistencia.